Munich (Alemania) , 13 Set. 11 (AICA)
“Las religiones enseñan a mirar lo que une, y por esto tendrán un papel cada vez más importante, pues los hombres se preguntan qué los une”, afirmó la canciller de la República Federal de Alemania, Angela Merkel, en su intervención en el encuentro mundial “Religiones y culturas en diálogo”, que está teniendo lugar en Munich por iniciativa de la Comunidad de San Egidio y la arquidiócesis de Munich-Frisinga.
“Yo crecí en Alemania del Este –recordó Angela Merkel– y el hecho de que haya llegado a canciller alemana muestra cómo cambió el mundo desde el encuentro de Asís de 1986”.
Ese encuentro “trajo frutos importantes de esperanza, que nosotros en el Este vimos de forma evidente con lo que sucedió en 1989”.
“Es nuestro turno –afirmó la canciller– de hacer crecer la casa común europea”. No se pueden descargar los problemas actuales “sobre las generaciones futuras, sino que hay que tener una visión amplia. Nuestro modelo europeo de democracia social es digno de ser conservado y muchas regiones del mundo lo observan para imitarlo”.
En opinión de la canciller alemana, el mundo “no puede ser ya gobernado como una nación, sino a nivel mundial. Por esto la ONU será cada vez más importante” y aunque sea difícil “poner de acuerdo a los 194 países del mundo, sin embargo es necesario”.
“La base de nuestra convivencia –subrayó– es respetar la declaración de los derechos del hombre: también los hombres religiosos deben intervenir cuando éstos son violados”.
En los hombres “hay un deseo profundo de paz y libertad que no se deja vencer”. “No dejaremos que nos quiten nuestras convicciones más profundas –afirmó–. Creemos que a veces son necesarias soluciones militares para resolver conflictos, pero estas no son capaces de traer la paz”.
“Vivimos en un tiempo –consideró– en el que existe el peligro de que los hombres vivan por motivos equivocados. Vencer las injusticias es un arma grandiosa contra el terrorismo, y nosotros trabajamos juntos por ello”.
Si, de hecho, “la guerra es la madre de todas las pobrezas, entonces la paz es la madre de todo desarrollo”. “Juan Pablo II, en el encuentro de Asís –recordó Merkel– nos dijo que la paz está débil de salud y requiere inmensos cuidados. Cada generación está llamada a proteger la paz de las enfermedades”.
“Todos tenemos –concluyó– un compromiso común con la paz: trabajar por la unidad de la familia humana, como sugirió Juan Pablo II, con el corazón y con la mente”.+