¿Qué es la Sanación Espiritual, cómo se reconoce, cuándo se necesita?
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¿Qué es la Sanación Espiritual, cómo se reconoce, cuándo se necesita?
SANACIÓN
Una palabra que ha entrado relativamente hace poco en nuestro vocabulario católico pero que tiene gran importancia en la historia y la vida de muchas personas.
Lo más importante de la sanación no es lo que sucedió en el pasado sino el tremendo impacto que tiene en el presente y en el futuro. Es como recibir una cadena pesada en el pie. Cada día con la cadena es un día limitado o incluso perdido.
La sanación tiene diversas dimensiones, como es natural, porque son diversas las áreas y niveles que podemos encontrar en el ser humano. No todo nos afecta a todos y no todo nos afecta de la misma manera y en la misma profundidad. Lo que sí parece cierto es que todos necesitamos ser sanados de una o de muchas formas.
Sin pretender ser exhaustivos, podemos decir que hay sanación:
Física.
De recuerdos.
De emociones y miedos.
De experiencias traumáticas.
De ideas erróneas o destructivas que se vuelven obsesivas.
De aquello que hemos recibido de otras generaciones, por diversos caminos.
Espiritual.
¿QUÉ ES SANACIÓN PROPIAMENTE ESPIRITUAL?
En todo lo humano hay siempre una dimensión «espiritual»: es así sencillamente porque no somos sólo materia o cuerpo.
Llamaremos aquí sanación «espiritual» la que tiene que ver con uno de estos cuatro aspectos:
El vacío de Dios en nuestra vida, así tengamos muchas otras cosas.
Las consecuencias de la tardanza en responder a su amor y gracia, con lo que esto implica en tiempo y oportunidades perdidas.
Los restos y basura que queda en el alma por pésimas prácticas espirituales, a saber, aquellas que atentan directamente contra la fe.
El impacto que un periodo prolongado de acedia deja en el corazón.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA QUE NECESITAMOS ESTA SANACIÓN?
Las señales externas más fáciles de detectar son:
Conciencia del amor de Dios y a la vez una extraordinaria dificultad para experimentarlo, incluso después de haber tenido momentos de auténtico encuentro con el Señor.
Una mezcla de tibieza, cobardía y auto-descalificación en todo lo que tiene que ver con el servicio directo a Dios o a su Iglesia.
Dudas recurrentes en materia de fe o de la virtud de la esperanza; sensación sorda de derrota o de incapacidad.
Fragmentación frecuente de la mente en la oración; no es lo mismo que estar distraído o tibio sino más bien como sentir que una parte agradece y vive la oración mientras que otra parte permanece como indiferente o muerta.
MUY IMPORTANTE: al hacer un buen examen de conciencia se detectan algunos de los puntos o causas que hemos descrito al definir qué es sanación espiritual.
¿QUÉ PODEMOS HACER POR NUESTRA SANACIÓN ESPIRITUAL?
Ante todo, hay que comprender el papel que cumple la fe, la fe viva, en todo esto. Lo que tienen en común todos los elementos de diagnóstico son heridas en nuestra relación con Dios, que se da a través de la fe.
Prácticas iniciales y básicas:
Hacer una buena confesión (no tiene que ser confesión de vida, si ya se ha hecho alguna vez).
Es necesario, por supuesto, deshacerse de todo lo que objetivamente hace guerra contra Dios: libros, amuletos, fetiches, imágenes paganas, suscripciones a canales o servicios de Internet que propongan esa clase de ideas.
Recitar con alguna frecuencia, de forma pausada y serena, el Credo, como saboreando su contenido.
Suplicar la gracia del Espíritu Santo, y en particular, el don de Piedad.
Iniciar o fortalecer la presencia en nuestros grupos o comunidades de oración, en actitud de recibir.
Oración por sanación espiritual: Consiste ante todo en renovar, con toda sinceridad y humildad, nuestro deseo de conocer, amar y obedecer a Dios. La alabanza, la adoración y la entrega de sí mismo son aliados naturales de esta forma de oración.