Lizzie Velasquez, de 23 años, considera que su extraña enfermedad, la cual los médicos aún no han podido diagnosticar y que no le permite ganar peso a pesar de alimentarse muchas veces durante el día, es una bendición de Dios.
Lizzie Velasquez, de 23 años, considera que su extraña enfermedad, la cual los médicos aún no han podido diagnosticar y que no le permite ganar peso a pesar de alimentarse muchas veces durante el día, es una bendición de Dios.