TENEMOS QUE APRENDER A VIVIR AL ESTILO DE JESÚS
Después de dos mil años, las palabras de Jesús tienen una intensa actualidad porque hoy, como entonces, seguimos discutiendo quién es el primero, el más importante, el que tiene más autoridad, más prestigio, más dinero…
Y esas discusiones ponen en marcha las pasiones más hondas del corazón humano y surgen así las envidias, las rencillas, las discusiones, los enfrentamientos, la violencia e incluso la guerra.
Jesús va en otra dirección y se esfuerza en que sus seguidores aprendan que su enseñanza va por otro camino: El que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos, el último de todos.
Y esa actitud de ser el servidor de todos hay que tenerla en todas partes: en casa, en el trabajo, con los vecinos, con los amigos, en el barrio…
Para Jesús, entre los que quieran seguirle, “el que quiera ser el más importante que sea el último de todos y el servidor de todos”, porque para Él lo único importante en el Reino de Dios es el Amor, y la medida del amor es el servicio y la acogida que supone valorar, respetar, escuchar, ofrecer, colaborar y apoyar al otro y darlo todo sin esperar recompensa, gratis, con total generosidad.