El obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi,
asegura que con la reforma no se busca que sacerdotes
contiendan por puestos de elección popular
San Cristóbal de las Casas, Ch | Domingo 12 de febrero de 2012
Fredy Martín Pérez / Corresponsal | El Universal, Mexico
Quien ignore la reforma al artículo 24 de la Constitución inventa “sus propios fantasmas, tiene un complejo de inferioridad religiosa”, dijo el obispo Felipe Arizmendi Esquivel y pidió a los “no católicos” a no temerle a la propuesta.
“La reforma aprobada es muy limitada todavía”, por lo que abogamos que todas las confesiones “tengamos más libertad de expresión”, manifestó.
Sólo con libertad se manifestará, “nuestra creencia ante cualquier asunto de la vida, sin excluir los temas candentes que se manejen en la educación, la política, la economía y la cultura”.
Con la reforma detenida en el Senado “no pretendemos imponer nuestra visión católica, sino que creyentes y no creyentes, pastores y fieles, podamos presentar las razones de nuestra fe, sin las restricciones y los candados que actualmente tienen nuestras leyes”.
Y eso, dijo Arizmendi Esquivel, “vale para católicos, protestantes y ateos”.
La libertad de expresión “debe permitir espacios legales en los medios electrónicos de comunicación, tener emisoras de radio o televisión por parte de cualquier iglesia, como desde hace años permiten las leyes en casi todos los países de Europa y América, menos en Cuba”, consideró.
Al término de su homilía dominical, el obispo aseguró que es falso que se busquen privilegios para la jerarquía católica.
“Es falso que se quiera que los sacerdotes ocupen puestos públicos de elección popular. Es falso que se quiera destruir el Estado laico e imponer un Estado confesional católico. Es falso que se intente reducir la separación entre Iglesia y Estado.
“Quien afirme lo contrario, o ignora lo que contiene la reforma constitucional aprobada por los diputados federales e inventa sus propios fantasmas, o tiene un complejo de inferioridad religiosa, o manifiesta un rechazo sistemático a la institución católica”.
Recientemente, en varias partes han sido encabezadas manifestaciones por “algunos pastores de iglesias protestantes, líderes de movimientos laicos e incluso residuos masónicos que perduran”.
Arizmendi Esquivel dice que si los senadores ratificaran la reforma religiosa, “tal como la aprobaron los diputados, casi nada se modifica” y siguen los “mismos candados, las mismas limitaciones para todas las confesiones religiones”.
Tampoco “se acaba la legítima y necesaria separación entre Iglesia y Estado. No se impone educación católica en las escuelas públicas. Casi nada cambia; sólo se da un pasito para ir adecuando nuestra legislación a los tratados internacionales ya suscritos por el país. No teman, pues, los no católicos”.
“Deberíamos unirnos hasta lograr más libertad religiosa, como un derecho humano para todos, como dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, hecha por la ONU en 1948, y que México suscribió. No sigamos retrasados en derechos humanos”.
Pero lamenta que con la reforma no se abra todavía la libertad para tener emisoras de radio.