Vestida de Sol | Padre Guillermo Serra | Capítulo 4
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52 VESTIDOS: EL CORAZÓN DE LA MUJER VISTO DESDE DIOS
P. Guillermo Serra,LC
CAPÍTULO 4: Vestida de misericordia
«Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco». (Lc 7, 47)
REFLEXIÓN
Mi único mérito es tu misericordia Señor
A lo largo de la vida de cada mujer van surgiendo nuevos retos. Hay uno en particular, que a pesar de ser rutinario, no deja de ser nuevo. Cada mañana debe elegir qué “ponerse”, cómo vestirse.
Las estaciones, el clima y también el día de la semana forman parte de esa elección. Según la ocasión eliges el vestido, buscas la combinación, lo que te queda bien. En cierto sentido es querer vestirte bien para tener una buena presentacion, para agradar a los demás y sentirte segura en ese vestido.
Pero qué pasaría si no tuvieras que elegir vestido, si pudieras ser tu misma, no vestirte para nadie, ni siquiera para ti. Estar cómoda, confiada, vivir como se duerme, sí, con tu pijama favorito, sin arreglarte, sin tener que cubrirte con nada, sin tener que pensar en los demás, ni siquiera en ti misma. Dejarte querer y consentir, con ese vestido que te da seguridad, confianza y paz.
En tu relación con Dios, tantas veces te vistes buscando darle motivos para que te ame, te perdone o para que lo sientas cerca de ti ¿verdad? Cuando te sientes pobre en razones o motivos para ser amada, es cómo si permanecieras con tu pijama sin poder ponerte nada, sin poder arreglarte, hacerte “presentable”.
Y es cuando más debes darle gracias a Dios por este vestido de misericordia que Él mismo te ofrece cuando no encuentras ningún mérito en tu vida. Así te creó Él, en tu estado y esencia más puros. Él ve debajo de todas las capas que te pones para cubrirte y conoce lo más profundo de tu corazón.
Su misericordia me atrevería a decir que es un llamado a que te sientas cómoda llevando el pijama de tu miseria, de tus límites, sin buscar cubrirte de razones para que seas digna de su amor. No tienes que hacerte presentable ante Él, más bien, Él, con su misericordia, te hace presentable.
Déjate abrazar como cuando eras pequeña y te tomaban en brazos al despertar, mientras tu abrías los ojos somnolientos y en la comidad y el calor de tu pijama, te sentías querida y amada. Acurrúcate confiada en los brazos de tu Padre, que no necesita razones para amarte.
Y como el amor y la misericordia de Dios son infinitos, tus méritos son muchos. Tu vestido de miseria resplandecerá en la medida que dejes que Dios lo embellezca con su abrazo de amor incondicional. Él quiere hacerlo, tú sólo tienes que permitírselo.
Así, aprende a despertarte cada mañana abriendo tus ojos desde la confianza de quien está a tu lado y para quien no tienes que vestirte de méritos humanos. Sé tú misma y Él te hará amable con su misericordia.
TEXTO PARA MEDITAR
¿En qué puedo poner mi confianza? ¿En mis méritos? Pero «mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos» (San Bernardo)
RECORRIDO/TAREA
Repetir a lo largo del día y de esta semana, “mi único mérito es su misericordia”, para así vestirte cada día de su misericordia, llenándote de confianza en su amor.
ORACIÓN
ABANDONARME A TI
Quero ser libre, pues me pesa mi humanidad;
Subir montañas y ver todo a lo lejos;
Cruzar los campos con prisa;
Caminar sobre las aguas, fijos en ti los ojos.
(…)
Soltar amarras y cadenas,
Todo lo que me limita y me daña;
Surcar mares vestida con el viento;
Ver atardeceres en silencio asombroso.
Todo novedad y todo seguridad,
Abandonada en tu fuerte Corazón,
Sin un plan ni un deseo, solo estar,
Porque estando se es más tuyo.
Y estando junto a ti, ¿qué más puedo pedir?
He dejado todo ya, ¿qué más puedo ganar?
Si Tú estás conmigo,
Nada me puede inquietar.
(…)
Extracto tomado del libro “Jesús a mi alma”
© P. Guillermo Serra, LC
Espero sus comentarios en mi correo saldetucielo@gmail.com