Tu misión en la vida es la mejor de todas;
porque haces las veces de Cristo.
Ser otro Cristo en la tierra,
realizar las mismas tareas que Él,
vivir una vida lo más parecida a la suya,
salvar almas, glorificar a Dios.
La misión no la buscaste tú,
te la dieron graciosamente por amor.
Tómala con respeto y lánzate a vivirla
en plenitud.
¡Envidiar otras tareas, otras misiones!
Miope debes estar para embrujarte
con el trabajo del joyero y del empresario;
la joya preciosa la tienes tú, y la empresa
mejor es la tuya; el afán de desear
las peras del huerto vecino,
aunque las del tuyo sean mejores,
es una tentación muy humana.
Aprende a valorar y amar lo que
verdaderamente importa;
deja encandilarse a los otros
por las cosas que pasan y nada dejan,
aférrate a lo eterno, a lo que llevarás
contigo, cuando cruces la frontera.
Cristo vivió los 33 años de vida humana
más ricos y maravillosos que jamás
se hayan vivido, y los llenó de amor,
de obediencia, de las grandes virtudes;
los vació de todo lo que constituye
gran ganancia para los hombres.
Hay muchas vidas que se parecen a la suya:
son las vidas de los mejores.
Padre Mariano de Blas