31.08.10 – 01:47 – M. L. DE GUEREÑO |
Tamaulipas, aún conmocionada por la ejecución de 72 inmigrantes latinoamericanos, sigue siendo noticia por la violencia. El alcalde de Hidalgo, un pequeño municipio del estado norteño, fue asesinado el domingo en su automóvil y su hija de 10 años resultó herida leve. La explosión de tres granadas en Reynosa y dos coches bombas en puntos de la frontera con Estados Unidos dejó, además, al menos un muerto y una veintena de heridos.
Según las autoridades, fueron sicarios del narcotráfico quienes emboscaron al alcalde Marco Antonio Leal, representante del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque no precisaron cuál pudo ser el móvil del atentado. Los investigadores, sin embargo, estiman que la causa de la espiral de violencia es la guerra que enfrenta por el control del territorio a Los Zetas y sus antiguos jefes del cártel del Golfo.
El presidente del país azteca, Felipe Calderón, calificó de «cobarde crimen» el asesinato del regidor y se reafirmó en la lucha contra los malhechores. Las pugnas que mantienen por imponerse en varios estados claves para el tráfico de estupefacientes, sumadas a la trata de seres humanos y a la presión de las fuerzas de seguridad dispuesta por el presidente Felipe Calderón, han provocado la muerte de unas 28.000 personas desde 2006.
Alejandro Poiré, portavoz del Gobierno para temas de seguridad, afirmó que «estas organizaciones (Los Zetas y el cartel del Golfo) han entrado en un proceso de debilitamiento y destrucción».
Otros expertos opinan que las bombas fueron para desafiar al Gobierno después de que el ecuatoriano Freddy Lala, superviviente de la ejecución de los 72 ‘sin papeles’, los señalara como culpables. El joven abandonó ayer México camino de Ecuador protegido por la Policía y todavía se recuperaba de las heridas. Quito confirmó ayer que el muchacho «está a salvo» en un lugar secreto y que permanecerá bajo protección del Gobierno ecuatoriano.
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