MENSAJE del PAPA FRANCISCO en el CORAZÓN de JESÚS
El mes de junio está dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de Cristo, una devoción que une a los grandes maestros espirituales y a la gente sencilla del pueblo de Dios.
En efecto, el Corazón humano y divino de Jesús es la fuente de donde siempre podemos obtener misericordia, perdón y ternura de Dios.
Podemos hacer esto reflexionando sobre un pasaje del Evangelio, sintiendo que en el centro de cada gesto, de cada palabra de Jesús, en el centro está el amor, el amor del Padre que ha enviado a su Hijo, el amor del Espíritu Santo que está dentro de nosotros.
Y podemos hacerlo adorando la Eucaristía, donde este amor está presente en el Sacramento. De este modo, nuestro corazón también, poco a poco, se volverá más paciente, más generoso, más misericordioso, imitando el Corazón de Jesús.
Hay una antigua oración —la aprendí de mi abuela— que decía: “Jesús, haz que mi corazón se parezca al tuyo”. Es una hermosa oración. “Haz mi corazón semejante al tuyo”. Una hermosa oración, pequeña, para rezar este mes. ¿La decimos juntos ahora? “Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo”.
Otra vez: “Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo”.