Tres oraciones y un padrenuestro para engrandecer un mundial y enriquecer el fútbol
El Mundial de Sudáfrica 2010 está dando sus últimos ‘pelotazos’. El domingo, la final coronará a la mejor selección del mundo.
España, antes de enfrentarse a Alemanía por un puesto para la final ya se ha ganado por méritos propios un puesto entre las cuatro mejores selecciones de este mundial. tan solo falta rematar la faena y hacer bueno lo realizado hasta ahora.
Todo lo demás ya ha sido hecho y además bien de lo cual se ha informado puntual y verazmente por los distintos medios de comunicación.
Antes pues de que concluya este evento que volverá cuatro años más tarde vamos a inmortalizar aquí y ahora tres oraciones y un padrenuestro que tienen mucho que ver con la religiosidad de los futbolistas. Alguna es oficial del evento y las otras tienen mucho que ver con el fútbol y los futbolistas.
Nos encontramos pues ante una ocasión propicia para hacer ver a todo el mundo que la gente del fútbol también es creyente y desde luego, los gestos de algunos, denotan que tras el futbolista existe una persona grande y creyente.
Son gentes religiosas, gentes con fama y, por lo tanto con una proyección social importante de ahí que sus gestos sean rápidamente ‘copiados’ por los más jóvenes que los tienen por verdaderos ídolos no ya del deporte sino de la vida misma.
*La Conferencia Episcopal de Sudáfrica aprobó esta oración para el mundial 2010 que concluirá este próximo fin de semana con la finalísima y la disputa del partido valedero para saber quien es el tercero y quien el cuarto en la clasificación final definitiva.
Dios todopoderoso,
creador de todo, mientras personas
de todas las naciones se congregan, con pasión
y entusiasmo para la Copa Mundial de Fútbol 2010, que
nosotros los sudafricanos podamos ser buenos anfitriones, que
nuestros visitantes sean huéspedes bienvenidos y que los jugadores de
todos los equipos sean bendecidos con un buen espíritu deportivo y con
la salud. Que tu Espíritu de equidad, justicia y paz prevalezca entre jugadores
y participantes. Que puedan contribuir, cada uno a su manera, de forma positiva
para la prevención, el control y la lucha contra el crimen y la corrupción, el
vandalismo de cualquier tipo y la explotación y el abuso, sobre todo de
los más vulnerables. Que aquellos que están lejos de sus hogares y
de sus familias encuentren mucha alegría con ocasión de la
celebración del hermoso juego del fútbol y del bello
juego de la vida conforme a Tu plan
para el bien común de todos.
Amén
* Por otra parte hemos querido aprovechar este momento para insertar la Acción de Gracias por el Fútbol que escribió en su día el sacerdote y periodista valenciano Antonio Díaz Tortajada que reparte sus obligaciones como párroco de Santa María del Mar, en El Grao (Valencia), con la de columnista en distintos medios de comunicación tanto de prensa como de radio.
Esta es su Acción de Gracias particular. Una Plegaria de la que se han hecho eco clubes e instituciones cuando la ocasión lo requería y es que siempre está bien que se ore, se medite y sobre todo, se dé gracias por el don que supone jugar bien al fútbol
Señor:
En el estadio todos juegan, aunque sólo uno gana. Los deportistas te damos gracias por nuestros triunfos, signo de una larga vida vivida con lucha, esfuerzo y trabajo. Con esta plegaria a los pies de tu Madre María Santísima nos unimos, como un grandioso coro, para expresarte un himno de alabanza y acción de gracias.
Queremos dar gracias a Dios por el don del deporte, con el que como hombres ejercitamos nuestro cuerpo, nuestra inteligencia y nuestra voluntad, reconociendo que estas capacidades son dones del Creador.
Queremos vivir una vida deportiva como afirmación de los valores más importantes de los hombres como la lealtad, la perseverancia, la amistad, la comunión y la solidaridad.
Queremos que el fútbol se difunda en todos los rincones del mundo, superando la diversidad de culturas y naciones.
Queremos convertir el fútbol en ocasión de encuentro y de diálogo, superando cualquier barrera de lengua, raza y cultura.
Queremos que el fútbol pueda dar una valiosa aportación al entendimiento pacífico entre los pueblos y contribuir de esta forma a que se consolide en el mundo la cultura de la vida, del servicio y del amor.
Que busquemos, Señor, día a día, la ocasión de encontrar un nuevo impulso creativo y estimulante, para que el fútbol responda, sin desnaturalizarse, a las exigencias de nuestro tiempo:
un deporte que tutele a los débiles y no excluya a nadie, libere a los jóvenes del riesgo de la apatía y de la indiferencia, y suscite en ellos un santo espíritu de competición; un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida y que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad, llevando a una plena revalorización de toda persona humana.
Señor Jesucristo, ayúdanos a ser tus amigos y testigos de tu amor.
Ayúdanos a poner en la ascesis personal el mismo empeño que ponemos en el estadio;ayúdanos a realizar una armoniosa y coherente unidad de cuerpo y espíritu, para alcanzar tu inestimable premio: Una corona que no se marchita y que dura para siempre.
Amén.
Antes de poner el punto final a esta información mundialista desde su aspecto religioso, queremos hacernos eco de otra oración y un Padrenuestro que, sobre este Mundial de fútbol que el domingo ‘tocará a su fin’ se ha escrito con la confianza de que la hagan suya, como las anteriores, la aprecien y la guarden en un sitio donde la puedan encontrar con facilidad.
Les dejo pues con ‘bendición’ de monseñor Thabo Makgoba y con el Padrenuestro del sacerdote valenciano – es párroco de Santa María del Mar, en el Grao de Valencia, Antonio Díaz Tortajada.
* El arzobispo de Ciudad del Cabo, monseñor Thabo Makgoba elaboró una oración para este Mundial que tanto seguimiento ha tenido y tiene en España. Concretamente en esta:
«Bendice, Dios, el Mundial 2010. Bendice a quienes compiten y a quienes lo siguen, a los anfitriones y a los visitantes. Y ayuda a todos los que aman este precioso juego a crecer en el amor que nos has dado. Amén».
* Padre Nuestro del deportista para el Mundial Sudafrica 2010
por Antonio DIAZ TORTAJADA (sacerdote y periodista)
Padre nuestro que estás en el cielo y en cada rincón de la tierra
sobre todo donde un hombre refleja con su cuerpo y mente sana tu imagen.
Te reconocemos el Grande en el cielo y en la tierra
por todos los valores humanos presentes en el deporte.
Te bendecimos por todos los deportistas,
por sus familias y por quienes les apoyan.
Ayúdales a sacar el mayor bien de su talento y espíritu de equipo.
Padre nuestro que miras por igual a todos tus hijos
a quienes ves enfrentados jugando en el mismo estadio;
que no nos aislemos en nuestro egoísmo.
Quisiéramos realzar tu nombre
viviendo deportivamente el mensaje de aquel Monte,
con limpieza de corazón, sed de justicia, misericordia y de paz.
Que no usemos nunca la violencia o los puños para ganar
sino las normas del reglamento que deportivamente nos dignifican.
*Venga a nosotros tu reino que se nos da en el don del juego
que nos permite divertirnos y crecer física y espiritualmente.
Venga a nosotros tu Reino si de verdad Dios es nuestro rey
el de la paz y el del amor y trabajamos para que Él reine en el estadio.
Aleja de nosotros los reinos de la violencia,
de la mentira, de la trampa y de la traición.
*Hágase tu voluntad siempre y en todas partes.
En los estadios y en las canchas
que tus deseos no sean obstaculizados
por los hijos de la trampa y el cartón.
*Danos el pan para vivir solo el momento presente
que esté amasado con inteligencia y voluntad.
Aleja de nosotros el pan de la cizaña
que siembra envidia y división porque mañana puede ser tarde.
*No nos dejes caer en la tentación de almacenar lo que nos diste,
de acumular lo que otros necesitan,
de mirar con recelo al de enfrente.
Ayúdanos a eliminar la intolerancia
y a construir un mundo más fraterno y solidario;
un deporte que contribuya a hacer que se ame la vida
y que eduque para el sacrificio, el respeto y la responsabilidad,
llevando a una plena valorización de toda persona humana.
Que estemos dispuestos a pedir perdón
por lo que en el mundo del deporte se ha hecho o se ha omitido.
Y que nuestra mirada siempre este en el triunfo definitivo
donde fundamos nuestra esperanza.
Amén.
(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).-