La Voz Del Papa
José Martínez Colín*
Periódico AM Querétaro, 16/mayo/2010
1) Para saber
El pasado trece de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, el papa Benedicto XVI estuvo presente en el Santuario que se erigió en el mismo lugar de las apariciones de la Virgen María. Con ello celebró también el 10° aniversario de la Beatificación de Jacinta y Francisco, dos de los niños que vieron a la Virgen.
En la homilía pronunciada en la explanada del Santuario, el Papa dijo que había llegado como un peregrino a Fátima: “para alegrarme de la presencia de María y de su protección maternal…, para rezar, con María y con tantos peregrinos, por nuestra humanidad afligida por miserias y sufrimientos…, para confiar a la protección maternal de María a los sacerdotes, los consagrados y las consagradas, los misioneros y a todos los agentes de bien que hacen acogedora y benéfica la Casa de Dios”.
2) Para pensar
El Papa rezó frente a la Imagen de la Virgen coronada y evocó el malogrado atentado para asesinar a su predecesor Juan Pablo II, que fue precisamente un trece de mayo, del año 1981.
No hay la menor duda que fue la Virgen quien salvó al Papa. Como había comentado el frustrado asesino Alí Agca, ya en la cárcel, “quienes planearon el atentado habían pensado todo muy bien, menos en una cosa”. Y cuando los carceleros le preguntaron qué era esa cosa, respondía: “La fecha, la fecha”. Efectivamente, nunca pensaron que la Virgen, en su día, salvaría al Papa. Hubo muchas circunstancias que evitaron su muerte: El mismo Papa Juan Pablo II admitía que “una mano disparó y otra dirigió la bala”, pues ésta había pasado a milímetros de la aorta abdominal, gracias a lo cual no fue inminente su muerte.
También sucedió que una semana antes del atentado habían donado una ambulancia para casos de emergencia, sin imaginar que la estrenaría el Papa. Un factor importante era llegar rápido al hospital y se logró gracias a que había un chofer que vivía cerca del hospital y conocía muy bien las calles, haciendo un tiempo record de veinte minutos. El médico cirujano, por su parte, pudo enterarse por el radio de su carro del atentado, gracias a lo cual pudo dirigirse de inmediato al hospital y operar sin pérdida de tiempo al Papa en cuento llegó.
Por ello, cuando se cumplió el primer aniversario del atentado, Juan Pablo II fue a Fátima para agradecerle a la Virgen María su socorro y puso en la parte interior de su corona la bala con que fue herido, y que aún se conserva ahí.
El Papa Benedicto XVI rezó ante esta imagen y agradeció su maternal protección. Pensemos si contamos ante nuestras dificultades con esa ayuda celestial.
3) Para vivir
El Papa recordaba lo que la entonces niña Jacinta, de siete años, exclamaba: “¡Me gusta tanto decir a Jesús que le amo! Cuando se lo digo muchas veces, me parece tener un fuego en el pecho, pero no me quemo” (Memorias de Sor Lucía, 1,42).
Y comentaba el Papa que tal vez querríamos participar también de esas visones, pero no “olvidemos las palabras que Jesús nos dice: “Dichosos los que no han visto y han creído” (Jn 20, 29). Nosotros también podemos repetirle muchas veces al día al Señor que le amamos y El nos llenará con el fuego de su Amor.
*José Martínez Colín es sacerdote, Ingeniero en Computación por la UNAM y Doctor en Filosofía por la Universidad de Navarra (e-mail:padrejosearticulos@gmail.com)