Una mirada al sector primario de la economía
En estos duros momentos se está hablando mucho de la afectación de la emergencia sanitaria que vivimos en la economía, muy relacionada con el sector industrial, servicios o comercio, pero poco o nada se está hablando del sector primario, que es, en realidad, el punto de origen, tanto de la economía, como de la subsistencia de las personas.
Pero, ¿qué es el sector primario de la economía? ¿Por qué es tan importante? ¿Qué afectaciones está sufriendo por la crisis actual? En este artículo queremos analizarlo en profundidad, pues se trata, como decimos, de un sector estratégico dentro de cualquier economía local.
Sector primario, definición
Como su nombre indica, es el primer escalón de cualquier economía, puesto que se trata del encargado de extraer directamente los bienes que proporciona la naturaleza. Su importancia es vital, puesto que incide directamente en la supervivencia del ser humano. Dentro de este sector encontramos la producción de alimentos, tanto para las personas, como para los animales. También es el más antiguo de todos los sectores, puesto que sus raíces se encuentran en la prehistoria, cuando los humanos empezaron a cultivar sus campos y a domesticar a los animales, creando la ganadería. Pero antes de esto, el hombre se dedicaba a la caza o a la pesca, que son otras dos actividades que contempla este sector. También forman parte del sector primario otras actividades que no hemos mencionado, como la apicultura, la explotación forestal o la minería.
Dependencia de otros sectores
Llegados a este punto, es necesario que tengamos en cuenta que hay actividades que dependen del sector primario, a la vez que este sector depende de otras actividades para su funcionamiento normal.
Así, hay industrias que necesitan del funcionamiento del sector primario, como por ejemplo la producción de harina, para después procesarla y convertirla en pan. Por otro lado, el sector primario necesita de otras actividades o servicios, que van desde el transporte hasta la comercialización, que deberá aportar el denominado sector terciario.
Así, podemos comprobar que, efectivamente, el sector primario es fundamental para proveernos, por ejemplo, de alimentos; pero también necesita del sector secundario para fabricar o procesar alimentos y del terciario para venderlos o distribuirlos, tanto entre los diferentes sectores, como entre el consumidor final. Este sería el funcionamiento de cualquier economía y así se genera riqueza en los países.
Problemas comunes del sector primario
Muchos de los problemas del sector primario se centran en la agricultura. Uno de ellos, por ejemplo, es el desequilibrio que existe en la cadena alimentaria y la variación de precios que se produce entre los productos en origen y en destino. Por ejemplo, un kilo de patatas cuesta apenas 0,17 euros el kilo, mientras que se vende a una media de 1,25 euros, debido a una gran cantidad de intermediarios que hacen que el precio se vaya elevando hasta llegar al comercio.
Otro problema es que, pese a existir oferta en cualquier país, existen muchos productores y de pequeño tamaño, mientras que la distribución está cada vez más concentrada y presiona a los productores para bajar los precios y, en el caso de no hacerlo, realiza compras de esos productos en terceros países (importación) que sí les ofrecen estos precios más bajos.
Problemas añadidos por la crisis del Covid-19
Como nuestro modelo económico se ha basado en el precio y no en la calidad del producto (en muchos casos muy por encima de lo que se importa), se ha ido abandonando el sector primario nacional, sobre todo en lo referente a la agricultura y la ganadería.
Y ahora, con las fronteras cerradas por la pandemia, nuestro país necesita, más que nunca, de unos productores que habían hecho unas previsiones de producción en base a lo que los intermediarios les pedían, que era más bien poco. Muchas cadenas de distribución comercializaban productos frescos de importación, como verdura, pescado y carne y ahora necesitan de nuestros productores para cubrir la actual demanda.
Este es el motivo por el que los productos de este tipo son ahora algo más caros: se está mirando hacia el productor nacional, pero sin renunciar al beneficio, algo que, tarde o temprano, deberá ser legislado.
Afortunadamente, muchos productores que habían encaminado su producción hacia la hostelería han generado un producto que no se puede vender, dado que la restauración está cerrada por orden gubernamental. Esto es importante, porque garantiza que no habrá escasez.
Por último, otro problema generado por esta crisis es que, al estar cerradas las fronteras, muchos de los trabajadores que venían a nuestro país para determinadas campañas, como la fruta, no van a poder desplazarse y los productores han generado una campaña social para conseguir trabajadores entre las personas que han perdido su trabajo por esta crisis sanitaria y parece que va a ser posible que estas producciones se lleven a cabo y todos podamos acceder a los alimentos.