Solicitar enseñanza religiosa para sus hijos es un deber y un derecho de los padres
Más del 90 % de los niños y jóvenes en la diócesis de Guadix cursan la asignatura de Religión Católica. Los padres ejercen así su derecho a elegir la educación que quieren para sus hijos
No es un privilegio de los católicos, sino un derecho reconocido en casi todos los países de nuestro entorno europeo, en igualdad con otras confesiones religiosas.
Acaba de abrirse el plazo de nuevas solicitudes de plazas para Centros Públicos y Concertados, y, desde la Delegación de Enseñanza de la diócesis de Guadix, se anima a padres y madres, a que sean responsables del tipo de educación que quieren para sus hijos y lo hagan valer a la hora de inscribirlos. Igualmente a aquellos que ya están inscritos, pero renovarán matrícula en el mes de junio. La normativa exige que los padres pidan cada año de nuevo enseñanza religiosa para sus hijos.
La diócesis de Guadix está a la cabeza de las demás diócesis en porcentaje de padres y madres que piden la Enseñanza Católica.
De un total de 7.065 alumnos que asisten a Centros Públicos de Infantil y Primaria, 6.404 reciben enseñanza religiosa católica a petición de sus padres. Lo que su pone un 90,6%.
Y de un total de 4.842 de la ESO y Bachillerato, 4.202 piden enseñanza religiosa católica, lo que supone un 86,7%.
De los 1.478 alumnos de Infantil y Primaria de los cinco Centros Concertados de entidad titular canónica de la Diócesis (tres en Guadix y dos en Baza), 1.457 padres y madres piden enseñanza católica para sus hijos, es decir un 98,5 %.
De un total de 675 de ESO y Bachillerato, 669 piden enseñanza católica, es decir un 99%.
Las cifras hablan por sí solas. La Constitución Española ampara el derecho de los padres a elegir libremente la formación religiosa de sus hijos que esté de acuerdo a sus propias convicciones, (art.27.3) y los padres de la diócesis de Guadix mayoritariamente la piden. Este es el argumento mayor, que no el único, para respetar un orden democrático y la voluntad de los ciudadanos, más allá de ideologías.
De ahí la importancia de unos padres concienciados y acompañados en estos momentos convulsos respecto al tema, para que hagan valer sus convicciones y derechos.
Es de tal envergadura lo que nos jugamos en el futuro, que bien merecería coordinar una estrategia de todos los implicados en la transmisión de la fe de los niños y jóvenes: padres, profesores, sacerdotes, catequistas y educadores en general, para que no decaiga la llama y estemos alertas a lo que intenta extinguirla.
Tenemos que creer en la Buena Noticia de la Educación Católica para nuestros jóvenes y niños y ofrecerla sin duda y con convicción.
Maribel Sancho
Delegada de Enseñanza