TEMAS
1. La pedagogía en catequesis
2. Pedagogía del don
3. Pedagogía de la encarnación
4. Pedagogía de los Signos de Dios
5. Comunicación y catequesis
6. El lenguaje en catequesis
TEMA 1:
LA PEDAGOG?A DIVINA MODELO DE LA PEDAGOG?A EN CATEQUESIS
INTRODUCCI?N
Hemos visto en el curso anterior el lugar que ocupa la catequesis en el proceso total de la evangelizaci?n, su car?cter propio, su finalidad y meta que es la confesi?n de fe. Ahora en este curso nos vamos a ocupar en primer lugar de su pedagog?a (temas 1 al 4) y en segundo lugar del lenguaje y medios de comunicaci?n que tenemos a nuestro alcance para realizar nuestra tarea.
En la Catechesi Tradendae n? 58 encontramos esta frase: ?La originalidad irreductible de la identidad cristiana tiene como corolario y condici?n una pedagog?a no menos original de la fe?.
La originalidad de esta pedagog?a va a consistir en que ha de inspirarse en la propia pedagog?a divina, empleada en la Revelaci?n ?Dios mismo, a lo largo de toda la historia sagrada y principalmente en el Evangelio, se sirvi? de una pedagog?a que debe seguir siendo el modelo de la pedagog?a de la fe? (CT, 58)
Llamamos pedagog?a divina a la manera con la que Dios ha conducido a Israel hacia Cristo Salvador, y al modo con el que el propio Jes?s, Hijo de Dios hecho hombre vivi? la voluntad del Padre y comunic? e hizo realidad entre los hombres el Evangelio del Reino de Dios.
Jes?s cuid? atentamente la formaci?n de sus disc?pulos que envi? en misi?n. Se present? a ellos como ?nico maestro y al mismo tiempo como amigo paciente y fiel; su vida entera fue una aut?ntica ense?anza; les inici? en la oraci?n, les prometi? y envi? al Esp?ritu del Padre para que les guiara en la verdad y les sostuviera en los momentos de dificultad. En Jesucristo, Se?or y Maestro la Iglesia encuentra la gracia trascendente, la inspiraci?n permanente, el modelo convincente para toda comunicaci?n de la fe.
En la escuela de la fe de Jes?s, el catequista une a su acci?n de persona responsable con la acci?n misteriosa de la gracia de Dios. El Esp?ritu se vale de ellos para anunciar el Evangelio y sus capacidades y experiencias humanas entran a formar parte del la pedagog?a de la fe.
LA PEDAGOG?A DE DIOS MODELO DE LA PEDAGOG?A DE LA FE
La catequesis en cuanto comunicaci?n de la Revelaci?n divina, se origina radicalmente en al pedagog?a de Dios tal como se realiza en Cristo y en la Iglesia.
La palabra ?Revelaci?n? proviene del t?rmino lat?n ?revelatio?, ?revelare?, que traduce el griego ?apokalitein? que significa ?quitar el velo?, ?desvelar?, Dios se desvela, quita el velo que cubre su rostro.
En 1Jn 1, 2-3, San Juan nos dice cual es el objeto de esta Revelaci?n: ?La vida eterna que estaba junto al Padre?, es decir la vida misma de Dios. La manifestaci?n de la Palabra de la Vida, de la que se da testimonio, es el mismo Jesucristo, a trav?s del cual Dios quiere manifestarse a los hombres. La finalidad de esta manifestaci?n es la uni?n con los testigos de esta Revelaci?n; es decir: ?La uni?n con el Padre y con su Hijo Jesucristo?.
?Dios invisible, movido por su gran amor, habla a los hombres como amigos y habita con ellos para invitarlos a la comunicaci?n consigo y recibirlos en su compa??a?. La Dei Verbum nos presenta la Revelaci?n como un di?logo entre Dios y los hombres entablado por propia iniciativa divina a impulsos de su amor.
Esta conversaci?n se realiza mediante palabras y hechos a lo largo de la historia de la salvaci?n: ?Este plan de la Revelaci?n se realiza con hechos y palabras intr?nsecamente conexas entre s?, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvaci?n manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras; y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas? (DV, 2)
La plenitud de esta manifestaci?n se realiz? en Jesucristo: ?Pero la verdad ?ntima acerca de Dios y acerca de la salvaci?n humana se nos manifiesta por la revelaci?n en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de la Revelaci?n?.
La Dei Verbum nos muestra tres rasgos que caracterizan la pedagog?a divina como:
Pedagog?a del don.-
Que parte de la iniciativa gratuita de Dios que desea comunicarse a los hombres para comunicarles su salvaci?n: ?Dios invisible, movido por su gran amor, habla con los hombres como amigos…?
Pedagog?a de los signos.-
?Las obras realizadas por Dios en la Historia de la Salvaci?n manifiestan y confirman la doctrina y los hechos significados por las palabras?.
La Revelaci?n precisa de hechos y acontecimientos que sean accesibles al hombre y que a la vez muestren la trascendencia divina. La acci?n salvadora de Dios se hace presente en los signos que nos hablan de ella.
Pedagog?a de la encarnaci?n.-
?La vedad ?ntima acerca de Dios y acerca de la salvaci?n humana se nos manifiesta por la revelaci?n en Cristo?.
Jes?s es plenitud de esta historia y Palabra que lleva a sus ?ltimas consecuencias lo que Dios quiere mostrar de s? mismo.
Estas tres caracter?sticas de la pedagog?a divina deben ser asumidas por la pedagog?a catequ?tica; ellas nos van a dar pie para los pr?ximos temas donde veremos sus implicaciones pr?cticas.
LA CATEQUESIS FIEL A DIOS Y FIEL AL HOMBRE
La catequesis no debe confundir a acci?n salv?fica de Dios, que es pura gracia con la acci?n pedag?gica del hombre; no las contrapone tampoco las separa.
La catequesis es iniciaci?n, educaci?n y ense?anza inspirada en e di?logo que Dios mantiene amorosamente con cada persona. As? la catequesis:
– debe promover la adhesi?n plena del hombre a Dios (fides qua) y a los contenidos del mensaje cristiano (fides quae)
– debe desarrollar todas la dimensiones de la fe:
– Entender y vivir el Evangelio del Reino
– Celebrar la fe en el seno de la comunidad eclesial
– Anunciar y difundir el Evangelio
– impulsar a la persona a confiarse ?por entero y libremente a Dios?: inteligencia, voluntad, coraz?n y memoria.
– ayudar a discernir la vocaci?n a la que el Se?or la llama
Pero, ?qu? significa fidelidad a Dios y al hombre?
La catequesis no debe olvidar nunca la forma en que Dios ha querido revelarse a la humanidad:
?Dios mismo, a lo largo de toda la historia sagrada y principalmente en el Evangelio, se sirvi? de una pedagog?a que debe seguir siendo el modelo de la pedagog?a de la fe? (CT, 58)
Por otro lado ?la catequesis debe ser consciente de la situaci?n particular y la problem?tica concreta de la persona a la que se invita a creer en Cristo como quien tiene ?palabras de vida eterna?. El Esp?ritu debe ser Buena Noticia para las personas que lo acogen, por lo que debe apostar una nueva perspectiva a la vida.
La pedagog?a catequ?tica ?acord?ndose de la pedagog?a empleada por Dios?, utiliza ?una nueva pedagog?a que responda a los nuevas requisitos de su anuncio, ?acomod?ndolo? al talento de los catequizandos? (DCG, 33)
El catequista, por tanto, se configura un servicio a modo de itinerario educativo cualificado; es decir, por una parte, ayuda a la persona a abrirse a la dimensi?n religiosa de la vida, y por otra le propone el Evangelio de tal manera que penetre y transforme los procesos de comprensi?n, de conciencia, de libertad y de acci?n, de modo que haga de la existencia una entrega de s? a ejemplo de Jesucristo? (DCG, 147)
A este fin, el catequista conoce y se sirve, desde una perspectiva cristiana, de los resultados de las ciencias de la educaci?n.
TEMA 2: PEDAGOG?A DEL DON
Pablo VI, en la enc?clica Ecclesiam suma, sobre ?los caminos que la Iglesia debe seguir en la actualidad para cumplir su misi?n? nos dice como el di?logo de salvaci?n entre Dios y los hombres, brota espont?neamente de Dios, de su inmensa bondad; como no se ajusto a los m?ritos de aquellos a los que habl?, ni oblig? a nadie a aceptarlo; como se hizo posible a todos y como ha conocido normalmente grados, desarrollos sucesivos e inicios humildes antes del ?xito pleno.
EL DON DE DIOS
?Quiso Dios en su bondad y sabidur?a revelarse a s? mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad? (DV, 2)
El prop?sito de Dios en el Antiguo Testamento es salvar a los hombres. Poco a poco fue revel?ndose a s? mismo y comunicando su plan de salvaci?n a Israel, a trav?s de palabras y acciones. Estableciendo con ?l un di?logo de amigos. Dios reconoce al hombre como un ser con capacidad para escucharle, acogerle y responderle.
La bondad y donaci?n de Dios llega a su plenitud en la encarnaci?n de su Hijo y en el env?o del Esp?ritu Santo. Toda esta acci?n salvadora est? impregnada de gratuidad, y no est? condicionada en modo alguno al grado de respuesta del hombre.
?En esto consiste su amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que ?l nos am? y nos entreg? a su Hijo? ( 1Jn 4, 10)
Jesucristo como Palabra de Dios, utiliz? la misma pedagog?a. Jes?s se acerca a las personas en su realidad concreta, y lo hace por propia iniciativa. Las busca porque sabe que necesitan la salvaci?n que ?l puede ofrecerles. Relatos como el de Zaqueo, Mateo, la samaritana, Mar?a Magdalena… son una parada obligada que nos muestra como Jes?s sale a su encuentro y da pie a que estos se sientan acogidos y perdonados por Dios.
LA CATEQUESIS BAJO LA PEDAGOG?A DEL DON
El car?cter gratuito y sorprendente de la iniciativa divina sit?a a la acci?n catequ?tica bajo el signo de una pedagog?a del don.
Toda la acci?n catequ?tica est? al servicio de la acci?n de Dios en cada catec?meno. La catequesis es as? mediadora entre Dios y el catequizando.
La catequesis es una invitaci?n para encontrarse con Jesucristo resucitado, vivo y presente en una propuesta por hacer de la Bienaventuranzas un camino personal de felicidad.
Esta invitaci?n ha de hacerse en un ?mbito donde sea posible el encuentro y el di?logo, donde se acoja a Palabra de Dios y se descubra su presencia sorprendente en la historia humana. ?La Catequesis de la Comunidad? nos es muy clara en sus indicaciones para proponer esta acogida de la Palabra de Dios como don:
? Crear un clima de oraci?n
que fomente la escucha a las invitaciones y llamadas de Dios. La catequesis ha de desarrollar con cuidado el ?o?do? del catec?meno para hacerle sensible a la acci?n de Dios en ?l. Es bueno que frecuentemente, en el silencio de un clima religioso, el cristino sepa formular esta pregunta fundamental: ?Se?or, ?qu? quieres que haga?, ?qu? me pides en este momento de mi vida??
? Vivenciar los dones de Dios
la catequesis tambi?n tratar? de que el catec?meno vivencie, e don de la fe que ha recibido, el descubrimiento del Evangelio, el nuevo nacimiento en el Bautismo, la gracia de la comunidad concreta en la que vive… La actualizaci?n de estas vivencias se traducir? espont?neamente en plegaria de Acci?n de gracias.
? La alegr?a del camino encontrado
Tambi?n concierne a la pedagog?a del don, la educaci?n de la conciencia moral seg?n el Evangelio. Ser?a un error (que sucede con frecuencia) presentar lo que nos pide el Evangelio como una exigencia exclusivamente, sin haber experimentado la gracia de un camino encontrado. S?lo desde la vivencia de haber descubierto un tesoro se nos pueden plantear a los cristianos todas las exigencias morales evang?licas. La intensidad de la respuesta moral de catec?meno depender? de la intensidad del sentimiento de haber encontrado en el Evangelio algo nuevo e importante para su vida.
? La experiencia del don del perd?n
En este mismo contexto de la educaci?n de la conciencia moral, la catequesis mostrar? que la gracia es m?s fuerte que el pecado, que Dios es m?s grande que nuestra conciencia (1Jn 3, 20) La pedagog?a del don debe abordar, as? el delicado tema del tratamiento de la culpabilidad en la catequesis. Creemos que uno de los sentimientos m?s profundos del hombre actual es el de ?no ser lo que uno deber?a?. Si un proceso catequ?tico consigue que el catec?meno vivencie el perd?n gratuito e incondicional de Dios como algo m?s fuerte que ese sordo sentimiento de culpa, est? cerca de hacerle experimentar lo que es la gracia. En rigor, el sentido del pecado s?lo es posible a aquel que ha descubierto la cercan?a de Dios.
? Sorprender la novedad de Dios
Si la acci?n de Dios es siempre sorprendente, la pedagog?a catequ?tica ha de saber sensibilizar a esa novedad, muchas veces desconcertantes. Hemos de mostrar al catec?meno que los caminos de Dios piden frecuentemente enfrentarse con lo imprevisto de la vida, es decir, con todo aquello que irrumpe en la existencia rompiendo los esquemas previstos.
En el mismo desarrollo de un proceso catequ?tico, aunque estemos tratando un tema conocido o un texto evang?lico muchas veces comentado, hemos de educar la actitud de escuchar a Dios sin prejuicios, sin creer saber de antemano lo que nos va a decir. Dios no se repite nunca, siempre sorprende: ?ahora te hago saber cosas nuevas, secretas, no sabidas…, de las que hasta ahora nada o?ste, para que no puedas decir: ?esto ya me lo sab?a yo? (Is 48, 6-7)
Por tanto, la primera caracter?stica del talante de toda pedagog?a catequ?tica inspirada en la pedagog?a divina es esa referencia constante a la acci?n del Esp?ritu, Maestro interior que act?a ?en la intimidad de la conciencia y del coraz?n? (CT, 72)
LA CATEQUESIS SE CONFIGURA COMO PEDAGOG?A DEL DON
Para todo esto es preciso que la catequesis se configure en un espacio donde las personas sean efectivamente acogidas y puedan expresar en libertad su intimidad.
El ?mbito peculiar que re?ne estas condiciones es el grupo catequ?tico. Este exige en quienes lo componen:
– Acogida incondicional de cada uno de los componentes; esto supone aceptaci?n plena de los otros como personas que son dignas de mis confidencias y las cuales tienen algo enriquecedor que aportar.
– Estar abierto a la voluntad de Dios, que se manifiesta en el silencio que promueve la escucha de la Palabra de Dios, as? como la escucha de las palabras de los otros.
-Aportando de una manera sencilla y sincera la propia experiencia de fe en el seno del grupo.
Dadas estas condiciones, el grupo catequ?tico se constituye un ?mbito privilegiado para la cogida de la Palabra de Dios. Cada uno de sus miembros y todos en conjunto, son mediadores de la Palabra para sus hermanos. Todos tienen algo que aportar de manera que la Palabra de Dios compartida se haga presente en el interior del grupo a lo largo del proceso catequ?tico.
EL CATEQUISTA HACE SUYA LA PEDAGOG?A DEL DON
Recordemos como la catequesis en su misi?n se configura desde la categor?a de servicio:
? Servicio a l Palabra de Dios
? Servicio a la comunidad cristiana, y
? Servicio a los miembros del grupo catequ?tico.
Su tarea fundamental se desarrolla en el grupo catequ?tico con el cual vincula se experiencia de fe, con la de toda la Iglesia, la fe apost?lica.
El grupo tiene una funci?n importante en los procesos de desarrollo de la persona. Adem?s de ser un elemento de aprendizaje, el grupo catequ?tico est? llamado a ser una comunidad en desarrollo; no debe ser considerado una comunidad ya totalmente consumada. Cada grupo catequ?tico sigue un camino original y propio. El catequista de forma concreta y efectiva, vincula ese trayecto con la fe eclesial. Esto se realiza en la pr?ctica con la comuni?n que existe entre el catequista, el pastor de la comunidad cristiana en particular, y el obispo de la Iglesia diocesana.
El catequista consciente de esa tarea fundamental y en consecuencia, debe:
1. ser transmisor de la fe de la Iglesia, ofreciendo a los catequizandos el don de la ?memoria viva?, exponiendo de un modo ?ntegro el contenido de la fe para un conocimiento pleno del mensaje revelado.
2. iniciar e integrar al catequizando en la comunidad eclesial, en su vida, signos, lenguaje, expresiones y responsabilidades.
3. iniciar en la oraci?n y el di?logo con Dios
4. ser testigo de la fe de la Iglesia; lo cual supone anunciar y dar veracidad con su propia vida, actitudes y constumbres evang?licas de la fe que profesa.
As? mismo tambi?n debe tener:
5. ayudar al grupo a descubrir el ?rea de la experiencia a la realidad humana
existencial que es com?n a sus miembros
6. ayudar a profundizar en el ?rea de la vida personal comunitaria o social hasta
que cada catequizando se sienta necesitado de salvaci?n. Aqu? debe cuidar que
cada miembro se exprese y que su aportaci?n sea acogida incondicionalmente.
7. proponer los signos de Dios, tanto b?blicos como eclesiales que iluminen la
experiencia concreta que est? abordando el grupo.
8. estimular para que el grupo elabore diversas expresiones de fe que manifiesten
lo vivido y experimentado.
ACTITUDES DEL CATEQUISTA
?Los catequistas… reciben del Obispo, ?primer responsable de la catequesis y catequista por excelencia? (CT, 63), la misi?n oficial o encargo para ejercer su tarea en nombre de la Iglesia y al servicio de su misi?n evangelizadora?
S?lo as?, es decir, cuando los catequistas reciben de la autoridad el encargo oficial para catequizar, puede decirse que act?an en nombre de la Iglesia? (CA, 27)
El catequista-animador de grupo, para llevar a cabo la labor que le encomienda la Iglesia, debe cultivar dos ?reas o actitudes fundamentales:
1. La condici?n adulta en la fe
Lo cual se verifica concretamente a trav?s de:
– la unidad en torno a la fe de toda la persona y sus actividades
– una b?squeda permanente de la Palabra y su proyecci?n en la vida cotidiana que lleva a una constante conversi?n
– una actitud de servicio y amor, que evita dependencias infantilizadoras
2. El servicio a la Palabra
Que implica que el catequista sabe que:
– la Palabra va a manifestarse de forma real y evidente en el interior del grupo catequ?tico, por lo que debe preparar a sus miembros para acogerla
– la acogida de la Palabra siempre entra?a dificultades, sobre todo en el momento que se va concretando en la vida
– todas estas dificultades se superan s?lo desde la oraci?n y la actitud de humilde disponibilidad a la Palabra
– debe facilitar las condiciones concretas que el acto catequ?tico precisa para su desarrollo.
TEMA 3: PEDAGOG?A DE LA ENCARNACI?N
? El car?cter hist?rico de la revelaci?n divina sit?a a la catequesis bajo el signo de una pedagog?a que asume la historicidad del hombre? (CC, 213)
Todo el Antiguo Testamento es un ejemplo de la adaptaci?n de Dios a la historicidad del hombre. Israel ten?a conciencia de que Dios se hac?a presente en los acontecimientos y hablaba a Abraham, Mois?s y los profetas. Esta cercan?a de Dios con los hombres tiene su manifestaci?n plena en la encarnaci?n del Hijo de Dios compartiendo con ?l la misma ?historia?, la misma debilidad, excepto en el pecado.
Esta forma de hacer de Dios nos da la clave pedag?gica para acercarnos nosotros a los hombres y llevar a cabo nuestra tarea de educadores en la fe.
LA HISTORIA HUMANA HISTORIA DE SALVACI?N
El gran descubrimiento del pueblo de Israel es que Dios se manifiesta en la historia de los hombres. Israel, percibi? a Dios actuando en la historia y hablando desde ella; descubre en la historia la presencia de Dios mediante la fe.
Decimos que la historia humana es historia de salvaci?n; con esa afirmaci?n estamos diciendo:
? Que en la historia se descubre la acci?n de Dios
? Que toda la historia lo es de salvaci?n, a?n cuando esta salvaci?n est? oculta
? Que la salvaci?n no se dar? en plenitud en la historia
En la historia la presencia de Dios aparece como escondida en un mundo de peque?os. Dios se fija y act?a a trav?s de los que para nadie son importantes: Abraham, Jacob, Jos?, David, Mar?a… El mismo pueblo de Israel es un ?peque?a y despreciable naci?n? (Deut 7, 7-9) y San Pablo nos dice: ?Dios escoge lo m?s d?bil para confundir a lo fuerte? (Icor 1, 26-27)
As? s?lo la fe puede abrir los ojos para ver en la historia, en los peque?os, la acci?n de Dios. La fe es al que hace vislumbrar en los acontecimientos escondidos de la historia de los hombres, la acci?n salvadora de Dios. Pero, para ello, es preciso una transformaci?n espiritual, es necesario convertirse, cambiar de forma de ver las cosas. La fe es la que hace ver la realidad desde una perspectiva diferente y en continuidad con unos acontecimientos que ya ocurrieron pero que siguen siendo reales y actuales.
En definitiva, la historia humana se transforma en historia de salvaci?n cuando es interpretada a la luz de la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios, palabra encarnada
La Palabra de Dios no es un dictado a los autores sagrados. La Palabra de Dios es palabra humana; Dios es el aut?ntico autor, pero los escritores sagrados tambi?n son verdaderos autores. Por eso, la Palabra est? sujeta a los l?mites culturales del momento en que se escribi?.
Sin embargo, al ser de Dios, en su interior lleva el germen de la Trascendencia; siendo de un momento, para uno hombres concretos, est? gr?vida de universalidad.
Por eso, la Palabra de Dios, situada adecuadamente en el momento en que fue escrita y para quien fue escrita, puede iluminar citaciones muy diversas, pero que beben de la com?n experiencia humana. La Palabra salvadora de Dios es para el hombre y para todos los hombres.
Como Palabra encarnada, es preciso que afronte lo real humano y no se quede en la superficie. Al abordar lo humano en profundidad, la Palabra se ocupa de algo que afecta a los hombres de cualquier raza, cultura y momento hist?rico, exigiendo del que la escucha situarse en ese nivel de comunicaci?n y experiencia.
Cuando el hombre ilumina su realidad profunda con la Palabra, la vida aparece desde una perspectiva nueva, donde los hechos cotidianos pueden ser interpretados desde la acci?n salvadora de Dios.
Vamos ver como la catequesis ha de convertirse en un medio para que las personas acojan la Palabra como Palabra de Dios y, por lo tanto, como mensaje de salvaci?n.
LO ?REAL? DE LA PERSONA HUMANA
La catequesis ha de ser medio para que acojan la Palabra de Dios como mensaje de salvaci?n; para ello debe plantearse como llegar a lo m?s ?ntimo y profundo de la persona humana, as? donde la Palabra de Dios puede resonar como Palabra de salvaci?n. A diario la persona se ?mueve? a unos niveles de superficialidad, donde lo real de nuestra condici?n se nos escapa. Ah? la Palabra no tiene nada que decir.
Para llegar a lo que llamamos experiencia profunda podemos penetrar en cualquiera de los planos de lo real; veamos cuales son estos:
La situaci?n: son todas aquellas circunstancias en las que se desarrolla nuestra vida y la condicionan
Los acontecimientos: son las realidades que irrumpen en la vida personal afect?ndolas. Hay que destacar aqu? los encuentros personales.
La historia: la vida actual de una persona viene condicionada por acciones, acontecimientos y situaciones anteriores. Debemos conocer la historia para situar nuestra vida de forma adecuada.
EXPERIENCIA PROFUNDA EN EL GRUPO CATEQU?TICO
Hemos comentado como la Palabra de Dios ilumina lo real del ser humano, lo m?s profundo y aut?ntico de la persona y s?lo desde esa situaci?n puede ser acogida como Palabra salvadora. Por ello, es fundamental para el grupo de catequesis y su animador recoger el siguiente itinerario que nos acerca a la experiencia profunda. Este recorrido pedag?gico comprende tres etapas:
1. Experiencia compartida:
Para poder profundizar en lo real de uno mismo la experiencia precisa ser compartida con otros. De ah? que se haga imprescindible e irse educando en el compartir en el seno del grupo catequ?tico a todos los niveles de relaciones humanas: sentimientos, conocimientos, valores, etc…
Para ir compartiendo la experiencia es preciso:
– que se d? un ?mbito com?n a todos los miembros del grupo
– que todos y cada uno de los miembros del grupo tomen la decisi?n de
comunicarse con sinceridad
– que cada miembro del grupo se exprese libremente sobre el ?mbito de
experiencia com?n elegido, siendo aceptada su opini?n por todos.
– que se use un lenguaje b?sico com?n
2. Experiencia profunda:
Ahora toca profundizar en la vivencia que cada miembro del grupo tienen sobre la experiencia com?n elegida. Para ello es bueno que cada cual narre sucesos concretos que haya vivido en torno a esa experiencia. Se ir?n se?alando entonces sentimientos, deseos, esperanzas, que van quedando al descubierto; son las experiencias m?s hondas de cada persona.
?A partir de la persona llamada a ala comuni?n con Dios y con los hombres, el Evangelio debe penetrar en su coraz?n, en sus experiencias y modelos de vida, en su cultura y ambiente, para hacer una nueva humanidad con hombres y encaminar a todos hacia una nueva manera de ser, de juzgar, de vivir y de convivir. Todo eso es un servicio que nos urge?. CELAM, Puebla, 350
3. Experiencia de ruptura:
En este momento es cuando aparece con claridad el sentimiento de limitaci?n, de peque?ez, de necesidad de salvaci?n, de encontrar la luz que penetre en la historia y la cambie; luz que el creyente va a encontrar en la Palabra como dadora de sentido a al vida humana.
LA PALABRA DE DIOS
La Biblia es el medio fundamental par que el grupo se comprenda mejor e interprete la historia desde la voluntad salv?fica de Dios.
Los acontecimientos relatados en la Biblia, se leer?n partiendo de la interpretaci?n que de ellos se hace desde la fe; reflexionando sobre ellos.
Con el Antiguo Testamento se interpreta el destino y misi?n del pueblo hebreo, y en definitiva el destino y misi?n de todo hombre. Nosotros adem?s, interpretamos todas esas situaciones desde el acontecimiento primordial de Jesucristo, la luz de mundo.
?Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminar? a oscuras, sino que tendr? la luz de la vida.
Mientras es de d?a, debemos realizar las obras del que me envi?; cuando llegue la noche, nadie podr? trabajar. Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.?
Jn 8, 12; 9, 3
La Palabra de Dios aparece como dadora de sentido transcendente a la vida del hombre, como oferta de salvaci?n y plenitud ilumina una vez que en la acci?n catequ?tica se llega en la experiencia profunda al conocimiento de la limitaci?n humana.
As?, la catequesis aparece como una experiencia plena y humanizadora, una experiencia que transforma la realidad: La Palabra es una buena noticia para el hombre que toma cuerpo en los acontecimientos, acciones y situaciones de los miembros del grupo catequ?tico.
La catequesis al asumir la pedagog?a de la encarnaci?n que Dios ha utilizado en la historia de la salvaci?n, se presenta como una acci?n de la Iglesia que abre, de manera insospechada, las expectativas humanas a la transcendencia.
TEMA 4: PEDAGOG?A DE LOS SIGNOS DE DIOS
El Dios invisible no ha ?podido? hacerse entender al hombre visible sino en el ?lenguaje? que este puede entender: la comunicaci?n simb?lica. Por otro lado este tipo de comunicaci?n es al que mejor consigue el encuentro de las personas a niveles profundos.
SIGNOS Y S?MBOLOS
Podemos definir signo como ?toda realidad que nos lleva al conocimiento de otro?.
Las personas expresamos mediante signos nuestros sentimientos: cuando estamos tristes lloramos, para mostrar cari?o abrazamos, etc… Entre el signo que manifiesta un sentimiento y el propio sentimiento hay una relaci?n de significaci?n: el miedo significa huida, etc… As? en todo signo encontramos un significante: el elemento sensible que nos transmite el sentimiento o nos evoca una realidad a la que no tenemos acceso inmediato: llanto, sonrisa, etc… Y un significado: la realidad evocada o la experiencia interior que se hace presente en el significante.
Algunos signos surgen del acuerdo entre las personas: los colores de una bandera, las se?ales de circulaci?n, etc…Pero otros toman en su misma naturaleza una referencia a otra realidad; estos se llaman s?mbolos: el agua evoca limpieza, vida; el blanco pureza, etc…
Podemos afirmar que la historia de la salvaci?n es la historia de los signos de Dios. Encontramos los signos de Dios en comunicaci?n que este realiza mediante los acontecimientos.
Las respuestas concretas que los creyentes dan a situaciones de la historia son reconocidas por ellos mismos como actuaciones de Dios que modifica sorprendentemente los acontecimientos abri?ndoles a un nuevo significado.
En estas actuaciones de las comunidades en las que se reconocen la presencia de Dios otros creyentes, en otro momento hist?rico van a ser interpretadas como Palabras de Dios para su vida de fe. La raz?n es que el signo de Dios afecta a lo profundo de la experiencia humana, que anteriormente hemos llamado ?lo real?; por ello, puede iluminar a otros creyente, que aunque viven circunstancias distintas hay una similitud en sus experiencias profundas.
Todos los signos de Dios a lo largo de la historia convergen en Jesucristo, Palabra definitiva de Dios, culmen de la Revelaci?n.
PEDAGOG?A DE LOS SIGNOS DE DIOS
?La caracter?stica propia de conocimiento de la fe es la de ser un conocimiento por medio de signos? (DCG, 72)
La realidad de Dios es misterio para el hombre. Los acontecimientos salvadores de la historia de la salvaci?n son s?lo signo de una presencia que va m?s all? de ellos mismos, y que transciende al hombre: la presencia del Dios invisible.
?Dios habl? en otro tiempo de m?ltiples maneras. Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio de su Hijo? (Heb 1, 1-2)
La muerte y resurrecci?n de Jesucristo son el gran signo del poder de la acci?n salvadora de Dios.
Jes?s apoya su acci?n evangelizadora en unos signos cercanos a lasb gentes, y por medio de ellos les descubre los misterios del Reino de Dios. El agua, el pan, el vino,… son en las palabras y gestos de Jes?s signos de una acci?n salvadora presente pero invisible.
Los hombres y mujeres de hoy necesitan palabras y acontecimientos, en definitiva: presencia humana significativa que les plantee la presencia activa de Dios. La invitaci?n a la fe precisa, para que se pueda realizar, la presencia de los signos de Dios. Es importante que la catequesis manifieste que a Dios no le podemos ver cara a cara, que no le podemos ?objetivar?, s?lo es posible acceder a ?l por mediaciones, indirectamente.
De ah? que la catequesis ha de dar toda su importancia al lenguaje simb?lico, es decir, al lenguaje de los signos. Una de las mayores dificultades en la transmisi?n de Evangelio al hombre de hoy estriba en que ?muchas veces- faltan unos presupuestos compartidos entre la fe y la cultura actual. Para muchos j?venes y adultos de hoy, nuestra forma de hablar de Dios y de la salvaci?n no tiene sentido y les resulta extra?o a su lenguaje. Es como si, al referirnos a cuestiones que interesan profundamente al hombre, habl?ramos una lengua desconocida para ?l. Es preciso, por tanto, que nuestros materiales catequ?ticos, respetando la transcendencia del misterio cristiano, hablen en lenguaje que conecte ?de modo significativo- con aquellas experiencias humanas profundas a partir de las cuales el hombre se pregunta por la trascendencia.
EL SENTIDO DEL SIGNO
Hoy en d?a, en nuestra cultura actual, el sistema de signos es muy diferente al modelo tradicional, por lo que los signos de Dios pueden ser ininteligibles para el hombre de hoy.
Esto nos obliga a plantearnos con hacer estos m?s cercanos al hombre actualmente.
Para facilitar una aproximaci?n a los signos de Dios vemos necesario iniciar al sentido del signo; lo primero para entrar en sinton?a con un signo concreto, o un conjunto de signos, hay que familiarizarse de forma efectiva, y tambi?n cognoscitiva, con el ?mbito cultural donde nace; ya que la diversidad cultural en que lo hace lo condiciona de manera definitiva. Adem?s, en la catequesis debe:
utilizar diversidad de lenguajes en la comunicaci?n educativa: imagen, musical, proyectivo y, naturalmente, discursivo y sistem?tico
sensibilizar en el lenguaje del signo, mediante la apertura a los dem?s, al sentido de la transcendencia, acercando todo lo que se entiende por poes?a y cuento, haciendo descubrir la presencia del signo en el lenguaje actual
familiarizarse con el grupo de personas que se comunican a trav?s de los signos a los que deseamos iniciar. En este caso, familiarizarse con el grupo de los creyentes en Jes?s de Nazaret a lo largo de la historia y en el momento actual. Este acercamiento le permitir? ir descubriendo el particular campo significativo cristiano y de la transcendencia.
M?TODO PARA PRESENTAR LOS SIGNOS DE DIOS
?Atenta a los signos de los tiempos, interpretados a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, toda la comunidad cristiana es llamada a hacerse responsable de las opciones concretas y de su afectiva actuaci?n para responder a las interpretaciones que las cambiantes circunstancias le presentan? CELAM, Puebla, 473
Los signos de Dios que se producen en la historia y la convierten en Historia de Salvaci?n se llevan a cabo mediante los acontecimientos de los que son protagonistas creyentes o comunidades cristianas concretas que descubren en su vida la acci?n salvadora de Dios.
Para que estas presencias de Dios en la historia sean significativas en la vida actual del grupo catecumenal en las que se introducen, este debe conocer:
– la situaci?n de la comunidad que descubre en ese acontecimiento un signo de Dios reconoci?ndose como continuadora de esa misma experiencia
– profundizar en la situaci?n humana interior que experimentan las personas que viven el acontecimiento
– descubrir la presencia activa de Dios en lo profundo de ese acontecimiento, que hace tomar un rumbo inesperado a la historia de los hombres a quienes afecta.
Despu?s ha de ver como un suceso de pasado se torna desde la fe en un signo de Dios para ellos. Para lo cual:
– debe percibir lo que tienen en com?n la situaci?n vivida por la comunidad donde se di? el acontecimiento, las situaciones de las comunidades que a lo largo de la historia han descubierto en el un signo de Dios y la situaci?n que afecta al grupo catequ?tico. Estas experiencias comunes pueden ser: dominaci?n, liberaci?n, triunfo, fracaso, salvaci?n…
– descubrir la similitud de sentimientos y vivencias personales de los protagonistas de acontecimientos inicial, con los miembros del grupo catequ?tico en los que se presentan como signo de Dios.
– Confiar en que igual que Dios se hizo presente en la existencia de otros hombres transform?ndola, se va a hacer tambi?n presente en el grupo catequ?tico abriendo su existencia a la esperanza de una salvaci?n real y concreta.
EL SIGNO DE DIOS B?BLICO
La Biblia es un signo que contiene en s? misma gran cantidad de signos de Dios.
Al principio del itinerario catequ?tico es mejor presentar signos de Dios cercanos y accesibles de forma sensible. La Iglesia a trav?s de los diversos grupos y comunidades que la forman nos brinda numerosas posibilidades.
Sin embargo es preciso que el grupo catequ?tico vaya descubriendo la Biblia como Palabra que Dios dirige a su vida, Palabra llena de valor transcendente .
La catequesis: ?ha de estar totalmente impregnada, por el pensamiento, el esp?ritu y las actitudes b?blicas y evang?licas a trav?s de un contacto asiduo con los textos mismos… y ser? tanto m?s rica y eficaz cu?nto m?s lea los textos con la inteligencia y el coraz?n de la Iglesia?.
?La escritura debe ser el alma de la evangelizaci?n. Pero no adquiere por s? sola su plena claridad. Debe ser le?da e interpretada dentro de la fe de la Iglesia?. CELAM 372
En los ?ltimos siglos ha habido un alejamiento entre la Biblia y la vida del Pueblo de Dios. Tal vez por el empe?o en leerla como un texto de contenido moral o un compendio de verdades que los cristianos deben creer y que tiene poco que aportar a hombre de hoy.
Pero no cualquier aproximaci?n a la Biblia es v?lida para la catequesis; se corre el riesgo de hacer decir a la Palabra de Dios lo que interesa en cada momento, caer en el fundamentalismo, o interpretar los textos en su sentido literal. Por ello, en la catequesis a la hora de utilizar la Biblia se deber?n tener presentes estos principios fundamentales:
– El grupo catequ?tico debe introducirse en el tiempo y espacio en que se desarrolla el acontecimiento narrado, as? como en el de la comunidad en la que y para la que se escribe el texto
– La Palabra es una realidad que sigue actuando en la historia. Es decir, no es una narraci?n hist?rica de un pasado ejemplar, sino una realidad abierta que invita a participar a los hombres actuales en la Historia de Salvaci?n.
– S?lo mediante la introducci?n en la vida eclesial se puede entrar en el sentido aut?ntico de la Palabra. La Palabra da vida a la comunidad creyente, pero al mismo tiempo, s?lo en la comunidad eclesial puede descubrirse el sentido que la Palabra tiene,; la Biblia es Palabra que nace en el seno de un pueblo, es escrita en el interior de ese pueblo y es le?da e interpretada seg?n la comunidad de los creyentes que lo forman.
EL S?MBOLO
Hemos dicho que los s?mbolos son aquellos signos que por su propia naturaleza evocan otra realidad, experiencia o sentimientos. El s?mbolo evoca una aspiraci?n profunda presente en el interior de la persona.
La realidad simb?lica puede ser de orden f?sica (la monta?a, las estrellas, la noche) o de orden personal (el llanto, la comida, el fuego, la boda)
El s?mbolo puede evocar un recuerdo, facilitar un desahogo o una liberaci?n de algo que estaba reprimido, expresa esperanzas o anhelos, o manifiesta una presencia escondida.
El s?mbolo posee una serie de valores en s? mismo que es preciso tener en cuenta a la hora de utilizarlo.
– El mensaje que el s?mbolo evoca es independiente de la intenci?n humana; lo sugerido es sugerido porque s?, no por que una persona quiera que el s?mbolo lo sugiera
– El s?mbolo promociona a hombre, haci?ndole aspirar a los valores superiores que ?l hace presentes
– Debido a sus propiedades, el s?mbolo abre a la transcendencia, inicia en el camino de la experiencia del Absoluto
La catequesis en cuanto a su educaci?n en al vida de la comunidad cristiana debe familiarizar a catequizando con el s?mbolismo eclesial.
El simbolismo cristiano hunde sus ra?ces en el simbolismo b?blico. Son muchas las narraciones del Antiguo Testamento donde se utiliza el s?mbolo para referirse a Dios (fuego, brisa, luz, roca, etc…), evocar la Alianza de los Padres (tablas, cordero, circuncisi?n…), o celebrar lit?rgicamente los acontecimientos de la historia.
En el Nuevo Testamento los s?mbolos b?blicos quedan referidos al acontecimiento de Jesucristo,, que les otorga una nueva dimensi?n (la cena de Pascua, el bautismo, la unci?n, la imposici?n de manos…)
Los Signos de Dios aunque se os ofrecen en primer lugar desde la Biblia, tambi?n los encontramos en la liturgia, en la vida y la Iglesia en general, en las comunidades cristianas concretas de hoy y de siempre, en los testimonios de los Santos, de los Padres de la Iglesia, etc…
?Los signos importantes en toda acci?n lit?rgica, deben ser empleados en forma viva y digna, supuesta una adecuada catequesis. Las adaptaciones previstas en la Sacrosanctum Concilium y en las normas pastorales posteriores son indispensables para lograr un rito acomodado a nuestras necesidades, especialmente a las del pueblo sencillo, teniendo en cuenta sus leg?timas expresiones culturales?. CELAM, Puebla, 926
PEDAGOG?A DEL S?MBOLO
Hemos visto como la realidad simb?lica es de gran importancia para la experiencia de la transcendente y la experiencia cristiana.
A. Aparisi nos habla de dos momentos en la educaci?n del S?mbolo primero un momento de pedagog?a del s?mbolo natural y segundo la pedagog?a del s?mbolo cristiano.
Pedagog?a del s?mbolo natural
Este primer paso es importante par penetrar en el significado profundo de un s?mbolo concreto y para hacer presente un determinado valor o mensaje mediante el s?mbolo. Para ello debemos:
– elegir el s?mbolo m?s adecuado a la situaci?n o al grupo, o el que evoque con m?s nitidez el mensaje de fondo que buscamos suscitar
– presentar el s?mbolo mediante im?genes, soporte literario o auditivo, …, o bien exponiendo directamente el s?mbolo. Aqu? es necesario un clima de serenidad y silencio para acoger el s?mbolo.
– comunicar los sentimientos que a cada uno le ha evocado el s?mbolo, los valores percibidos y la identificaci?n personal con ellos. Poco a poco, a medida que se profundiza en este comino se ir? percibiendo la imposibilidad de alcanzar la plenitud intuida y d?ndose un sentimiento de ruptura interior.
Pedagog?a del s?mbolo cristiano
Lo que hemos visto para el s?mbolo natural vale para el proceso educativo cristiano. Es m?s, a veces conviene instruirse en la sensibilizaci?n con el s?mbolo natural antes de acceder a momento del simbolismo cristiano propiamente dicho.
A la hora de educar en el Signo de Dios simb?lico distinguiremos dos fases que se suceden:
Fase preparatoria:
Debemos elegir: el mensaje de la Palabra de Dios que se ha propuesto transmitir; un signo de Dios que se refiera al mensaje elegido, bien sea b?blico o de a vida eclesial; y un s?mbolo natural que conecte con el Signo de Dios.
Debemos preparar la forma en como va a hacerse presente en el grupo ese s?mbolo natural: fotos, montaje de diapositivas, canci?n, narraci?n, etc… As? como enumerar los diversos valores que el s?mbolo puede generar y evocar.
Fase de realizaci?n:
Consta de varios momentos:
– experiencia natural del s?mbolo que puede realizarse por diferentes medios, y siguiendo la pauta que antes hemos decidido
– experiencia de ruptura, punto de llegada de la experiencia de s?mbolo natural. Consiste en la percepci?n de la finitud, de la limitaci?n humana: es el desnivel entre aspiraciones y realizaciones puesto en evidencia con toda crudeza. Es en este momento, cuando se genera una necesidad de salvaci?n, de romper con el aparente triunfo de la ya decretado.
– sin embargo, esta experiencia de ruptura no es algo que s?lo sucede en el grupo de catequesis. A lo largo de la Historia de Salvaci?n, otros creyentes has sentido una experiencia similar a la nuestra. En este momento se indica el contexto humano presente en el Signo de Dios que se va a proponer, en el que se evidencia esta experiencia de limitaci?n y ruptura.
– presentaci?n del Signo de Dios simb?lico. ?C?mo se afronta la experiencia de limitaci?n en el Signo de Dios? ?Cu?l es la nueva situaci?n que surge? ?Por qu??
– se propone el mensaje de la Palabra en el grupo, deduci?ndose las conclusiones operativas y los itinerarios concretos a seguir, tanto grupalmente como personalmente. Estos itinerarios ser?n compartidos y evaluados con total sinceridad.
En todo proceso educativo religioso tiene un papel importante la educaci?n simb?lica y toda metodolog?a basada en el s?mbolo lleva a una mejor comprensi?n del Mensaje, pues es el s?mbolo el que va a iluminar el sentido de los Sacramentos, la presentaci?n de Jes?s como ?Camino? y como ?Vida?, como ?Pan? y como ?Agua?, como ?Roca? o como ?Pastor?, etc.
TEMA 5: COMUNICACI?N Y CATEQUESIS
Comenzamos aqu? una serie de temas que a pesar de que en un primer momento puedan parecer excesivamente te?ricos y alejados de nuestro quehacer diario considero fundamentales para comprender los procesos e interacciones que se dan en la relaci?n grupal en la que nos vamos a mover; as? como para comprender mejor la comunicaci?n de fe que pretendemos con la catequesis y saber sacarle el mayor partido a nuestra tarea.
Hemos comentado ya que la catequesis no es una mera ense?anza cognoscitiva y doctrinal sino que es un ?poner en marcha? a la persona entera hacia una forma de interpretar la propia existencia y vivirla al estilo de Jes?s. El hecho de conocer un poco m?s como nos comunicamos y trasmitimos nos dar? las claves y la seguridad par afrontar nuestra misi?n con valent?a y efectividad.
DEFINICI?N Y MODELOS DE COMUNICACI?N
La comunicaci?n humana es un fen?meno complejo, variado y m?ltiple en sus formas y facilita la adaptaci?n del ser humano a su entorno. Podemos decir que el hombre es origen, proceso y resultado de la comunicaci?n. El hombre se comunica con sus palabras, tanto oral como escritas, con su propia imagen, con sus gestos, con los signos que crea (Ej. : se?ales de tr?fico, etc): el hombre no puede ?no? comunicar; es un ser en comunicaci?n.
La comunicaci?n, a su vez, es el intercambio de mensajes entre los hombres. Toda comunicaci?n transfiere y difunde una informaci?n; esta es la base de la comunicaci?n aquello que se intercambia o la medida de la posibilidad de intercambio. La comunicaci?n es el proceso de intercambio de mensajes o informaci?n.
Muchos son los modelos que tratan de abordar el fen?meno de la comunicaci?n desde una perspectiva propia:
El modelo de Shannan, nos dice que la comunicaci?n se inicia con la selecci?n de un mensaje de un conjunto de posibles mensajes. El emisor opera sobre el mensaje y lo codifica transform?ndolo en se?al capaz de ser transmitida a trav?s del canal. Cuando el receptor recibe el mensaje debe realizar la codificaci?n a la inversa (de_codificarlo) reconstruyendo el mensaje a su naturaleza original. Shannan introduce un elemento extra: el ruido, refiri?ndose a al actividad que a?ade contenidos que o estaban en el origen del mensaje y provoca interferencias o desviaciones del mensaje original.
El modelo Lasswel, qu supone al emisor una intenci?n de influir sobre el receptor. Nos dice que todos los mensajes tienen efectos a considerar que el mensaje es unilateral y en un solo sentido: emisor —– receptor.
El modelo Shamm, preocupado por los efectos. Para ?l comunicar es compartir, participar en com?n con alguien. Para ello debe haber una fuente, un mensaje y un destino. La comunicaci?n es vista por Shamm como un proceso encadenado, la fuente y el destino est?n sintonizados. Tambi?n nos habla de que no es un ?nico mensaje el que se transmite sino un grupo de mensajes paralelos ( ej: el tono de voz, la expresi?n del rostro, vestido, etc )
El modelo de Takobson, incide en la intencionalidad de la comunicaci?n; no s?lo sirve para transmitir datos, sino que con ella se puede persuadir, manipular, sancionar, etc. Para ello Takobson introduce otro elemento: el contacto; un canal f?sico y una conexi?n psicol?gica entre el emisor y el receptor que permite tanto al uno como al otro establecer y mantener una comunicaci?n.
El modelo de Maletzke, especialistas en sicolog?a de la comunicaci?n nos define la comunicaci?n inicialmente como un mensaje que da lugar a una vivencia, un efecto en un receptor. Seg?n ?l el emisor y el receptor se influyen rec?procamente.
EL PROCESO DE LA COMUNICACI?N
Cada uno de estos modelos tiene objetivos distintos, pero en todos intervienen los componentes que se?alamos a continuaci?n y que son esenciales a cualquier proceso de comunicaci?n en general:
Emisor
Es el elemento generador o fuente de la que parte el mensaje. Tambi?n codifica el mensaje a enviar.
Mensaje
Codificado por el emisor constituye el contenido. Es el eje de la comunicaci?n.
Objetivos
Es la intencionalidad que se pretende o busca al comunicar.
Canal
Es el medio por el cual dicho mensaje es transmitido; puede ser escrito, hablado, sonoro o audiovisual.
Lenguaje
Con que se transmite el mensaje, puede ser palabras, signos, etc
Receptor
Es quien recibe el mensaje, el destinatario de la comunicaci?n. Puede ser un individuo, un grupo, etc; y puede aceptar o rechazar la comunicaci?n, si acepta provoca un respuesta al emisor que se conoce como: feedback.
Las caracter?sticas del receptor influyen en el proceso de recepci?n del mensaje.
Producir unos efectos que pueden ser de conocimientos o cognoscitivos, de tipo emocional o afectivo y tambi?n puede dar lugar a acciones
Todo proceso de comunicaci?n se produce en un contexto cultural, social, pol?tico concreto, lo que puede condicionar el mensaje, aportando elementos negativos, perturbadores del mensaje original, esto es lo que denominamos ruido.
Todo esto podemos reflejarlo en el siguiente organigrama:
RUIDO
EMISOR
MEDIO —————————- CANAL
RECEPTOR
FEED-BACK
NIVELES DE COMUNICACI?N
Podemos encontrar varios niveles de comunicaci?n en base a su complejidad o elaboraci?n, siendo el m?s elemental la comunicaci?n animal y la m?s compleja la simb?lica y existencial. Pasemos a presentarlas brevemente:
Comunicaci?n animal
Entre los animales existe una gran variedad de tipos de comunicaci?n; entre estos grupos se produce una reacci?n est?mulo?respuesta; el animal recibe v?a sensitiva una se?al que le viene del exterior y reacciona con un tipo de conducta, por ejemplo, la huida o el ataque.
Comunicaci?n humana
En la conducta humana podemos encontrar cierto parecido con la comunicaci?n anterior, pero naturalmente hay mucho m?s:
Primero los sentidos: en el hombre no todos los sentidos tienen el mismo valor en orden a la comunicaci?n. Desde el punto de vista del aprendizaje esto es muy significativo, veamos:
Aprendemos: el 1% mediante el gusto
el 1?5% mediante el tacto
el 3?5% mediante el olfato
el 11% mediante el o?do
el 83% mediante la vista
Ni que decir tiene que la combinaci?n de sentidos a la hora de aprender o retener algo aumenta considerablemente la eficacia; por ejemplo:
Retenemos: el 10% de lo que se lee
el 20% de lo que se escucha
el 30% de lo que se ve
el 50% de lo que se ve y se escucha
el 70% de lo que se dice y se discute
el 90% de lo que se dice y luego se realiza
En segundo lugar no debemos olvidar que en la conducta humana la expresi?n (conducta personal) y la comunicaci?n (conducta social), est?n ?ntimamente unidas.
Muchos ling?istas nos hablan de que el lenguaje es el ?nico medio por el cual los seres humanos se comunican entre s?; todos los dem?s medios de comunicaci?n hay que considerarlos sustitutivos suyos.
La escritura es el sistema de objetos y se?ales m?s importante como medio para expresar ideas y sentimientos de una forma no limitada en el tiempo y en el espacio.
Con los s?mbolos el hombre da un paso gigante frente al animal. Con ellos ordena, recuerda y prever. Con ellos hace cultura; se hace due?o del pasado, del presente y del futuro; puede seleccionar, identificar y manipular aspectos de una situaci?n, generalizarla, expresar sus actitudes hacia ella, relacionarlas con otras situaciones pasadas y futuras, dirigir sus propias acciones y las acciones de los dem?s y evocar para s? y para otros actitudes similares.
Comunicaci?n existencial
Es un tipo de comunicaci?n a la que el hombre anhela, con ella se desarrollan unos lazos que tienden a unir unos hombres con otros en su autenticidad. Esta comunicaci?n ayuda a ser mejores, porque cuanto m?s ponemos a disposici?n de los otros, tanto m?s nos capacitamos para ser nosotros mismos. Nadie duda tanto de s? mismo como el hombre encerrado en s? mismo y que ignora a los dem?s.
Esta comunicaci?n tiene estos rasgos:
Desinter?s. No hay otra esperanza que el vivir unos para/con otros.
Igualdad. Se toma al otro como ?yo?.
Manifestaci?n. Comunicarse con el otro es manifestarse a ?l, y es as? como el hombre se realiza personalmente.
Inmediatez. Para este tipo de comunicaci?n es necesario el contacto sin intermediarios.
Soledad. Nadie tiene vida ni crecimiento si permanece s?lo. Luego es la soledad la que se abre a la comunicaci?n m?s aut?ntica
Lucha. Contra el amor ciego e interesado; para eliminar la superioridad, la coacci?n y el poder.
Silencio. Con esto no negamos la comunicaci?n, sino que nos referimos al silencio de ?estar juntos? sin que medien las palabras o los gestos.
LA COMUNICACI?N EN NUESTRA SOCIEDAD
Durante muchos siglos el hombre depend?a de su voz y su memoria para transmitir os mensajes; las ense?anzas pasaban de padres a hijos sin un miedo ajeno a la propia persona.
M?s tarde el hombre puede dejar es unos garabatos sus mensajes y m?s recientemente, gracias a la imprenta puede ser emisor en el tiempo y en el espacio, pasando la relaci?n interpersonal a un segundo plano. ESTe ?ltimo siglo gracias a los medios que nos ha propiciado la tecnolog?a (cine, radio, televisi?n, etc ) la comunicaci?n humana ha conformado la comunicaci?n de una forma peculiar y est? creando un hombre con unas caracter?sticas diferentes a los hombres de otra eras.
?Por la diversidad de medios existentes (radio, televisi?n, cine, prensa, teatro, etc ), que act?an con forma simult?nea y masiva, la comunicaci?n social incide en toda la vida del hombre y ejerce sobre ?l de una manera consciente o subliminal, una influencia decisiva?. CELAM, Puebla, 1066
El hombre actual piensa en im?genes, para no en la tradicional ?imagen-mental? sino en la ?imagen-t?cnica?, es el ?hombre audiovisual? del cual nos habla Marconi. Este hombre:
– ?piensa a saltos?, en ?m?dulos comunicativos?. No se sigue por los caminos aprendidos en la escuela, por el an?lisis o el encadenamiento l?gico
– se conecta con el mundo entero, est? donde est?. Recibe cantidad de informaci?n sin filtrar o personalizar. Es un hombre comercializado, uniformado, un hombre-masa
– entre tantas informaciones no es capaz de seleccionar. Vive el presente como lo ?nico valioso, el pasado se lo han destruido y el futuro lo ve poco claro
– la electr?nica le ha engrandecido, siendo esta una prolongaci?n m?s de su cuerpo
Para poder llegar a este hombre hemos de comprenderlo, llegar a ?l a su manera para transmitirle un mensaje que ha de comprender desde su propia situaci?n.
EL GRUPO
El hombre no fue creado para la soledad, sino para el grupo. En ?l el hombre descubre, se sensibiliza y se enriquece cumpliendo este con su funci?n de ser espacio de expresi?n personal y ?mbito de intercambio sincero y abierto.
La fe cristiana asume esta necesidad del hombre: no hay vida cristiana sino es en comunicada. Al cristiano no le es posible madurar en su propia fe sino es en el seno de un grupo, que busca, que vive y que celebra su fe in ?com?n-uni?n?.
Podemos decir que un grupo es una suma de personas, una realidad con estas caracter?sticas:
? Pluralidad de personas donde cada una tiene su propia historia, capacidades, condicionamientos, etc.
? Que se relacionan entre s?. Esta interacci?n entre los miembros del grupo permite que se vaya creando un clima de di?logo, relaciones, etc.
? Act?an con una finalidad compartida por todos. El objetivo motiva y moviliza al grupo en una direcci?n.
? Realizan una tarea com?n, mediante la cual se consiguen los objetivos y hace madurar a los miembros del grupo
? Con unos roles diferentes, cada miembro aporta su riqueza, lo que es y lo que tiene; juntos van creando una historia com?n, una historia de grupo que les permite dialogar con otros grupos, compartir y contrastar la vida.
El grupo en catequesis
El grupo en el lugar privilegiado para la catequesis porque:
1. La catequesis es una iniciaci?n en la vida comunitaria de la Iglesia. A vivir en comunidad se aprende integr?ndose en una comunidad
2. El grupo posibilita la expresi?n comunitaria de la fe
3. Responde a las exigencias del hombre moderno
El grupo es, por tanto, el sujeto activo de la catequesis. El catequista est? llamado a ser lazo de uni?n entre sus miembros y un signo de unidad entre el grupo y la fe de la Iglesia.
Por lo tanto el catequista ha de ser un aut?ntico animador de grupos. Un grupo es como un ser vivo, conn su propio dinamismo de crecimiento. Estos grupos catequ?ticos estar?n formados por ni?os, j?venes o adultos, con unas caracter?sticas sociales, culturales, etc diversas. Animar un grupo es avivar el dinamismo que tiene dentro: suscitar, transformar, fomentar actitudes positivas, poner en movimiento, favorecer la participaci?n de todos.