26 de junio de 2014
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Concluimos el primero de siete retiros espirituales ya programados, con el objetivo de promover misioneros en los ambientes y en las periferias a donde no llega nuestra pastoral evangelizadora ordinaria o es deficiente, como son universitarios, nuevos modelos de familia, niños en situación de calle, homosexuales, migrantes, encarcelados, ancianos, mujeres solas, jóvenes,enfermos, drogadictos, VIH, turistas, profesores, profesionales de la salud, políticos, empresarios, militares, etc.
Jesucristo nos envía a llevar su mensaje y su amor a todas las personas, con particular predilección a los pobres y excluidos, y el Papa Francisco nos está insistiendo que debemos salir de nuestras estructuras, renovar nuestra pastoral, salir, salir, salir…
Los obispos estamos ofreciendo tres días de retiro, de motivación y capacitación a personas de las parroquias, para que dediquen parte de su tiempo a misionar estas periferias. Estos creyentes serán multiplicadores en sus respectivas parroquias, para que haya otros que den este mismo servicio. No damos conferencias, sino que juntos vamos leyendo y comentando la Exhortación del Papa sobre la Alegría del Evangelio; hacemos oración y las personas deciden en qué ambientes quieren servir.
En este primer retiro, con las parroquias de la ciudad episcopal, surgieron diez grupos, dispuestos a evangelizar a encarcelados, divorciados vueltos a casar, enfermos, parejas en unión libre, universitarios, discapacitados, niños en situación de calle, migrantes, alcohólicos y drogadictos, y hacer visitas domiciliarias.
Me llamó mucho la atención que la mayoría de las 81 personas participantes, decididas a dar este servicio, son pobres y de clase media baja; muchos de ellos indígenas, que ya tienen años radicando en nuestra ciudad, pero que han conocido a Jesucristo y quieren compartir a otros su alegría y su cambio de vida, para que los que se sienten lejos de Dios y de la Iglesia, puedan tener la oportunidad de reencontrar el camino de la Vida.
Pensar
Dice el Papa en su Exhortación Evangeliigaudium: «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento» (No. 1).»Si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?» (No. 8). «Recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Ojalá el mundo actual pueda recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo» (No. 10).
«Es necesario mantener viva la solicitud por el anuncio a los que están alejados de Cristo, porque ésta es la tarea primordial de la Iglesia.http://www.vatican.va/holy_father/francesco/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium_sp.html – _ftn14 La actividad misionera representa aún hoy día el mayor desafío para la Iglesia. La causa misionera debe ser la primera. La salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia. No podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos. Hace falta pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera» (No. 15).
Actuar
Analiza tu actitud: Si no dedicas parte de tu tiempo, de tus recursos, de tus conocimientos, para compartir a otros tu fe en Jesucristo, es señal clara de que aún no eres su discípulo auténtico, de que no eres tan católico como te imaginas. Ya lo decía Pablo VI: Quien no evangeliza, es señal de que no está evangelizado.
Hay muchos ambientes y personas que sufren el vacío interior, la soledad, la desesperación, porque no son amados, son rechazados, y no conocen el amor de Dios. ¿Por qué no haces algo por ellos? Reúnete con otros creyentes, acérquense a quienes sufren, también a los que tienen dinero pero tienen graves problemas, y escúchenles, denles cariño, vean qué necesidades tienen y hagamos lo más posible por que su vida tenga sentido.
+ Felipe Arizmendi Esquivel
* Obispo de San Cristóbal de Las Casas