Señor, que no me desilusione
No dejes Señor, que me desilusione…
Debo confiar sólo en Ti, Señor,
amando en mis hermanos,
pero confiando más en Ti y sin desilusiones.
No dejes Señor, que me desilusione,
cuando no me den lo que yo espero.
Que sepa y comprenda plenamente
que sólo Tú te das entero.
No dejes Señor, que me desilusione,
cuando alguien me falla día tras día.
Que yo sepa tomar cuanto me das en
unos y que yo inútilmente espero en otros.
No dejes Señor, que me desilusione,
cuando no me puedan dar amor así a raudales.
Yo sé bien, Señor, que somos los mortales
engreídos, ciegos y muy egoístas…
No dejes Señor, que me desilusione
en cada tormenta de la vida.
No es la vida eterna primavera y yo debo
saber vivir también en la tormenta.
No dejes Señor, que me desilusione
nunca de los hermanos que tambaleándose
van por el camino y en su tropezar
me hieren, que si yo necesito muletas…
¡también ellos…!
Y que sepa con AMOR hacer fácil su destino.
No dejes Señor, que me desilusione,
cuando me pidan y tenga que dar
en todo instante; que no olvide jamás
que DAR es lo más grande que Tú
has dado como signo al que te sigue…
Que no me desilusione Señor,
que nunca juzgue el por qué el agresivo
es agresivo y el por qué el hiriente así me hiere,
que jamás diga un ¿por qué? de rebeldía.
No dejes Señor, que me desilusione.
Que levante mi vista… conmovido
y Te implore amor a cada instante,
para poder seguir erguido en mi camino…
Qué nunca juzgue Señor, desde mi nada,
al que cae y tropieza sin medida.
Llena de Amor mi alma Señor,
yo te lo pido.
Que no me desilusione nunca del amigo
que me da lo que puede… y yo
quiero un amor más grande…
A lo infinito y ese Amor lo tendré,
estoy seguro, lo tendré Señor…
¡Cuando esté Contigo!
Amén.
Lecturas diarias – 26 de Noviembre – Señor, que no me desilusione| Viernes de la XXXIV semana del tiempo ordinario
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