Comunicado del Colectivo Iglesia sin Abusos
COLECTIVO IGLESIA SIN ABUSOS, carlos@herlobe.com
MADRID.
ECLESALIA, 05/11/10.- Ante la próxima visita pastoral del Papa Benedicto XVI a España, el Colectivo Iglesia sin Abusos quiere manifestar lo siguiente:
1. Las visitas pastorales no son en sí mismas buenas o malas. Desde la sociedad debemos calificarlas en función del mensaje que se transmita y los objetivos que se persigan. En este sentido, difundir el mensaje de Jesús de Nazaret es algo que siempre merecerá nuestro elogio. Sin embargo, ¿alguien encontraría algún tipo de parecido entre Jesús de Nazaret rodeado de enfermos, prostitutas y pobres con las visitas de Estado de Benedicto XVI que se entrevistará con los Reyes, Presidente del Gobierno, Cardenales y Obispos?
2. Benedicto XVI se ha caracterizado en los últimos meses por sus reiteradas peticiones de perdón a las víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia Católica. No podemos estar más de acuerdo con esas muestras de cariño hacia quienes han sufrido tanto.
3. Sin embargo, consideramos que esa posición es claramente insuficiente para resolver la grave crisis de confianza en la que la Iglesia está sumida. Ese enorme abismo no se ha creado solo por la deplorable actuación individual de algunos de sus miembros sino, sobre todo, por una actuación generalizada de silencio, ocultación y encubrimiento en los casos de abusos sexuales ocurridos.
4. De esa conducta es máximo responsable aunque no único, Benedicto XVI. Y lo es no solo por el cargo que actualmente ocupa, sino también por su anterior responsabilidad desde 1981 de Prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe. Desde esta posición tomó parte activa en la política de la Santa Sede de la que ahora nadie parece ser responsable.
5. De todo lo anterior se deduce que las medidas adoptadas como la publicación de una guía de actuación en la que se indica que «debe seguirse siempre el derecho civil en materia de información de los delitos a las autoridades competentes» son adecuadas pero insuficientes. Es preciso que los máximos dirigentes en una organización que ellos mismos describen como claramente piramidal, asuman de forma clara sus responsabilidades y dejen el paso a otras personas cuyo pasado no esté contaminado con estas actuaciones.
6. Solamente desde esa asunción de los errores cometidos, la Iglesia podrá mirar a la cara tanto a las víctimas como al resto de la sociedad y seguir en la humilde tarea que Jesús de Nazaret nos encomendó: La construcción de un mundo más justo por medio del Amor. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).
Para más información: www.iglesiasinabusos.org
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