La Natividad de la Santísima Virgen María
Fiesta –Blanco
Miqueas 5, 1-4a / Mateo 1, 18-23
Salmo responsorial Sal 12, 6
R/. «¡Mi corazón se alegra en el Señor!»
Santoral:
Natividad de la Santísima Virgen María
y Beato Federico Ozanam
LA NATIVIDAD DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
Fiesta
De ti nacerá el que debe gobernar a Israel
Lectura de la profecía de Miqueas
5, 1-4a
Así habla el Señor:
y tú, Belén Efratá,
tan pequeña entre los clanes de Judá,
de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel:
sus orígenes se remontan al pasado,
a un tiempo inmemorial.
Por eso, el Señor los abandonará
hasta el momento en que de a luz
la que debe ser madre;
entonces el resto de sus hermanos
volverá junto a los israelitas.
Él se mantendrá de pie y los apacentará
con la fuerza del Señor,
con la majestad del nombre del Señor, su Dios.
Ellos habitarán tranquilos,
porque Él será grande
hasta los confines de la tierra.
¡Y Él mismo será la paz!
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL 12, 6
R. ¡Mi corazón se alegra en el Señor!
Yo confío en tu misericordia:
que mi corazón se alegre porque me salvaste. R.
¡Cantaré al Señor
porque me ha favorecido! R.
EVANGELIO
Lo que ha sido engendrado en ella
proviene del Espíritu Santo
a Evangelio de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo
1, 18-23
Éste fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra, del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella pro- viene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
«La Virgen concebirá
y dará a luz un hijo, a quien pondrán
el nombre de Emanuel»,
que traducido significa: «Dios con nosotros».
Palabra del Señor.
Reflexión
Miq. 5, 1-4. Belén, pequeña aldea al sur de Jerusalén, será elevada a la más alta dignidad, pues de ella saldrá el que será Jefe de Israel, y llenará la tierra con su grandeza, convirtiéndose en paz para todos.
Cuando en Cristo se cumple esta profecía, el Señor se convierte en Pastor de todos los pueblos. Nos dirá san Pablo: llegada la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido de Mujer, nacido bajo la Ley para rescatar a los que vivían bajo la Ley.
Al celebrar en este día la Natividad de la santísima Virgen María, nos alegramos porque en ella Dios nos preanuncia que su Hijo viene para liberarnos del pecado, y poder presentarnos ante Él santos e inmaculados, por haber depositado en el Señor nuestra fe, y habernos dejado conducir por el Espíritu Santo.
Elevemos nuestra acción de Gracias al Padre Dios por el Salvador que nos dio por medio de María Virgen.
Sal. 13 (12). En medio de peligros y angustias debemos continuar confiando en el Señor; pues sólo en Él encontraremos, no sólo refugio, sino la salvación.
Quien confíe en el Señor no tema, pues Dios estará siempre de su lado. Por eso alegrémonos en el Señor, y entonemos en su honor un canto nuevo.
María, la Madre de Jesús, es para nosotros un signo de la bondad del Señor para quienes Él ama. Y Dios nos ama, pues no sólo nos llamó a la vida, sino que también nos llamó a participar de la misma Vida que, en su Hijo, ofrece a toda la humanidad.
Por eso, confiando en el Señor, hagamos de nuestra existencia una continua alabanza a su Santo Nombre, pues Él siempre está y estará a nuestro lado para librarnos de nuestros enemigos y hacer que nos alegremos por su salvación.