El objetivo «es enamorarlos de la Palabra» para que las personas puedan hallar «las cosas ricas» de las Sagradas Escrituras, explica la Hna. Zulema Rome, integrante del equipo de Pastoral Bíblica de la Conferencia Episcopal Argentina, cuando hace referencia a su trabajo de formadora de animadores bíblicos. Además, reclama que el animador debe llevar siempre «buenas noticias». Con estas dos premisas cumplidas, las personas, una vez que «enganchan», leerán «diariamente la Palabra».