Salmo 116 – ¡Vayan por el mundo y anuncien el Evangelio!
R. ¡Vayan por el mundo y anuncien el Evangelio!
¡Alaben al Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo, todos los pueblos! R.
Porque es inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad permanece para siempre. R.
Reflexión del Salmo 116
Alabemos al Señor; que junto con nosotros lo alaben todos los pueblos y naciones, pues su amor y su fidelidad hacia nosotros son eternos. Efectivamente Dios nos ha concedido, por medio del Pueblo Judío, al Salvador de la humanidad entera.
En Cristo todos tenemos abierto el camino que nos lleva al Padre; más aún: Jesús es ese Camino.
Ir tras las huellas de Cristo equivale a caminar en la seguridad de poseer, de modo definitivo, los bienes eternos.
Dios no sólo nos quiere convertidos en una continua alabanza de su Santo Nombre; Él quiere que la salvación que ofrece a la humanidad entera sea salvación nuestra, por haber aceptado al Salvador en nuestra vida y por dejarnos transformar, día a día, conforme a su Imagen, para gloria del Padre.
Por eso pidámosle al Señor que nos ayude a dejar nuestros caminos de maldad y a ir tras sus huellas hasta que lleguemos a la Patria definitiva donde lo alabaremos eternamente.