Como todos los años, con distintas conferencias, actos y celebraciones en las parroquias de la diócesis y en la sede del Obispado se celebra este año la Jornada del Niño por Nacer. El acto central tendrá lugar en Belén de Escobar, el día 24 por la tarde, en la sede del colegio «Santa María» a las 16, al que seguirá la celebración de la Santa Misa a las 17, en la iglesia co-catedral de la Natividad del Señor, que presidirá el Obispo Mons. Oscar Sarlinga. Este año se ha convocado en especial a la Legión de María, a la delegación de Juventud y a la delegación de Misiones.
Mons. Oscar Sarlinga transmitió un mensaje a la diócesis, en el que exhorta a los fieles a vivir el sentdio de dicha Jornada, comenzando por atraer la atención acerca de que lo plenamente humano, que se refiere a la dignidad de la vida humana naciente posee a la vez una dimensión en la cual dicha plena dignidad de la vida humana resplandece en lo cristiano, pues Él, el Hijo de María, el Hijo del Altísimo, es nuestro Hermano Mayor, nuestro Guía y también “médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos. Dijo luego el Obispo que dicha Jornada, la cual en diversas naciones, por disposición de las Conferencias Episcopales, y en nuestro país también a norma de ley, se celebra, siendo en última instancia la Jornada de la dignidad humana, si consideramos la visión complexiva ue nos transmite el Concilio Vaticano II en su constitución Gaudium et spes, a saber, que «es la persona humana la que hay que salvar, y es la sociedad humana la que hay que renovar (…) el hombre concreto y total, con cuerpo y alma, con corazón y conciencia, con inteligencia y voluntad (G.S. n. 3) -dijo- .
Al mismo tiempo, afirmó que «ser persona es la manera que tiene el ser humano de existir, de ser. Por ello lo es desde el primer instante de su existencia». A continuación acotó que puesto que «es más fácil “decir” que “ponerse al servicio” (aunque siempre la palabra esclareciente es también un servicio)» piensa que las presentes circunstancias pueden servirnos a los cristianos todos, y tantísimas personas de visión trascendente, para un profundizado examen de conciencia acerca de nuestro compromiso, de nuestra acción al respecto. Mencionó que el Beato Juan Pablo II en los inicios de su pontificado, y citó aquí un párrafo de la Enc. Redemptor hominis, de 1979: “Es acerca del primordial derecho a la vida que, en el alba de este tercer milenio, la entera sociedad encuentra el deber de realizar el examen de consciencia, no para cargar fardos sobre los hombros de otros, ni para provocar agravios de pena a quien ha sido ya probado, sino por el deber que tiene, en bien de sí misma, de mirar hacia adelante en dirección al futuro. Entre los signos de “caducidad” de nuestro tiempo, el cual ha progresado, pero que se halla necesitado de redención, cito la «deficiens reverentia erga vitam nondum natorum» (falta de respeto hacia la vida de los todavía no nacidos).
Luego de hacer alusión a palabras del Papa Benedicto XVi con oportunidad de la anterior Vigilia de la vida humana naciente que convocó para toda la Iglesia, hizo referencia a algunos elementos naturales e incluso de índole científica a los cuales aludió el Pontífice, y a continuación reafirmó el prelado la necesidad de un compromiso de todos por el cuidado de la vida del niño por nacer, y, a continuación, del niño en sus años de infancia y de su juventud, pues marca la pauta de calidad relacional en la sociedad humana.
Secretariado de comunicación institucional y oficina informática