Los poetas y la Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma

Los poetas y la Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma

(Desde El Cañamelar, Valencia, José Angel Crespo Flor).- El 15 de agosto, celebra la Iglesia una de las fiestas marianas por excelencia, la Asunción de María a los Cielos en cuerpo y alma.

Para que nos demos cuenta de la importancia de esta fiesta vamos a hablar de Ella citando a algunos poetas que han plasmado en bellísimos poemas lo que la Iglesia con tanta alegría celebra.

Con ello logramos dos hitos: potenciar la fiesta de la Asunción y actualizar y plasmar lo que otros escribieron a María para esta Fiesta.

Como valencianos insistimos en la necesidad de vivir esta Fiesta donde mejor se se escenifica: en Elche (Alicante). La ciudad ilicitana, conocida también como La ‘Ciudad del Misteri’, por la importancia que Este ha tenido a lo largo de toda su historia, se encuentra en plenas celebraciones del décimo aniversario de la proclamación del Misteri por parte de la UNESCO como Patrimonio Universal de la Humanidad.

Otro lugar, este en Valencia, donde esta Fiesta adquiere una grandiosidad que hay que ver y sentir es en Betera con sus gigantescas Alfábegues.

Elche y Betera, Betera y Elche son dos lugares donde esta Fiesta adquiere dimensiones extraordinarias y que se hace preciso vositar para comprender ‘in situ’ lo que esta Fiesta de la Virgen significa para estas dos poblaciones de la Comunitat Valenciana.

Les dejo ahora con cinco poesias. Que ustedes disfruten con ellas.

** La Asunción de nuestra Señora a los cielos. (Ct 2, 10-11, 14)
Por Antonio DÍAZ TORTAJADA (Sacerdote-Periodista-Poeta)

María asunta en cuerpo y alma a los cielos:
Queremos saludarte.
Te saludamos con las palabras de tu prima Isabel:
¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre…
Bienaventurada tú que has creído!,
porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Te saludamos María
porque has sido especialmente elegida, bendecida
y santificada para ser la Madre de Dios,
porque te has entregado al plan del Padre sin condiciones,
en cuerpo y alma,
y Cristo ha premiado tu fidelidad.

Por eso, eres asunta al Cielo en cuerpo y alma.
María elevada en cuerpo y alma al cielo:
Celebramos el amor de Dios contigo
y contigo, Madre nuestra,
damos gracias y bendecimos los designios del Padre,
que se han realizado por Cristo en el Espíritu Santo:
¡Magnificat … ¡

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador.
Nosotros, tus hijos, María, estamos alegres
por el triunfo pleno de nuestra Madre en la asunción.
El amor misericordioso de Dios ha triunfado
sobre la humildad de su esclava.

Por eso, reconocemos la grandeza de Dios,
su santidad y su poder
que han hecho obras grandes en ti, María,
que culminan en la asunción.
Santa María de la asunción:
Tú nos invitas a caminar mirando al cielo.

Tiéndenos tu mano
para que alcancemos la meta
de la santidad y la salvación.
Santa María de la asunción:
Somos totalmente tuyos
y todas nuestras cosas tuyas son.
A Ti nos confiamos y te confiamos al mundo que nos rodea.
Madre: ¡Sálvanos

Amén.


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El PAPA FRANCISCO habla sobre la ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

** LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN
Gerardo Diego (1896-1987)

¿A dónde va, cuando se va, la llama?
¿A dónde va, cuando se va, la rosa?
¿Qué regazo, qué esfera deleitosa,
qué amor del Padre la alza y la reclama?

Esta vez como aquélla, aunque distinto;
el Hijo ascendió al Padre en pura flecha.
Hoy va la Madre al Hijo, va derecha,
al Uno y Trino, al trono en su recinto.

Por eso el aire, el cielo, rasga, horada,
profundiza en columna que no cesa,
se nos va, se nos pierde, pincelada
de espuma azul en el azul sorpresa.

No se nos pierde, no; se va y se queda.
Coronada de cielos, tierra añora
y baja en descensión de Mediadora,
rampa de amor, dulcísima vereda.

** LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Juan López de Ubeda

Virgen pura, hoy quiere Dios
Que subáis del suelo al Cielo,
Pues cuando quisisteis vos,
Él bajó del Cielo al suelo.

Si en la tierra daros quiso
Dios del bien que allá tenía,
¿Qué os dará en el paraíso,
Donde todo es alegría?
El amor vuestro y de Dios
Hoy se encuentran en el vuelo,
Pues por Él a Dios váis vos,
Y Él a vos vino del Cielo.

El Padre os da la corona,
El Hijo su diestra mano,
Y la Tercera Persona
Os da su amor soberano.
AIcanzáis, Virgen, de Dios
Premios, honras y consuelo,
Y por Él sois Cielo vos,
Y Él por vos hombre en el suelo.

** LA ASUNCIÖN DE LA VIRGEN MARIA
Mercedes Ramos

La Virgen espera tendida en su lecho
Con gran Amor la reciba su Hijo
Los apóstoles no pueden ocultar su desolación.
Y a los pies de la cama imploran su bendición.
La Madre los calma y les dice con gran emoción.

Amados hijos, ¿crees que os voy a olvidar?
¿Os ha olvidado vuestro Señor… y mío?
¿No estaré más cerca, para vuestra intercesión?
Intercederé por todos, con todo el amor de mi Corazón.
proclamar que mi hijo, es El Rey y Señor, y no hay otro.

Con detalle os lo enseñó, con su Vida, con su
Muerte en Cruz, y su Sangre.
Haced lo que Él os diga, escucharlo, y obedecer.
Evangelizar todos los pueblos, para salvar a mis hijos.
El Espíritu Santo os guíe, como lo hizo con migo.

Me anonade del Portento, y la Grandeza.
De la sublime, transcendencia. Qué el Padre, nos envió
Quedando mi Alma con una gracia singular…
No habiendo otra igual, en toda la humanidad.
Al Ensalzarme, a tanta Gracia y Dignidad.

Bendito sea, mi Padre y my Señor, alabado por toda la Eternidad.
Subo entre Querubines, a la Casa de Dios, mi Hijo sale al encuentro…
Con toda su Majestad, al encuentro, de su Madre, y la Esclava del Señor.
La Bienaventurada… ¡Inmaculada Concepción!.

** A LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN
Julia Corzo Vega 09/04/1958

Enclavada en lo profundo

más profundo de mi alma

tengo ¡ay! de mí, una pena

pena muy honda que mata.

Virgencita, Madre mía,
Madre de la Asunción,

también pena el alma mía

al tener que decirte adiós.

Qué triste Madre querida
es ésta separación

y pensar que es para siempre,

se me para el corazón;

pero no Madre adorada,

no será para siempre

donde tú estés, estaré yo

y te seguiré hasta la muerte.

Cuando con tanto fervor
te cantábamos la Salve

y los demás cánticos

¡como sonreías Madre!

cuántas flores te poníamos

para adornar tu imagen

y tú qué contenta estabas

cuando te llamábamos Madre.

¿Te olvidaste Madre
del pueblo de Alberguería?

¿Olvidarás aquellas jóvenes

que siempre fueron tus hijas?

Nosotras te prometemos

con gran fervor y alegría

el no olvidarte nunca

aunque nos cueste la vida.

Te vas de nuestro pueblo
inundado por las aguas

pero te llevamos siempre

dentro de nuestras almas.

En el sitio donde estés
acuérdate de nosotras

no nos olvides Madre

hasta vernos en la Gloria.

La gente toda
del pueblo de Alberguería

te dan el último adiós

y gritan: ¡VIVA MARIA!.