CÉSAR ROLLÁN, eclesalia@eclesalia.net
MADRID.
ECLESALIA, 18/04/13.- Hace unos días que me abordó un señor con corbata naranja para hablarme de su banco. Y digo que me abordó porque me recordó a los piratas. Tú estás en medio del “océano”, pasas cerca de su “barco” y se ponen a tu lado para lanzarte la “bomba” de sus bondades. Le escuché pacientemente. Me ofrecía un plan de seguros. Al decirle que usamos poco de eso, pasó al plan de pensiones. Vista mi negativa terminó con un plan de inversión en el Tesoro Público. Llegados a este punto yo me expliqué con más detalle. Le dije que aunque la cosa está fastidiada, los pocos ahorros que tenemos preferimos llevarlos a la banca ética. Entonces el me dijo que ellos ofrecían un interés muy alto. Yo me mantuve en mis trece y aproveché para explicarle las bondades de la banca ética, lo seguras que son sus inversiones en beneficio de los demás y que, aunque den menos, salimos todos ganando.
Dio la casualidad que es ese mismo día, por la noche, escuché una interesantísima entrevista de José Manuel Vidal (director de Religión Digital) a Pedro José Gómez Serrano. Pedro José es un admirado amigo, de esos que por las circunstancias ves muy de vez en cuando pero sigues y aprecias siempre que hay ocasión. Es profesor de Economía en la universidad además de pastoralista. Está desde los inicios de la Coordinadora de Comunidades Cristianas Encomúnde Madrid y nos nutre año tras año con personas interesantísimas en los encuentros de formación. En la entrevista José Manuel le preguntaba, entre otras cosas, por el IOR, más conocido como Banco Vaticano. Pedro José, como en las demás cuestiones, respondió de forma rápida, lúcida y sencilla que ya se está planteando la necesidad de convertirlo en una banca ética. ¡Qué gran idea! Tan lógica y, sin embargo, tan lejana de la realidad… por ahora.
Para rematar, hace un par de días leí en Ecología y Cristianismo un comentario al texto de Félix Aizpurúa “Vivir en la globalidad del ser” titulado “Simplemente, el mercado no casa directamente con el Reino” y dice que los planteamientos de la economía de mercado y la globalización, tal como los entiende la mayoría de la gente, se oponen a la construcción del Reino de Dios en la tierra”.
Que cada cual vea dónde están sus ahorros, su cuentas, sus dineros y cómo puede invertir en un verdadero tesoro público por el interés de un mundo mejor (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).