No se trata de maquillar el alma, sino de cambiarla – Papa Francisco
Buenos Aires,
El Card. Jorge Mario Bergoglio, al imponer las cenizas
“No se trata de maquillar el alma, sino de cambiarla”, dijo el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Mario Bergoglio, al presidir ayer al mediodía en la catedral metropolitana, la misa del Miércoles de Ceniza.
Al hacer esta afirmación, el pastor porteño llamó a cambiar el alma por medio del ayuno y la limosna -que son “actitudes de servicio y despojo”-, y por medio de la oración, prácticas tradicionales de este tiempo de Cuaresma.
La misa estuvo concelebrada por los presbíteros Raúl Martínez, vicario de la catedral, y José Casadevall, párroco de Nuestra Señora de la Salud, y contó con la participación de numerosos fieles.
Durante la breve homilía, el arzobispo manifestó: “No hagan esto para aparentar porque el enemigo del cristiano es la hipocresia. Jesús nos quiere con el corazón abierto”.
Por ese motivo, exhortó a hacer “sitio en el corazón, por medio de la oración, la penitencia y la limosna, para que venga el Señor”. Esa es la invitación que hoy hace la Iglesia en la Cuaresma.
Con esa actitud, invitó a los fieles a acercarse a recibir las cenizas, que “nos recuerda la vanidad de toda otra cosa que no sea Jesús”.
Texto de la homilía
Llama la atención la bondad con que la Iglesia hoy golpea nuestro corazón. La ternura de madre: Volvé a Dios, dejate reconciliar con Dios, no endurezcás tu corazón, escuchá la voz del Señor. Mostrate como sos en la presencia de Dios: pecador… y vaciá tu corazón, hacé lugar para que entre el Señor. Nos habla como madre la Iglesia y quiere que iniciemos este tiempo de Cuaresma con esa meta, caminar hacia el Señor. Al encuentro del Señor. Ese encuentro que se da en nuestro corazón. Y para eso nos dispone este tiempo: para limpiar nuestro corazón de todas esas cosas que distraigan a ese encuentro, que estorben a ese encuentro.
En el Evangelio Jesús nos dice: Miren, no se trata de maquillarse el alma sino de cambiarla… con la limosna… el ayuno… es decir, pensando en actitudes de servicio y de despojo… y con la oración, que es un pedido al Señor. Limosna, ayuno o penitencia y oración. Para hacer lugar en el alma y se produzca el encuentro con el Señor. Pero ojo! No hagan esto para aparentar porque el enemigo del cristiano es la hipocresía; Jesús nos quiere con el corazón abierto. Él no puede encontrarse con actitudes hipócritas y por eso nos dice: -“Mirá, limpiá tu corazón de malezas” -Y cómo Señor? -“Con la oración, la penitencia y la limosna”. Ah… pero cuesta! Y sí… es como arrancar malezas. Así el corazón se prepara para ese encuentro con el Señor.
Vuelvan a Dios, déjense reconciliar con Dios. No endurezcan su corazón, escuchen la voz del Señor. Hagan sitio en el corazón por medio de la oración, la penitencia y la limosna para que venga el Señor. Esa es la invitación de la Iglesia de hoy, al comenzar la Cuaresma; y las cenizas que nos impone la Iglesia nos recuerda la vanidad de toda otra cosa que no sea Jesús, el Señor.
Y nos vamos a acercar a recibir las cenizas con este deseo grande de volver al Señor, de convertirnos al Señor, de no endurecer el corazón, de escuchar la voz del Señor, de hacer sitio en el corazón para encontrarnos al Señor.+
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