¿Qué significa la resurrección de Jesús para nosotros?
Dice San Pablo: “Si tus labios profesan que Jesús es el Señor y tu corazón cree que Dios lo resucitó, te salvarás” (Rom 10,9). Por tanto, la resurrección no sólo tiene consecuencias para la persona de Jesús, sino también para nosotros. ¿Cuáles son estas consecuencias?
1. La resurrección de Jesús crea una nueva humanidad. Recompone definitivamente la amistad entre Dios y los hombres, y abre para éstos la fuente de la vida divina. Jesús resucitado arrastra en su triunfo a todos los hombres porque tiene el poder de transformarlos a su imagen, liberándolos de la esclavitud del pecado y de sus consecuencias: la muerte y el mal físico, moral y psicológico. Esta repercusión benéfica de Cristo resucitado para el hombre, queda muy bien ilustrada por Pedro en la curación del lisiado que pedía limosna en el Templo (Hch 3,6-8). El vigor físico recobrado y el gozo espiritual del lisiado, que da un salto y se pone a alabar a Dios, es señal de la nueva humanidad inaugurada y realizada por la resurrección de Jesús. El hombre recupera su libertad integral.
2. La resurrección de Jesús es el cumplimiento de la esperanza humana de inmortalidad. El hombre nunca se ha acostumbrado a morir, siempre ha soñado con vivir para siempre. Pero la dura experiencia de la vida le ha amargado siempre con la perspectiva del sufrimiento inevitable y de la muerte. Pues bien, ahora descubre que el dolor y la muerte no son la última palabra, que la vida no es un enigma sin meta ni salida. Lo que le ha pasado a Jesús nos pasará también a nosotros, su resurrección es fundamento y garantía de la nuestra.
3. La resurrección de Jesús nos da una nueva luz y una nueva energía para soportar las dificultades de la vida. En ella hemos aprendido que Dios no es alguien que se conforme con las injusticias, como la de matar al mejor hombre que ha pisado nuestra tierra. Que Dios no ha creado hijos para que acaben en el sufrimiento y la muerte. Desde entonces sabemos que nuestras cruces acabarán en felicidad, nuestro llanto en cantares de fiesta. Que todos los que luchan por ser cada día más hombres, un día lo serán. Que todos los que trabajan para construir un mundo más humano y justo, un día lo disfrutarán. Que todos los que creen en Cristo y le siguen, un día sabrán lo que es vivir. Que todos los que tienen sed de amor, un día quedarán saciados.
4. La resurrección de Jesús hace posible nuestro encuentro con Él. Jesús es el Viviente que, estando ya junto al Padre para interceder por nosotros, se hace presente en nuestra vida para acompañarnos en nuestro caminar: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). La vida de cada uno de nosotros la vivimos dos, Jesús y yo. Y esta presencia amorosa y liberadora de Jesús en nuestras vidas cobra especial vigor cuando nos reunimos para la «fracción del pan». Porque en la eucaristía, no sólo recordamos su muerte y resurrección, sino que participamos realmente de su vida divina, hasta que lleguemos al encuentro definitivo.
5. La resurrección de Jesús crea la Iglesia. Los discípulos se dispersaron en el momento de la pasión y de la muerte. Jesús resucitado los vuelve a convocar y establece definitivamente su familia, la Iglesia, que es la comunidad de los que han conocido la Buena Noticia de la resurrección y en la que se comparte y aviva la experiencia del Resucitado.
6. La resurrección de Jesús nos envía como testigos a todo el mundo. En las apariciones, Jesús encargó a sus discípulos la misión definitiva: «Como el Padre me ha enviado, así os envío yo» (Jn 20,21). “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado” (Mt 28,18-20).
7. La resurrección de Jesús es experiencia de misericordia y de perdón. Jesús perdona la traición de Pedro y el abandono de los demás discípulos. Pero, además, les encarga el ministerio del perdón: “Reciban el Espíritu Santo; a quienes les perdonen los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengan les quedan sin perdonar” (Jn 20,22-23).
8. La Resurrección es la mejor Noticia para todos los hombres. Da sentido a la vida y a la muerte. Jesús vivo sigue presente en nosotros y en la historia… Es posible la alegría… Vale la pena luchar, amar, morir mil veces… Es luz para ver con ojos de Esperanza todos los procesos liberadores del hombre, aparentemente frustrados… Es motivo siempre nuevo para volver a creer que vale la pena luchar por vivir, soñar y morir como Jesús, en un Reino que ya está presente, caminando hacia la manifestación total de la Vida.