Reflexión del Evangelio según Marcos 9, 30-37 | Monseñor Bernardo Álvarez

Reflexión del Evangelio según Marcos 9, 30-37 | Monseñor Bernardo Álvarez

Introducción

En esta reflexión sobre el Evangelio de Marcos 9, 30-37, Monseñor Bernardo Álvarez nos invita a profundizar en el mensaje de humildad y servicio que Jesús enseñó a sus discípulos. En este pasaje, Jesús revela nuevamente su misión y anticipa su pasión y resurrección, recordándonos el camino de entrega y amor que Él mismo eligió.

Invitación a ver la reflexión completa de Monseñor Bernardo Álvarez

Para profundizar en esta enseñanza, te invitamos a ver el video completo donde Monseñor Bernardo Álvarez nos ayuda a entender y vivir el Evangelio según Marcos 9, 30-37 de manera práctica y espiritual.

El Evangelio de Marcos 9, 30-37: Jesús nos enseña sobre la verdadera grandeza

En este evangelio, Jesús y sus discípulos están de camino hacia Jerusalén. Durante el trayecto, Jesús les habla sobre su sufrimiento y muerte, pero ellos no comprenden completamente el significado de sus palabras. Más adelante, Jesús percibe que los discípulos estaban discutiendo sobre quién de ellos sería el mayor. En respuesta, Jesús les enseña que la verdadera grandeza no se encuentra en el poder o el estatus, sino en el servicio y la humildad.

Monseñor Bernardo Álvarez: una reflexión profunda y actual

Monseñor Bernardo Álvarez, con su estilo claro y cercano, nos explica que el mensaje de Jesús sigue siendo relevante hoy en día. Nos recuerda que la grandeza cristiana no radica en ser servidos, sino en servir a los demás, especialmente a los más pequeños y vulnerables. Esta reflexión nos invita a examinar nuestras propias vidas y a preguntarnos: ¿A quién estamos sirviendo? ¿Cómo estamos mostrando el amor de Dios en nuestro día a día?

Claves de la enseñanza de Jesús en Marcos 9, 30-37

  1. El camino de la humildad: Jesús nos muestra que la verdadera grandeza viene de reconocer nuestra pequeñez y de servir a los demás sin esperar nada a cambio.
  2. El valor del servicio: Para Jesús, ser el primero implica ser el último y estar dispuesto a servir a todos. En nuestra sociedad, muchas veces buscamos reconocimiento y éxito, pero Jesús nos invita a un camino opuesto, el de la entrega y el servicio desinteresado.
  3. El ejemplo de los niños: Jesús coloca a un niño en medio de los discípulos y les dice que recibir a un niño en su nombre es recibirlo a Él y al Padre. Este gesto nos enseña a valorar la inocencia, la sencillez y la dependencia de Dios que simbolizan los niños.