(Desde El Cañamelar, José Ángel Crespo Flor).- La parroquia Santa María del Mar ha celebrado esta mañana una Misa de Acción de Gracias por los frutos espirituales de la ultima peregrinación de la Hospitalidad Valenciana a este santuario francés donde la Inmaculada se le apareció en 1858 a Bernardita Soubirous.
Ha sido el sacerdote cubano, adscrito a este templo que regenta el sacerdote valenciano Antonio Díaz Tortajada, Olbier Antonio Hernández Carbonell quien ha oficiado la Eucaristía que se ha desarrollado en la capilla de la Comunión donde se vemnera la Imagen del Santísimo Cristo del Grao. Y precisamente ha sido hoy, cuando se cumple 9 dias del regreso de la Peregrinación, cuando se ha efectuado esta Eucaristía. «He querido que transcurriesen estos días para dejar que pase la llamada ‘Novena de Regreso’. Es importante que se asuma, que se rece y que se guarde en la memoria todo lo que se ha vivido y disfrutado en Lourdes. Porque solo así es como se puede sacar conclusiones certeras a ese espíritu hospìtalario que domina toda Peregrinación diocesana» señaló Olbier que quiere participar antes de marcharse a Cuba de una Peregrinación para así ‘vivir todo lo que allí se vive y disfrutar ante la Gruta y haciendo de ‘brancadier’ con los enfermos » .
La verdad es que no resulta extraño que haya sido Olbier quien haya presidido esta Eucaristía pues cuando estaba como vicario parroquial del Rosario también realizaba una Misa en Acción de Gracias y por los frutos espirituales de la Peregrinación de la Hospitalidad. En esta ocasión aunque ‘la fabrica’ es distinta la Misa se ha realizado «porque no importa tanto el lugar sino la gracia que supone la Celebración de la Eucaristía y la participación en Ella. Por supuesto que he pensado en tantos y tantos enfermos como a diario peregrinan a este santuario aunque de un modo particular lo he hecho por toda la gente de Valencia que del 23 al 27 pudo disfrutar de la gracia que supone encontrarse en Lourdes frente a la gruta de Massabielle donde La Señora de los Pirineos se le apareció a Bernardita Soubirous».
Al mismo tiempo y para asentar, de alguna forma, esta Eucaristía se repartieron unas estampas del nuevo beato de la Iglesia, Manuel Lozano Garrido ‘Lolo’ quien en 1958 peregrinó en silla de ruedas hasta Lourdes. Estampas que también se repartieron en el tren de regreso y que antes se habían pasado por la Gruta. Con ello se quiso rememorar esa peregrinación que el nuevo beato de la Iglesia realizó en 1958. Una ocasión pues que sirvió para unir ‘Lolo’ con Lourdes y Lourdes con Santa María del Mar pues en esta parroquia se venera la virgen de Lourdes y Santa Bernardette.
Les dejo ahora con la Oración que, sobre la Virgen de Lourdes y los ciclistas, – estamos en plena disputa del Tour de Francia- escribió el sacerdote valenciano Antonio Díaz Tortajada, párroco de Santa María del Mar. Es esta:
ORACION A NUESTRA SEÑORA DE LOURDES (SEÑORA DE LOS PIRINEOS)
por Antonio DÍAZ TORTAJADA Sacerdote-periodista Señora de los Pirineos:
En el corazón de estas montañas confluyen tu mirada maternal y la de tantos hijos tuyos que dominados por la enfermedad los achaques y el dolor acuden a tus pies. Tu eres la causa de nuestra alegría, ilumina a cuantos lleguen a estas montañas para que te reconozcan como Madre y Señora en medio de tanta belleza, y así se dejen atraer por la bondad y belleza del Creador que hizo de ti el vértice de la hermosura humana y divina.
Tu te acercaste en medio de estos peñascos hace 150 años a la niña Bernardita Soubirous y te manifestaste como la Inmaculada Concepción, y aquí en medio de tanta belleza pusiste tu casa y, sin cesar, dispensas los dones de tu Hijo
Tu quisiste fijar tu morada en estas verdes y ásperas montañas de Francia, para ver mejor desde lo alto de las cumbres los gozos y esperanzas, alegrías y tristezas de tus hijos. Hoy llegamos ante tu bella imagen trayéndote la flor perfumada de nuestro corazón.
Te cantamos hoy, como te cantaron ayer y te cantarán siempre todas las generaciones: ¡Tú eres la flor más hermosa y el fruto más preciado de la humanidad! Eres la bendición pura de Dios en el corazón del mundo y de la Iglesia. Bendita, porque creíste y te fiaste de Dios, porque a Él consagraste, por entero, las fuerzas de tu alma y de tu cuerpo.
Tu eres Señora de los Pirineos tú eres la sierva del Señor, nuestra Madre y Reina. Tu eres la bella morada de estos cerros, que este reencuentro contigo en tu imagen sea el reencuentro con cada uno de nuestros hermanos.
Tu que eres la Madre de Dios y nuestra y todo lo puedes. Te pedimos, Señora, desde este corazón de los Pirineos que es tu cueva, tu casa tu trono por todos los que invocan tu nombre en tantos otros lugares que, esparcidos en la geografía del mundo, son faros de fe, santuarios donde brota el fervor de la esperanza, morada tuya donde tus hijos se reúnen en torno al altar.
Préstanos esos tus ojos misericordiosos para que aprendemos de ti a encontrar la música y la letra, el tono justo de las bendiciones que debemos pronunciar los unos sobre los otros.
Dános tu valiosa ayuda para que podamos llegar un día desde estas Pirineos a la resplandeciente montañas del paraíso y reinar eternamente contigo. Amén.