( Recemos cada noche)
¡Jesús, por el amor de la agonía que Tú soportaste durante el temor a la muerte en el Huerto de Getsemaní, en la flagelación y coronación, en el camino al Monte Calvario, en tu crucifixión y en tu muerte, ten piedad de las Almas del Purgatorio y especialmente de aquellas que están totalmente olvidadas!
¡Líbralas de sus amargos dolores, llévalas a Ti y envuélvelas con tus brazos en el cielo!.
Padrenuestro.
Avemaría
Señor, concédeles el descanso eterno y brille para ellas la luz que no tiene fin.