Otra interesante entrevista testimonio a Rosita Barros del Padre Fernando Cordero titulado «Mujeres de frontera», en el programa online Cruzando Fronteras.
Nos aproximamos en «Cruzando fronteras» al Vicariato Apostólico de Esmeraldas en Ecuador. En La Unión, nuestra hermana Rosita Barros, religiosa de los Sagrados Corazones, desarrolla una intensa actividad evangelizadora.
Las hermanas visitan a las familias, se dedican a la formación cristiana, a la promoción a la mujer, dan catequesis a los niños o acompañan a los enfermos…
La Parroquia se llama Nuestra Señora del Cisne y cuenta con dieciocho capillas en el campo y una capilla en el pueblo de La Unión.
En la temporada de lluvias, para visitar algunas comunidades del campo, Rosita va en canoa. Es un viaje muy peligroso, porque el río va lleno de troncos. Si la canoa da un viraje, la muerte puede ser segura, ya que al caer al agua se puede chocar con facilidad con alguno de dichos troncos. Otras veces el viaje se hace a pie, a caballo o en coche. Ella disfruta contemplando las maravillas de la naturaleza, a pesar del calor.
Rosita llegó con miedo a lo desconocido. Ahora es feliz, porque la gente a la que sirve es muy comprometida. Se levantan a las tres de la mañana para comenzar la formación a las ocho. Es una población, según ella, “sacrificada, religiosa y muy generosa”.
La relación con los sacerdotes de la parroquia, Federico Castro y Basilio Preciado, es estrecha. Se trabaja en equipo, como en una familia. Ninguno está por encima de otro. No se imponen ni se mandan las cosas.
En tiempos de pandemia por el Covid-19, sin la presencia de los sacerdotes en La Unión, las hermanas han tenido que acompañar y alentar a los feligreses de la Parroquia.
Rosita comparte sus sueños de una Iglesia más cercana y comprometida. Sin duda, ella es reflejo de tantas religiosas y laicas que son mujeres de frontera, al servicio del Evangelio.
Terminamos con una sorpresa musical, gracias a la generosidad del cantautor y jesuita chileno Cristóbal Fones.