La Presentación del Señor o “Candelaria” en la iglesia catedral de Campana
Brillar con la luz de Cristo desde su amor ardiente, no “prender fuego” al otro. El odio origina una “concatenación de venganzas, tanto como la violencia engendra siempre más violencia”.
El Obispo de Zárate-Campana, Mons.Oscar Sarlinga, presidió la eucaristía de la Presentación del Señor en la iglesia catedral de Santa Florentina, en Campana, este sábado 2 a las 20, con gran participación de fieles y familias, pese a no haberse hecho invitación oficial, también por la recurrencia del aniversario del nombramiento del obispo en su carácter de diocesano (el 3 de febrero de 2006) luego de su desempeño como obispo titular de Uzali y auxiliar de Mercedes-Luján desde su elección por el Beato Papa Juan Pablo II el 12 de abril de 2003.
Concelebraron con el Obispo (pese a ser una misa de sábado por la tarde, numerosos sacerdotes, entre los cuales el vicario, Mons. Ariel Pérez, y el provicario, Mons. Santiago Herrera, y asistieron también los diáconos adscriptos a la iglesia catedral)
Numerosas eran las candelas o cirios, que fueron bendecidas por el Obispo al inicio de la Misa, y que luego fueron encendidas, todas, las de los sacerdotes y las de los fieles, al momento del rezo del credo niceno-constantinopolitano, resaltando a Jesucristo como “Luz de Luz”. Mons. Oscar Sarlinga quiso que en la Misa estuviera presente la imagen de San José (de 1806) recientemente restaurada, con su aura y con los frutos de la granada en plata y granate (pues el Patriarca San José le está entregando unas granadas al Niño Jesús, en un llamativo simbolismo).
También estaba en el presbiterio la imagen lígnea de Nuestra Señora de Luján, que encabezó la primera misión popular que tuvo la diócesis, en 1979, y de la cual dijo Mons. Sarlinga que fue “luz de la nueva evangelización”. Hizo también alusión el prelado al sentido de la granada como “símbolo bíblico del pueblo de Israel, y del Sumo Sacerdote”, con algunas citas del Antiguo Testamento, y relacionó la referencia con la carta a los Hebreos, diciendo que el Niño Presentado al Templo, el Mesías-Mensajero de la Nueva Alianza, era el Pontífice misericordioso y fiel, el que conoció el sufrimiento y se entregó por nosotros, así como, en Él, “nosotros tenemos que entregarnos a los demás”.
Dijo luego, con lenguaje fuerte, que, más que “luz”, los medios audiovisivos presentaban tantas veces “quemazón” y “prender fuego”, en los más diversos sentidos, tanto como cuando se prende fuego a otra persona (tipo de agresión que se ha puesto de triste moda, desgraciadamente, aunque también puede aplicarse en sentido figurativo, pero no menos nocivo) o cuado “se prende fuego” a los demás, por odio, rencor, venganzas que originan una “concatenación de venganzas, tanto como la violencia engendra siempre más violencia”. Dijo también que ello ocurre tangiblemente en esos países donde existe, o se fomenta, el odio racial o presuntamente “religioso” (lo cual es una contradicción –añadió- y mencionó que “se quema la paz” todas las veces que se prende fuego una iglesia, una mezquita, una sinagoga, o lo que fuere, una aldea, una etnia, por odio, pero a ese odio –acotó- no pocas veces subyacen intereses inconfesables para “atizar fuego” y, “de las cenizas de los otros” forjar un propio provecho.
Hizo también referencia a la Iglesia Católica en la India, la cual está comprometida en la campaña en favor de un mayor reconocimiento de la dignidad de la mujer, una de las necesidades apremiantes de la sociedad, y como en medio de la controversia por los recientes hechos de violencia que padecieron las mujeres, la arquidiócesis de Bombay convocó a una manifestación llamada ¨37 millones de luces¨ para llamar la atención al tema fundamental: más allá de políticas criminales, se requiere un verdadero respeto por la dignidad humana.
Como aporte a la homilía, citó un texto del Papa Benedicto XVI en la primera misa que presidió como Pontífice en la Candelaria de 2006, cuando dice que “El Niño entro en su Casa” al entrar al Templo, como “Mensajero de la Alianza” y luego ofreció una breve reflexión desde la exhortación “Marialis Cultus” del venerable Siervo de Dios Pablo VI, acerca de lo cual –añadió el prelado- lo impresionó en especial la intuición teológica de la Virgen , como Madre,“unida íntimamente al Siervo Doliente de Yahweh”, de tal modo que, según la “Marialis cultus”, dicha festividad es “memoria conjunta del Hijo y de la Madre”, y al mismo tiempo se trata de la “celebración de un misterio de la salvación realizado por Cristo, al cual la Virgen estuvo íntimamente unida como Madre del Siervo doliente de Yahvé”, y asimismo la Santísima Virgen es considerada “ejecutora de una misión referida al antiguo Israel y como modelo del nuevo Pueblo de Dios, constantemente probado en la fe y en la esperanza del sufrimiento y por la persecución” (Cf Paulo VI, Exhortación apostólica “Marialis cultus” para la recta ordenacióny desarrollo del culto a la Santísima Virgen María, Parte I: el Culto a la Virgen en la Liturgia, n. 7.
Continuó Mons. Oscar Sarlinga con “la luz de la Nueva Evangelización” e invitó a unirse a las fiestas patronales diocesanas de Nuestra Señora de Luján, que este año 2013 serán celebradas en Exaltación de la Cruz, puesto que es el séptimo año en que se celebran, con convocación a todos los fieles de la diócesis, en la localidad elegida para la posterior “Misión Joven”, siendo Exaltación de la Cruz el último partido de la diócesis que aún no ha recibido ese gran y multitudinario acontecimiento diocesano, y que tendrá lugar en el mes de octubre. La primera Misión Joven tuvo lugar en Santiago del Baradero, la segunda en Belén de Escobar, la tercera en Campana, la cuarta en San Antonio de Areco, la quinta en Pilar-centro, la sexta en Zárate, y ésta, la séptima, como se dijo, en Exaltación de la Cruz, cuya iglesia parroquial conserva un espléndido Crucifijo de la escuela del Cano, del siglo XVIII, que la hace un centro de peregrinación para la región.
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