También las Palabras mata | Reflexiones cristianas
El Papa Francisco decía a los miles de peregrinos que se agolpaban en la plaza de S. Pedro: «Si queréis ser santos, acabad con las murmuraciones, con las habladurías» y dar primacía al amor, un amor «cuya única medida es no tener medida».
Jesús en una ocasión dijo: “Habéis oído que se dijo a los antiguos, no matarás, pero yo os digo que todo el que esté enfadado con su hermano será procesado». Con esto Jesús nos recuerda que también las palabras pueden matar.
Cuando se dice que una persona tiene lengua de víbora, queremos decir que sus palabras matan. Las calumnias, las críticas, los chismes, las habladurías matan la fama de las personas.
Jesús propone a quien le sigue la profesión del amor, un amor cuya única medida es la de no tener medida, no tener cálculo.
El amor al prójimo es una actitud fundamental, tanto que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no tenemos paz con el prójimo. Una paz que se sigue buscando hoy, y que antepone a cualquier otra cosa.
Es preferible dejar la ofrenda ante el altar para reconciliarnos primero con el hermano, antes de manifestar nuestra devoción al Señor en la oración.
El Señor no da importancia simplemente a la conducta exterior o al cumplimiento de una doctrina, Él va a la intención, Él mira nuestro corazón. Al final, todo se concreta en el mandamiento nuevo: «Ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo».