Domingo 15 de julio
Prosiguiendo con el acento que ha querido dársele este año a la «Pastoral de la salud» en la diócesis, y como viene haciéncolo todos los años, nuestro Obispo Mons. Oscar Sarlinga asistió al Hogar de los Padres Camilos, en Vagues (San Antonio de Areco) para la festividad de San Camilo de Lelis, patrono del instituto religioso y del lugar, lindante con el partido de San Andrés de Giles. Asistió acompañado del Rev. Diác. (permanente) Pedro Domingo Bruno, delegado diocesano para la pastoral de la salud, quien ha realizado un relevamiento de todos los centros de salud en la diócesis de Zárate-Campana y ha comenzado a colaborar con la organización de una pastoral de conjunto en ésa área.
Para la visita pastoral se hizo presente el Sr. Intendente municipal, Francisco Durañona, asiduo concurrente al centro de salud, quien permaneció para la misa. En la eucaristía concelebraron con el Obispo el Padre Provincial, Martín, el P. Juan Antonio Amado (licenciado en teología y especializado en pastoral de la salud, en lo cual es autor de numerosas obras) y Mons. Amondaráin. El Obispo hizo alusión en la homilía al inmenso Amor de Cristo por los enfermos, al carisma de San Camilo de Lelis, proveniente del ardiente amor divino, del amor hecho carne en el servicio a los más necesitados, y, entre estos, en especial a los enfermos, y también a las particulares -aunque más difíciles de descubrir a simple vista- “capacidades” de amor y afecto, de sensibilidad y sintonía espiritual, de «empatía», con que cuentan las personas llamadas “discapacitadas”, en especial las “profundas”. Señaló también Mons. Oscar Sarlinga que, “en un sentido, “todos” –dijo- con todas nuestras capacidades que Dios nos dio, padecemos también, en un cierto sentido, algún tipo de “dis-capacidad” (explicó para ésto el significado de la partícula «dys» en griego, que se agrega a tantas palabras), más no sea, por ejemplo, las «dis-capacidades» en el orden existencial, cierto sentido de desorientación, el debilitamiento del espíritu de amor o de la capacidad de perdonar, de volver a empezar, la obsesión, el hiperanálisis y la dificultad de perdonar. Recomendó vivamente ver, en y desde Dios, el sentido profundo de la vida, pues siempre hay un sentido, y explicó lo fundamental de la enseñanza de Viktor Frankl en “El hombre en busca de sentido” y en “El hombre doliente”, aunque dijo que es la fuerza del cristianismo la que nos da plenitud. Distinguió también la pura “resistencia”, del espíritu de resiliencia”, y en especial de lo que podemos llamar “resiliencia espiritual”, y relacionó a esta última con la virtud moral de la fortaleza, tan necesaria en nuestros tiempos.
Los Padres Camilos (en número de dos) se encuentran ayudados por numerosos laicos colaboradores, ya profesionales, ya voluntarios de la obra que allí se realiza (y que es un centro irradiador para la región) y expresó el deseo que en un futuro próximo pudieran realizar una experiencia pastoral en ese lugar también algunos de los seminaristas de la diócesis. En Argentina, los cuatro primeros Religiosos Camilos llegaron el 19 de octubre de 1931. Desde un principio su misión fue prioritaria-mente en el ámbito hospitalario, al servicio de los enfermos, como respuesta al Mandato Evangélico: «Curen a los enfermos» y a su carisma específico. Luego de una presencia en distintos hospitales de la República, en 1957 los Padres Camilos iniciaron las obras de un nuevo Postulantado – Seminario Menor – en la localidad de Vagues, de San Antonio de Areco (desde 1076 perteneciente a la diócesis de Zárate-Campana), en donde, a partir de entonces, ejercen el servicio religioso en todos sus centros asistenciales. En la actualidad están presentes en las áreas de la Pastoral Hospitalaria, de la animación de la Pastoral de la Salud nacional, de Movimientos de Enfermos y Familia Camiliana. Dirigen y atienden el mencionado Hogar San Camilo para Discapacitados, en Vagues, el cual recibe a pacientes de ambos sexos con daño cerebral no recuperable y discapacitados físicos severos, carentes de recursos económicos.gran amor y profesionalidad. Son allí cuidados 80 chicos y chicas con discapacidad profunda, de distintas edades, e incluso de edad más adulta. A su situación, en general bastante humilde, se une la deficiencia motora en distintos grados que sufren, la mayoría en grado severo. Este hogar es un punto de referencia, por su forma de cuidar y de trabajar con las personas con discapacidad profunda, aunque con capacidades «muy especiales», como se ha dicho. Es también un hogar modelo, que necesita del apoyo y la ayuda espiritual y económica de todos para seguir prestando el servicio a estos jóvenes.
Datos:
Hogar San Camilo para discapacitados. (2764) Vagues, San Antonio de Areco – Buenos Aires. Tel.: 02326-453438 Fax: 02326-492198