Reflexión para el Primer Domingo de Adviento – Ciclo C

Reflexión para el Primer Domingo de Adviento – Ciclo C

¡¡ ADVIENTO, TIEMPO PARA LA ESPERANZA!!

Estamos envueltos en la crisis, pero Dios es siempre salvación. Nos rodea el individualismo, pero Dios es proyecto de comunión. Hablan las bombas en muchos lugares de la tierra, pero Dios pronuncia una palabra más fuerte que toda guerra: Amor

Hay desesperanza, pero en el Adviento resuena la voz esperanzada del Dios de la ternura. «Levántate y estrena tu dignidad», es la voz de Dios que nos quiere de fiesta, con la dicha del reino entre las manos.

«Una voz se oye en el desierto”, voz de profeta, amenazada, no vencida, siempre creadora de vida, abridora de caminos de confianza.

«¿Qué tenemos que hacer?», y como respuesta mil sugerencias. Lo escuchado en la intimidad pide ser gritado desde toda atalaya.

«Una mujer en camino de fe y de servicio», alumbra y acompaña nuestra sed de peregrinos. Es María, la mujer donde el Adviento se le hace carne, crecimiento, amor de entrañas, Hijo.

El Adviento esperanzado da la mano a la gozosa Navidad, el camino y la búsqueda se asoman al encuentro, al abrazo con Dios y los hermanos.

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Jeremías 33,14-16

Mirad que llegan días -oráculo del Señor-, en que cumpliré la promesa que hice
a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo, que hará justicia y derecho en la tierra.

En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos y la llamarán así: «Señor-nuestra-justicia». Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El pueblo de Israel que vivía una etapa de esplendor, por culpa del rey Sedecías terminó destruido y la mayoría de sus habitantes terminaron en el exilio. Esta experiencia les lleva a reconocer que son ellos los culpables por su pecado y su alejamiento de Dios. En esta situación histórica, se levanta la voz del profeta trayendo un rayo de esperanza: «Dios no se olvida de su pueblo; el Señor cumplirá su promesa y suscitará un Salvador».

SALMO
Sal 24, 4bc-5ab. 8-9. 10 y 14

R. A Tí, Señor, levanto mi alma.

• Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas,
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R:
• El Señor es bueno y recto
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R:
• Las sendas del Señor son misericordia y lealtad
para los que guardan su alianza y sus mandatos.
El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza. R:

2ª LECTURA
Lectura de la 1ª carta de S. Pablo a los Tesalonicenses 3,12_4,2

Hermanos:
Que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos, y que así os fortalezca internamente; para que cuando Jesús nuestro Señor vuelva acompañado de sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre.

Para terminar, hermanos, por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios: pues proceded así y seguid adelante. Ya conocéis las instrucciones que os dimos en nombre del Señor Jesús.

Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

El apóstol Pablo exhorta a los cristianos de Tesalónica a que se esfuercen en mantenerse siempre fieles a Dios nuestro Padre, para cuando Jesús vuelva. Les recomienda que se esfuercen en «rebosar amor», que entre ellos abunde la fraternidad, la comprensión, la amistad, la generosidad.

EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,25-28, 34-36

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje.

Los hombres quedarán sin aliento por el miedo, ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo temblarán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.

Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y la preocupación del dinero, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.

Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir, y manteneos en pie ante el Hijo del hombre.

Palabra de Dios

COMENTARIO AL EVANGELIO

El evangelista Lucas pone en boca de Jesús unas palabras con lenguaje apocalíptico para advertir a sus discípulos de entonces y a los que vendrían después a través de los siglos que debían estar dispuestos a vivir la nueva vida que Él proponía no estando apegados a todo aquello que «embota el espíritu y nos aparta de Dios.

Jesús quiere que sus seguidores estemos siempre despiertos y atentos a la voz del Espíritu que nos impulsa a buscar el Reino de Dios, aquí y ahora.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
¿ES POSIBLE HOY LA ESPERANZA?

¿Es posible hoy la esperanza? ¿Es posible esperar que todo, algún día, vaya un poco mejor?
El Evangelio comienza con la imagen de un mundo que se derrumba y se destruye.

Y a poco que nos fijemos podemos tener la sensación de que es así: guerras, hambre, terrorismo, violencia; diferencias económicas cada vez mayores; la ambición cada vez mayor de los gobernantes, que consienten toda clase de corrupción; la justicia, quizá, cada vez más injusta…

Y en nuestra misma vida hay momentos en que parece que todo se nos derrumba: la muerte de un ser querido, un problema de salud, la falta de trabajo, una situación familiar difícil e insostenible… ¿Puede algún día ir todo un poco mejor?

En medio de esta sensación de catástrofe y desánimo, una palabra: EL SEÑOR VIENE.

Más aún: el Señor ya está aquí y hemos de dejar que esté entre nosotros, que se haga presente, que camine a nuestro lado, porque viene a salvarnos, viene a liberarnos de las miserias de nuestro corazón, viene a cambiar nuestros corazones y a plantar en nosotros la semilla del amor, viene a darnos luz y a mostrarnos el camino, viene a darnos fuerza y a ayudarnos.

Jesús nos trae la esperanza y no el desaliento: estad despiertos, levantad la cabeza, no os desaniméis, poned vuestro esfuerzo y vuestro granito de arena. Si os empeñáis, las cosas pueden cambiar, porque yo estoy con vosotros y hago fructificar vuestro trabajo y vuestro esfuerzo.


Reflexión para el Primer Domingo de Adviento – Ciclo B

EL ADVIENTO TIEMPO DE SOLIDARIDAD Y DE ESPERANZA

El adviento nos anuncia que se acerca la Navidad. El adviento es una acción de gracias porque viene el Señor. Es una realidad gozosa: Dios viene. Y nos preguntamos: ¿para qué viene?, ¿por qué viene?, ¿para quién viene?

El adviento es una llamada a cambiar nuestra tierra seca en una tierra florecida y libre

Contra la tristeza el adviento nos pide verdadera alegría.
Contra el pesimismo nos pide ilusión.
Contra tanto consumismo el adviento nos pide austeridad.
Contra el poder y dominio de algunos nos pide servicio.
Contra la dureza de corazón el adviento nos pide misericordia.
Contra la ambición nos pide humildad.
Contra la dejadez el adviento nos pide responsabilidad.
Contra el racismo tolerancia. Contra el individualismo solidaridad.

¡¡VEN, SEÑOR, JESÚS!! ¡FELIZ ESPERA HASTA NAVIDAD!!

LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA

1ª LECTURA

Lectura del libro del profeta Isaías 63,16b-17; 64,2b-7

Tú, Señor, eres nuestro padre, tu nombre de siempre es «nuestro redentor».
Señor, ¿por qué nos extravías de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos?

Vuélvete por amor a tus siervos y a las tribus de tu heredad.

¡Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia!

Bajaste, y los montes se derritieron con tu presencia. Jamás oído oyó ni ojo vio
un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos.

Estabas airado y nosotros fracasamos: aparta nuestras culpas y seremos salvos.

Todos éramos impuros, nuestra justicia era un paño manchado; todos nos marchitábamos como follaje, nuestras culpas nos arrebataban como el viento.

Nadie invocaba tu nombre ni se esforzaba por aferrarse a ti; pues nos ocultabas tu rostro y nos entregabas al poder de nuestra culpa.

Y, sin embargo, Señor, tú eres nuestro padre, nosotros, la arcilla, y tú, el alfarero: somos todos obra de tu mano. No te excedas en la ira, Señor, no recuerdes siempre nuestra culpa: mira que somos tu pueblo. Palabra de Dios.

COMENTARIO A LA 1ª LECTURA

El profeta Isaías nos presenta a un pueblo, Israel, que reconoce sus pecados y asume su culpa por haber fallado a la promesa que hizo con Dios. Con mucha fuerza oran a Dios buscando su misericordia divina, para que el Señor vuelva a ellos. ¿Dónde está Dios?

El profeta les responde que Dios siempre está pendiente de ellos, pero unas veces no quieren verlo y otras no abren los ojos para descubrir a quien está detrás de todo lo que ocurre.

SALMO 79

Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.

• Pastor de Israel, escucha, tú que te sientas sobre querubines, resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. R:
• Dios de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa. R:
• Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti; danos vida, para que invoquemos tu nombre. R:

2ª LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,3-9

Hermanos:
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros. En mi Acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios os ha dado en Cristo Jesús.

Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo.

De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan de qué acusaros en el tribunal de Jesucristo Señor nuestro.

Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y Él es fiel! Palabra de Dios

COMENTARIO A LA 2ª LECTURA

En Corinto había una comunidad que participaba de la riqueza de la ciudad. En medio de su riqueza, el apóstol Pablo les invita a dar gracias porque más importante que su riqueza es el mensaje que han recibido: la fe.

Los exhorta a dar testimonio de Cristo para que se mantengan firmes en la espera de su llegada.

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33-37

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.

Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.

Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡velad!

Palabra de Dios

COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO

El evangelista Marcos nos presenta la exhortación de Jesús a sus discípulos a mantenerse vigilantes, pues no sabían cuándo se produciría la vuelta del Señor.

Así debe ser la actitud del cristiano en la vida, siempre atento a encontrar señales que Dios deja cuando pasa por nuestro lado.

La vigilancia no puede ser pasiva, requiere que estemos siempre a la expectativa, en actitud de oración y trabajo incesante anunciando el reino de Dios.

PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL

PRIMERA VENIDA DEL SEÑOR

Hace dos mil años, en Belén, entró en nuestra historia humana Jesús, el Hijo de Dios. El mismo Dios vino a vivir nuestra vida.

En Belén nacía Jesús. Nacía pobre, en una familia desconocida, lejos de su casa por exigencias de las leyes del emperador romano.

Nosotros, los cristianos, guiados por el testimonio de los que siguieron a Jesús cuando recorría los caminos de Palestina anunciando la Buena Noticia, creemos que, realmente, Él es el enviado de Dios para abrir para todos los caminos de la salvación, el Hijo de Dios que nos llena de vida.

Durante el tiempo de Adviento preparamos la celebración de la venida de Jesús, el enviado de Dios en medio de nosotros.

Preparar la fiesta de su nacimiento es una ocasión para renovar con toda intensidad una actitud de fe y de espera en la salvación que Él viene a traernos.

Es una ocasión para preparar nuestras vidas a fin de que pueda seguir viniendo a nosotros, a fin de que pueda entrar dentro de nosotros, que renueve nuestro corazón y nos convierta en mujeres y hombres nuevos, dedicados a hacer el bien como Él lo hacía.