José Martínez Colín*
www.am.com.mx, 12/ags/12
Benedicto XVI terminó durante estos días de Verano en Castel Gandolfo el tercer y último volumen de su obra, “Jesús de Nazaret”, éste dedicado a “La historia de la infancia de Cristo”.
Explica el Vaticano que se está procediendo a las traducciones en diversas lenguas del original alemán, para que la publicación se realice al mismo tiempo.
El nuevo volumen es la continuación de “Jesús de Nazaret. Desde el Bautismo a la Transfiguración”, publicado en 2007; y “Jesús de Nazaret. Desde la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección”, publicado en 2011. Ambos libros fueron publicados en 7 idiomas y en formato electrónico, y superaron el millón de copias vendidas. El actual viene a ser el comienzo de su vida según la cronología de Jesucristo. La noticia nos llena de alegría.
Además, el Papa prepara los textos de su viaje apostólico al Líbano, que se realizará del 14 al 16 de septiembre, con la firma de la exhortación apostólica post-sinodal de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos.
Benedicto XVI escribe también sus discursos para la próxima celebración del 50 Aniversario del inicio del Concilio Vaticano II y la inauguración del Año de la Fe, que empieza el próximo 11 de octubre. Como es sabido, el 11 de octubre de 1962, Juan XXIII celebró la misa inaugural y ofreció el discurso programático del Vaticano II, Gaudet Mater Ecclesia, sobre los concilios en la historia, la situación del mundo y algunos aspectos a tenerse en cuenta durante el concilio.
¿Quiénes colaboran ahora más directamente con Benedicto XVI, por los que -en consecuencia- debemos rezar mucho más?
La coordinación de las actividades de la Santa Sede es dirigida por el Cardenal Secretario de Estado o Primer Ministro. Desde 2006 -en sustitución del Cardenal Sodano-, el secretario de Estado es el Cardenal Tarcisio Bertone, nacido en la provincia de Turín (2 diciembre 1934). Benedicto XVI presta una atención especial a la Congregación o Secretaría para la Doctrina de la Fe. Ha nombrado nuevo prefecto al Cardenal Gerhard Ludwig Müller (nacido en Baviera, el 31 de diciembre de 1947), Arzobispo de Ratisbona desde 2002 y teólogo de alto nivel.
De especial importancia es la Congregación para los Obispos, confiada al Cardenal canadiense Marc Ouellet (nacido en La Motte, el 8 de junio de 1944). Hasta hace un año Arzobispo de Québec, Mons. Ouellet es también presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Ha sido profesor de teología en los seminarios de Colombia y ha residido igualmente largos años en Roma. Habla inglés, francés, español, portugués, italiano y alemán.
Monseñor Müller, interrogado por L’Osservatore Romano ha hablado de su decisión de ser sacerdote, del tiempo transcurrido como docente de Teología y como Obispo, de sus repetidos viajes a América Latina y sobre su llegada a la Curia Romana.
Ha explicado cómo aprendió a apreciar a Joseph Ratzinger desde su libro “Introducción al cristianismo”. Se expresa el Cardenal Müller con la claridad del maestro de fe:
“Estamos convencidos -dice- “de que no existe alternativa a la Revelación de Dios en Jesucristo. La Revelación responde a las grandes preguntas de los hombres de nuestro tiempo. ¿Cuál es el sentido de mi vida? ¿Cómo puedo afrontar el sufrimiento? ¿Existe una esperanza que va más allá de la muerte, visto que la vida es breve y difícil? Estamos fundamentalmente convencidos de que la visión secular e inmanentista no basta. No podemos encontrar una respuesta convincente. Por eso la Revelación es un alivio, ya que no debemos buscar las respuestas a toda costa. Nuestras capacidades, sin embargo, son tan grandes que hacen al ser humano capaz del infinito. En Cristo, el Dios infinito se ha manifestado a nosotros. Cristo es la respuesta a nuestras preguntas más profundas. Por eso queremos afrontar el futuro con alegría y con fuerza”.
(El lector recordará que para la filosofía inmanentista la causa del Universo está en el Universo mismo y no es ni exterior ni superior a él. Inmanencia sería lo contrario de “trascendencia”).
* Descripcion del autor: José Martínez Colín es sacerdote, ingeniero en Computación por la UNAM y doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra.