Salmo responsorial 78, 1-5. 8-9 | Orar con los salmos

SALMO RESPONSORIAL 78, 1-5. 8-9

R.    ¡Líbranos, Señor, por el honor de tu Nombre!

Señor, los paganos invadieron tu herencia,
profanaron tu santo Templo,
hicieron de Jerusalén un montón de ruinas;

dieron los cadáveres de tus servidores
como pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus amigos, a las fieras de la tierra. R.

Derramaron su sangre como agua
alrededor de Jerusalén, y nadie les daba sepultura.

Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.

¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás enojado para siempre?
¿Arderán tus celos como un fuego? R.

No recuerdes para nuestro mal
las culpas de otros tiempos;
compadécete pronto de nosotros,
porque estamos totalmente abatidos.

Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados, a causa de tu Nombre. R.

Reflexión del Salmo 78

Dios, por medio de Jesús, su Hijo, ha descubierto su brazo a la vista de nuestros enemigos y nos ha liberado de ellos. Dios escucha el clamor de sus pobres y está pronto a sus plegarias para librarlos de la muerte.

Aún en medio de nuestras más grandes miserias; aun cuando hayamos vivido demasiado lejos del Señor, volvamos a Él nuestra mirada y nuestro corazón, pues el Señor es rico en misericordia y su bondad nunca se acaba.

Retornemos a Él dispuestos a dejar que nos purifique de nuestras maldades y nos revista de su propio Hijo, de tal forma que no sólo participemos de sus bienes, sino que, bien calzados nuestros pies, vayamos a anunciar el Evangelio de la paz y de la misericordia que el Señor nos ha manifestado y confiado para que participen de él los pueblos de todos tiempos y lugares.