Que en este Año de la Fe sea el Espíritu Santo
el motor y la fuerza que dirija nuestros pasos
para que no se conviertan en una celebración más,
tenga trascendencia en nuestras vidas
y demos frutos en una renovación en la fe.
Que nuestra presencia sea testimonio de vida
de esa sal que renueva la presencia de Dios
en el mundo que da sabor, alegría y vida.
Que seamos presencia auténtica y busquemos
nuestra santidad y la de los demás.
Señor, que como la samaritana,
sintamos la necesidad de estar contigo
e invitar a otros a buscar el agua viva
que mana de la fuente que eres tú.
Renueva, Señor, el gusto de deleitarnos
de tu Palabra y regálanos la gracia de saborearla
para que se haga vida en nosotros.
Que María nos lleve hacia Dios,
a redescubrir que eres el camino de salvación
y al profesar con nuestra fe demostremos
con nuestra vida que eres el Dios de amor.
Señor Jesús, ilumina nuestra mente para que podamos
descubrir nuevos caminos que nos lleven al estudio
del Catecismo de la Iglesia Católica, obtengamos
una vivencia de la liturgia, sacramentos, oración
y así logremos el verdadero encuentro con Cristo
que vive en la Iglesia.
Por las familias, para que sientan la necesidad
de buscarte como el centro de sus vidas.
Bendícelos, Señor y auméntales su fe.
Por su santidad, Benedicto XVI, los obispos,
sacerdotes, almas consagradas y laicos comprometidos,
para que fieles a la misión y con la ayuda de tu gracia
sepamos responder con fidelidad a la fe en las pruebas
y dificultades que se nos presentan.
Dios Padre, ayúdanos a profesar la fe en la Trinidad,
creer que Tú eres amor y plasmar la Palabra de Dios
que transforma el corazón.
Haznos como la samaritana para extraer nuevamente
del pozo el agua que nos da la vida acercándonos
a Jesús, en su Palabra y en la Eucaristía,
sustento para nuestras vidas.
Te damos gracias Señor, por los 50 años del Concilio
Vaticano II, que vino a traer la renovación que la Iglesia necesitaba.
Que sus enseñanzas sigan dando luz y vida para la Iglesia,
que ha revelado en plenitud el amor que salva y llama
a los hombres a la conversión de los pecados.
Espíritu Santo, llena nuestros corazones de amor,
para que nos impulse a evangelizar y llevar tu Palabra
a todos los pueblos de la tierra haciéndonos fecundos,
para que nuestro testimonio sea luz que brille
a los otros y sean tus discípulos.
Enséñanos a entender que la fe es decidirse a estar
junto a ti, dándonos la gracia para vivir en comunión contigo.
En este Año de la Fe ayúdanos a redescubrir
las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia Católica,
como instrumento de apoyo para la fe.
Que no desfallezcamos en el crecimiento y en el testimonio
de vida. Ayúdanos a mantener nuestra mirada en ti,
que inició y completa nuestra fe en el camino para llegar
de modo definitivo a la salvación.
Queremos darte gracias porque por la fe podemos
reconocer en quienes nos piden nuestro amor,
el rostro de Cristo resucitado, que nos compromete
a cada uno a convertirnos en un signo vivo
de su presencia en el mundo.
Haznos testigos de la fe. Amén.
(Esta oración fue elaborada por las religiosas consagradas
de diversos institutos y congregaciones religiosas en
Retiros Espirituales realizados en la Casa Cristo Rey,
Aldea Pericos, Edo. Táchira, Venezuela. 18/08/ 2012).