Un sendero de luz
Muchos jardines están iluminados
con pequeños faroles, los cuales
alumbran lo suficiente como para
que la gente no tropiece en el camino.
En una oportunidad visité un jardín
en San Agustín, Florida, EE.UU.,
en el cual pequeñas lucecitas blancas
iluminaban una glorieta.
La romántica atmósfera se completaba con grandes
y frondosos árboles iluminados con guirnaldas
de luces que resplandecían como diamantes.
Hasta la luz más pequeña colocada en el lugar
estratégico puede iluminar un gran sector.
Esto es lo que sucede en el museo de Israel,
en la sala en honor a los niños que fueron
asesinados en el Holocausto.
Hay solamente
seis velas que alumbran la sala.
¿Cómo es posible?
Porque están estratégicamente colocadas
delante de varios espejos puestos en ángulo,
que multiplican la luz de las llamas
e iluminan toda la sala.
Alrededor del año 1800, un monje llamado
Walter Denham, de Bélgica, colocó una vela
encima de sus gastados zapatos de cuero.
Luego, con las velas encendidas, podía
atravesar la fría y oscura abadía
de piedra dando un paso a la vez.
Tal vez, te encuentres en medio de oscuras
circunstancias, ya sea por algo que no puedes
controlar, o debido a hábitos que no puedes dejar.
Quizá te sientas solo y vacío por dentro.
De la misma manera en que Walter usó las velas
para alumbrar su camino, tú puedes encontrar
tu camino espiritual.
¿Necesitas luz hoy para alumbrar tu camino espiritual?
Confiar en la ayuda de Dios es como tomar una lámpara
en la oscuridad.
Como la luz del amanecer disipa
la oscuridad de la noche, la Palabra de Dios expone
la oscuridad de nuestro corazón e ilumina la verdad
de que tenemos un Padre celestial que nos ama.
La oscuridad es la ausencia de luz.
Pero, puesto que Dios es luz,
en Él no hay tiniebla alguna.