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NAMIBIA

2.145.000 h.
IDH: 0,625

 

Merluzas volantes

En el norte linda con Angola, en el sur, la costa de Namibia finaliza al toparse con Sudáfrica, ofreciendo un total de 1.570 kilómetros de costa. Gracias a la corriente de Benguela, estas aguas son riquísimas en nutrientes que la colman de pesca, pero la gente local no pesca. De hecho, más del 50% de la población local está desempleada.
Como toda esa gente que no pesca, Petrus sueña con volver a ser pescador. Fantasea con un gobierno local sensato y no chantajista; pero despierto, sus pesadillas las protagonizan piratas carapálidas.
–Los rusos monopolizan la captura del jurel; los españoles el rape y la merluza; mientras que la presencia china está en auge dedicándose a la pesca de tiburones, langosta y otras especies.
Es como si a las merluzas les nacieran alas –se queja Petrus que sabe que siete de cada diez merluzas pescadas en sus mares salen volando hacia España.
¿Cómo de pobres seríamos –se pregunta sobre su cayuco enquistado en la arena– con los 300 millones de euros anuales que en forma de merluzas se ingresan en cuentas corrientes españolas?

Gustavo Duch
Ilustración de Germán Ferrero

 

Comercio internacional
“Hecha la ley, hecha la trampa”, se dice. Sabemos que las leyes internacionales del comercio permiten –o consienten– trampas en unas relaciones comerciales que están lejos de ser justas y transparentes.
En las pescaderías españolas más del 40% de las merluzas ofrecidas como ibéricas tiene las etiquetas bien equivocadas. La merluza a la vasca o la merluza con piñones como se cocina en Navarra, son –con un poco de suerte– merluzas voladoras que surcaron los aires desde el continente africano. Es decir, son pescados robados siguiendo los preceptos de tratados internacionales arbitrarios y retorcidos. En otras ocasiones –sin suerte ni tino– en lugar de merluza nos dan lomos troceados y congelados de panga vietnamita, un pescado con sus dosis de mercurio y otros tóxicos incorporados, capturado con la esclavitud de la población local.
Y así, las ganancias pesqueras se redoblan: trampas en origen, fraudes en destino y un mar sin apenas mareas, ni tormentas, ni pleamares, pues está cansado. Cansado y agotado, ya no cobija peces para dar de comer.

 

¿Qué podemos hacer (o dejar de hacer)?
Informarnos, preguntar, investigar…
• Ante conflictos y negociaciones comerciales internacionales, procurar pensar siempre desde los más débiles.
• Interesarnos por la Política Agrícola Común (PAC) y sus repercusiones en los países pobres.
• A la hora de votar a un partido político, tomar en consideración su postura ante la PAC y las políticas de la Organización Mundial del Comercio.
Y todo esto sabiendo que no buscamos nuestro interés sino el de los pobres, conscientes de que nuestra forma de comportarnos está cambiando el mundo.

 

No tendrás en tu casa medidas diferentes, una grande y otra pequeña. Tendrás medidas cabales y justas. Porque todo el que comete fraude es una abominación para el Señor tu Dios. (Dt 25, 13-16)
Señor, que seamos conscientes, para no ser cómplices de trampas ni fraudes.

 

Para profundizar:
Globalizar el hambre”. Impactos de la Política Agrícola Común (PAC) y de las políticas comerciales de la UE en la soberanía alimentaria y los países del Sur“. Thomas Fritz, Coedición, 2012. Presentación del libro, visualización y descarga:
La Política Agrícola Común. Presentación del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación
Características de la globalización: el comercio internacional. Artículo de Arcadi Oliveres:
Coordinadora Estatal de Comercio Justo
Espacio Comercio Justo


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