Oración a Nuestra Señora del Deporte

Oración a Nuestra Señora del Deporte

El CAU arrolla en el campeonato de España de categorías inferiores
(Desde El Cañamelar (Valencia), José Ángel Crespo Flor).

Si en una información anterior dábamos cuenta en este mismo blog del gran éxito obtenido por el primer equipo del CAJ al lograr el ascenso a la División de Honor del Rugby español donde militan los mejores equipos hoy no podemos obviar otro éxito aunque este, estamos seguros, no saldrá en primeras páginas y es el obtenido por las categorías inferiores de este club lo que hace que pensemos que, si hay un poco de suerte y se salva la categoría podemos tener CAU para tiempo porque con estos resultados una cosa está clara: los más jóvenes empiezan a llamar ya a la puerta del primer equipo lo que hay que pregonarlo con orgullo porque ello viene a demostrar que en la base existe un trabajo serio, bien organizado, metódico y lo más importante: con la mirada puesta en el primer equipo.

Este éxito tiene que ser fundamental para que nuestras autoridades políticas – que se fotografiaron con los que subieron a la División de Honor – apoyen la filosofía de la que hace gala este club. Filosofía que se basa en juventud, organización, valencianía y una estructura de base que ya la quisieran otros equipos con mayor apoyo económico institucional. Vamos a ver si aquellas palabras de la Generalitat Valenciana no caen en saco roto y se ponen sobre el tapete. El CAU ya ha demostrado que sabe hacer bien ‘los deberes que le pongan’ y ahora lo que exige como ‘buen estudiante que ha demostrado ser’ es que ‘les pongan más deberes’ porque con el ‘nuevo curso’ todo va a costar un poco mas.

Por mi parte hago mía esta plegaria del sacerdote valenciano Antonio Díaz Tortajada y os la ofrezco a modo de felicitación por ese notable éxito alcanzado por la base del CAU. Espero que os guste, la hagáis vuestra y lo más importante: os acompañe siempre en vuestra bolsa de viaje.

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL DEPORTE

por Antonio DIAZ TORTAJADA Sacerdote-periodista

¡Señora y madre nuestra¡
En tus manos colocamos todo los esfuerzos que los deportistas del mundo realizamos para llegar a conquistar
la corona que se marchita.
Grande es nuestra responsabilidad.

Estamos llamados a convertir el deporte en ocasión de encuentro y de diálogo, superando cualquier barrera de lengua, raza y cultura.
Que el deporte nos dé una valiosa aportación
al entendimiento pacífico entre los pueblos y contribuya a que se consolide en los hombres la nueva civilización del amor.

Que nuestra pasión por el deporte contribuya a la solidaridad humana, a la amistad y a la buena voluntad entre las diversas culturas.
Que nuestros esfuerzos físicos sean una parte de nuestra búsqueda de los valores más elevados, que forjan el carácter y dan dignidad y sentido de realización plena a nuestras vidas.

Como discípulos de Jesucristo, nuestro maestro,
la vida misma es una competición y un esfuerzo
en busca de la bondad y la santidad.
Intercede ante Él para que todos nuestros empeños, sacrificios y desvelos, sean colmados en nosotros y en nuestras familias por su amor su alegría y su paz.

Amén.