No apaguemos el soplo del ESPÍRITU en la iglesia de JESÚS – REFLEXIONES CRISTIANAS
Lo decisivo en el bautismo de Jesús es la acogida del Espíritu que el Padre envía sobre Él.
Los primeros seguidores de Jesús lo recordaban como Aquel que, «ungido por Dios con el Espíritu Santo…, pasó la vida haciendo el bien».
La crisis religiosa de nuestros días se está extendiendo, la indiferencia está afectando ya a los mismos creyentes, el «ateísmo interior» está diluyendo la fe de algunos que se dicen cristianos hasta el extremo de no contar con Dios para nada en su vida de cada día. Dios no estimula su vida ni inspira su comportamiento.
Sin advertirlo, se están instalando en la «cultura de la ausencia de Dios», incluso dentro de nuestros hogares y comunidades, se está llegando a la indiferencia religiosa que parece invadirlo todo.
Es posible que seamos nosotros mismos los que estemos apagando el Espíritu dentro de la Iglesia con nuestra pasividad y empeño de conservar el pasado, quizás porque nos resulta más cómodo que vivir en permanente conversión.
Abiertos a la creatividad del Espíritu y promoviendo la “participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas», como «la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano».
Revitalizar la celebración eucarística es reavivar la fe.