Domingo XVI del Tiempo ordinario – Ciclo B
CONSEJOS DEL PAPA FRANCISCO PARA PONER EN PRÁCTICA CADA DÍA
1. Sonreír. Un cristiano siempre está alegre.
2. Dar las gracias, aunque no tuvieses por qué darlas
3. Recordarle a los demás cuánto los amas
4. Saludar con alegría a esas personas que ves a diario
5. Escuchar la historia del otro sin prejuicios, con amor
6. Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita
7. Levantarle el ánimo a alguien
8. Celebrar las cualidades o éxitos de otro
9. Ayudar cuando se necesite para que otro descanse
10. Corregir con amor y no callar por miedo
11. Tener atenciones con los que están cerca de ti
12. Limpiar lo que uso en casa
13. Ayudar a los demás a superar obstáculos
14. Llamar por teléfono a tus padres o a un amigo que está pasando mal momento
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro del profeta Jeremías 23,1-6
Ay, de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño oráculo del Señor-. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean a mi pueblo:
Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones oráculo del Señor.
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá oráculo del Señor.
Mirad que llegan días, oráculo del Señor, en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre “El Señor nuestra justicia”».
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
El pueblo de Israel atraviesa una etapa difícil: sublevaciones, guerras, destierro, abatimiento… Frente a la catástrofe en la que se halla inmerso el pueblo, Jeremías ofrece la imagen del Pastor que ha de venir a cuidar, defender y orientar a sus ovejas, hará justicia, impondrá el derecho en la tierra y llevará a su pueblo por un camino de éxito y liberación.
SALMO
Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6
El Señor es mi pastor, nada me falta.
• El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R:
• Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R:
• Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R:
• Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R:
2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2,13-18
Hermanos: Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz.
Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su cuerpo el muro que los separaba: el odio.
Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo.
Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio.
Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo les dice a los cristianos de Éfeso que la sangre derramada por Cristo ha servido para reunir a todos los creyentes, judíos y gentiles, en un solo pueblo, para poner en armonía al hombre con Dios reconciliándonos por medio del perdón y para sembrar la paz entre los de lejos y los de cerca.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 6,30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco». Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer.
Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
Palabra de Dios
COMENTARIO AL EVANGELIO
El evangelista Marcos nos ofrece un ejemplo del modo de proceder, sumamente humano, de Jesús:
No se deja arrastrar por el activismo, necesita del descanso, de la charla amistosa con sus discípulos, del sosegado diálogo con ellos, de momentos de calma para instruirles y recibir sus impresiones.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
DESCANSO RENOVADOR
Es gozoso para un creyente encontrarse con un Jesús que sabe comprender las necesidades más hondas del ser humano. Se nos llena el alma de alegría al escuchar su invitación: “Venid a un sitio tranquilo a descansar un poco”.
Las personas necesitamos tiempos de descanso hoy más que nunca, necesitamos ese descanso que nos ayude a liberarnos de la tensión y la fatiga acumulada a lo largo de los días.
Corremos el riesgo de olvidar el valor último de la vida para ahogarnos en el activismo, y tenemos la impresión de que la vida se nos escapa tristemente de entre las manos.
Por eso el descanso no puede ser solo la “pausa” para reponer nuestras energías agotadas o la “válvula de escape” que nos libera de las tensiones acumuladas, para volver con nuevas fuerzas al trabajo de siempre.
El descanso debería ayudarnos a descubrir dimensiones nuevas de nuestra existencia: disfrutar con sencillez y agradecimiento de los amigos, la familia, la naturaleza, el silencio, el juego, la música, el amor, la belleza, la convivencia, recuperar la armonía interior, cuidar más las raíces de nuestra vida, encontrarnos con nosotros mismos, disfrutar de la amistad y el amor de las personas, “gozar de Dios” a través de la creación entera.
Domingo XVI del Tiempo ordinario – Ciclo A
SIEMBRA CONSTANTE Y ESPERANZADA
Los cristianos deberíamos tener asimilado que tal como nos dice el evangelio, somos de origen muy humilde. Jesús inició su obra con un puñado de pescadores.
La primera comunidad de Jerusalén estaba compuesta por los más humildes de la sociedad judía.
Los seguidores de Jesús debemos mantener el optimismo sabiendo que la semilla humilde del Evangelio puede dar su fruto en el corazón de las personas por la acción del Espíritu que actúa en el corazón humano.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
Lectura del libro de la Sabiduría 12,13. 16-19
No hay más Dios que Tú, que cuidas de todo, para demostrar que no juzgas injustamente. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total y reprimes la audacia de los que no lo conocen.
Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 1ª LECTURA
En la lectura del libro de la Sabiduría se nos manifiesta el modo tan distinto de actuar de Dios y de los hombres. Dios no quiere destruir lo que ha creado por amor, ni siquiera quiere destruir al hombre o al pueblo injusto, malvado, idólatra. Dios espera la conversión del pueblo y de los hombres ofreciendo su perdón misericordioso.
Sal 85, 5-6. 9-10. 15-16a
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
• Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R:
• Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor, bendecirán tu nombre:
«Grande eres tú y haces maravillas, tú eres el único Dios». R:
• Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal;
mírame, ten compasión de mí. R:
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,26-27
Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables.
El que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo en este pequeño texto nos dice que el Espíritu de Dios nos ayuda a fortalecer nuestra debilidad y nos estimula para que actuemos en conformidad con la voluntad de Dios.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,24-43
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la gente:
El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.
Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:
Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?
Él les dijo:
Un enemigo lo ha hecho.
Los criados le preguntaron:
¿Quieres que vayamos a arrancarla?
Pero él les respondió:
No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores: «Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero».
[Les propuso esta otra parábola:
El Reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:
El Reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada.
Así se cumplió el oráculo del profeta:
«Abriré mi boca diciendo parábolas;
anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo».
Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.
Él les contestó:
El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.
Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su Reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.]
Palabra de Dios
COMENTARIO SOBRE EL EVANGELIO
Jesús con estas parábolas nos presenta el Reino de Dios como lugar donde conviven buenos y malos y será sólo Dios quien nos juzgará al final de los tiempos. Nadie puede constituirse en juez de los demás, porque corre el peligro de equivocarse.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
LOS CRISTIANOS TENEMOS QUE SER FERMENTO EN MEDIO DE LA MASA
Los que creemos en Jesús hemos de aprender a vivir creyendo en esta Buena Noticia: el reino de Dios está llegando.
Jesús con una sencilla parábola compara a los que creen en el Reino de Dios con “la levadura que tomó una mujer y la escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado”. La levadura cuando se mezcla con la masa queda «escondida», pero está haciendo que fermente la masa.
Dios transforma a las personas desde dentro, nos atrae con su amor hacia el bien. No fuerza la libertad de nadie, sino que se ofrece para hacer más dichosa nuestra vida. Así hemos de actuar también nosotros si queremos abrir caminos a su reino.
Está comenzando un tiempo nuevo para la Iglesia. Los cristianos vamos a tener que aprender a vivir en minoría, dentro de una sociedad secularizada y plural. En muchos lugares, el futuro del cristianismo dependerá en buena parte del nacimiento de pequeños grupos de creyentes, atraídos por el evangelio y reunidos en torno a Jesús.
Poco a poco, tenemos que aprender a vivir la fe de manera humilde, sin hacer mucho ruido ni dar grandes espectáculos. Tenemos que buscar lo esencial. Tenemos que caminar en la verdad de Jesús. Siguiendo sus deseos, tenemos que vivir como «fermento» de vida sana en medio de la sociedad y como un poco de «sal» que se diluye humildemente para dar sabor evangélico a la vida moderna.
Tenemos que contagiar en nuestro entorno el estilo de vida de Jesús e irradiar la fuerza inspiradora y transformadora de su Evangelio. Tenemos la obligación de pasar la vida haciendo el bien, como Jesús.
NADA HAY MAS NECESARIO – XVI Domingo del Tiempo ordinario
El episodio es algo sorprendente. Los discípulos que acompañan a Jesús han desaparecido de la escena. Lázaro, el hermano de Marta y María, está ausente. En la casa de la pequeña aldea de Betania, Jesús se encuentra a solas con dos mujeres que adoptan ante su llegada dos actitudes diferentes.
Marta, que sin duda es la hermana mayor, acoge a Jesús como ama de casa, y se pone totalmente a su servicio. Es natural. Según la mentalidad de la época, la dedicación a las faenas del hogar era tarea exclusiva de la mujer. María, por el contrario, la hermana más joven, se sienta a los pies de Jesús para escuchar su palabra. Su actitud es sorprendente pues está ocupando el lugar propio de un “discípulo” que solo correspondía a los varones.
En un momento determinado, Marta, absorbida por el trabajo y desbordada por el cansancio, se siente abandonada por su hermana e incomprendida por Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano”. ¿Por qué no manda a su hermana que se dedique a las tareas propias de toda mujer y deje de ocupar el lugar reservado a los discípulos varones?
La respuesta de Jesús es de gran importancia. Lucas la redacta pensando probablemente en las desavenencias y pequeños conflictos que se producen en las primeras comunidades a la hora de fijar las diversas tareas: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán”.
En ningún momento critica Jesús a Marta su actitud de servicio, tarea fundamental en todo seguimiento a Jesús, pero le invita a no dejarse absorber por su trabajo hasta el punto de perder la paz. Y recuerda que la escucha de su Palabra ha de ser lo prioritario para todos, también para las mujeres, y no una especie de privilegio de los varones.
Es urgente hoy entender y organizar la comunidad cristiana como un lugar donde se cuida, antes de nada, la acogida del Evangelio en medio de la sociedad secular y plural de nuestros días. Nada hay más importante. Nada más necesario. Hemos de aprender a reunirnos mujeres y varones, creyentes y menos creyentes, en pequeños grupos para escuchar y compartir juntos las palabras de Jesús.
Esta escucha del Evangelio en pequeñas “células” puede ser hoy la “matriz” desde la que se vaya regenerando el tejido de nuestras parroquias en crisis. Si el pueblo sencillo conoce de primera mano el Evangelio de Jesús, lo disfruta y lo reclama a la jerarquía, nos arrastrará a todos hacia Jesús.
José Antonio Pagola
Red evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Contribuye a difundir el Evangelio de Jesús. Pásalo
16 Tiempo ordinario (C)
Lucas 10, 38-42
Domingo XVI del Tiempo ordinario – Ciclo C
ANDAMOS INQUIETOS CON MUCHAS COSAS Y SÓLO UNA ES NECESARIA
Casi sin darnos cuenta, las actividades de cada día van modelando nuestra manera de ser. Si no somos capaces de vivir desde dentro, los acontecimientos cotidianos tiran de nosotros y nos llevan de un lado para otro, sin otro horizonte que la preocupación de cada día.
Por eso es bueno que escuchemos las palabras de Jesús a aquella mujer tan activa y trabajadora: «Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas, y sólo una es necesaria».
Agitados por tantas ocupaciones y preocupaciones, necesitamos tomarnos de vez en cuando un tiempo de descanso para sentirnos de nuevo vivos. Pero necesitamos además pararnos y encontrar el sosiego necesario para recordar de nuevo «lo importante» de la vida.
Las vacaciones tendrían para nosotros un contenido nuevo y enriquecedor si fuéramos capaces de responder a estas dos sencillas preguntas: ¿cuáles son las pequeñas cosas de la vida que la falta de sosiego, de silencio y de oración han agrandado indebidamente hasta llegar a matar en mí el gozo de vivir?, ¿cuáles son las cosas importantes a las que he dedicado poco tiempo, empobreciendo así mi vida diaria?
En el silencio y la paz del descanso podemos encontrarnos más fácilmente con nuestra propia verdad, pues volvemos a ver las cosas tal como son. Y podemos también encontrarnos con Dios para descubrir en Él no solo la fuerza para seguir luchando, sino también la fuente última de la paz.
Recordemos la experiencia de «abandonarse en Dios»: No necesito aferrarme a mí, puesto que soy sostenido. No necesito cargar con el peso, porque soy soportado. Puedo salir de mí mismo y entregarme.
Cuando somos capaces de encontrar en Dios nuestro descanso, nuestra paz interior, la vacación se convierte en gracia, una de las mayores gracias que podemos recibir en medio de nuestra vida tan agitada y nerviosa.
LECTURAS PARA LA EUCARISTÍA
1ª LECTURA
Lectura del libro del Génesis 18,1-10a
En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él.
Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo:
– Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que os lavéis los pies y descanséis junto al árbol.
Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobréis fuerzas antes de seguir, ya que habéis pasado junto a vuestro siervo.
Contestaron:
– Bien, haz lo que dices.
Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo:
– Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.
Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase enseguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió.
Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron.
Después le dijeron:
– ¿Dónde está Sara, tu mujer?
Contestó:
– Aquí, en la tienda.
Añadió uno:
– Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.
Palabra de Dios.
Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
R. ¿Quién puede habitar en tu monte santo, Señor?
- y practica la justicia;
el que tiene intenciones leales, y no calumnia con su lengua. R: - ni difama al vecino;
el que considera despreciable al impío,
y honra a los que temen al Señor. R:
-
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará. R:
2ª LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,24-28
Hermanos:
Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia, de la cual Dios me ha nombrado ministro, asignándome la tarea de anunciaros a vosotros su mensaje completo: el misterio que Dios ha tenido escondido desde siglos y generaciones y que ahora ha revelado a sus santos.
A éstos ha querido Dios dar a conocer la gloria y riqueza que este misterio encierra para los gentiles: es decir, que Cristo es para vosotros la esperanza de la gloria.
Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo.
Palabra de Dios.
COMENTARIO A LA 2ª LECTURA
El apóstol Pablo escribe a los cristianos de Colosas y les dice que se considera ministro de Jesús que le ha asignado la tarea de anunciarles su mensaje y este no es otro que decirles que Cristo es la esperanza de la gloria.
El apóstol Pablo anuncia a Cristo, amonesta cuando tiene que hacerlo y enseña para que todos lleguen a la madurez en su vida en Cristo.
EVANGELIO
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.
Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo:
– Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano.
Pero el Señor le contestó:
– Marta, Marta: andas inquieta y nerviosa con tantas cosas: sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN SOBRE EL EVANGELIO
El mensaje que Jesús quiere transmitirnos es que es necesario dejar un tiempo para la escucha de la Palabra de Dios, que es necesario prestar atención a la escucha de la Palabra de Dios y hablar con el Señor.
PARA NUESTRA REFLEXIÓN PERSONAL
ATURDIDOS Y ESTRESADOS
La agitadísima Marta de hace veinte siglos es el símbolo de una gran mayoría de hombres y mujeres de nuestro tiempo desbocados en una acción compulsiva.
También nosotros escuchamos con frecuencia: “¿Para qué rezar tanto? El caso es hacer el bien”; “yo no rezo mucho, pero procuro hacer el bien que puedo”.
Se dan los dos extremos. Hay personas tan entregadas a rezar que no tienen tiempo de hacer el bien, y hay personas tan entregadas a hacer el bien que no tienen tiempo de orar.
Nuestro tiempo hace que seamos personas aturdidas y estresadas. Estamos inmersos en la civilización del ruido que amenaza invadirlo todo.
El ruido se ha convertido en un torrente que lo inunda todo, dificultando enormemente el sosiego, la concentración, la reflexión y la interiorización.
Nuestra cabeza en muchos casos es un hervidero de imágenes, de informaciones, pero desordenadas, sin asimilar.
Parece que todo se nos quiere imponer ruidosamente desde fuera, con el problema que esto conlleva de que no seamos capaces de filtrarlas, analizarlas y después tomar una opción personal. A veces parece que no podemos ser felices sin tener muchas actividades.
Nuestras agendas están a explotar: “No me llega el tiempo para nada”, “me gustaría, pero no tengo tiempo”, son expresiones que se nos caen de los labios.
“Nunca se ha corrido tanto para ir a ninguna parte”, afirma un escritor de nuestros días. Necesitamos tiempos de silencio, de reflexión, de interiorizar y de comunicación sosegada