Jesús Garmilla
EDITORIAL PPC
MADRID.
Se habla y mucho del «invierno eclesial», dándole a la expresión distintos sentidos, a veces muy diferentes. El autor dice que la Iglesia está en invierno, pero que él ha aprendido a creer en los almendros y en las mimosas en esa estación. El invierno es tiempo de dificultad y de riqueza desconocida, escondida.
Hay que saber vivirlo y para ello ofrece un decálogo con cosas como la acogida, la osadía, la vida interior, la profundización crítica, la solidaridad, el testimonio, la alegría, la comunidad., la interculturalidad y la esperanza, que todo eso subyace en el tiempo invernal. Jesús mismo fue un hombre al que le tocó vivir un fuerte invierno. Una reflexión espiritual al mismo tiempo que un lúcido análisis de nuestra situación eclesial y una llamada a ir más allá del frío.
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