CONTRA LAS ESTERILIZACIONES
POR: MONSEÑOR JUAN ANTONIO UGARTE PÉREZ*
DOMINGO 15 DE MAYO DEL 2011
La Iglesia en defensa de la vida
Steve Mosher, presidente del Population Research Institute (PRI), ha
precisado que Mario Vargas Llosa “no sabe que el cardenal Cipriani
jugó un papel decisivo en el esfuerzo de detener la campaña forzada de
planificación familiar” de finales de los 90. “Es difícil
comprender por qué el novelista niega lo obvio. Él debería saber que,
cuando se documenta o comenta respecto a abusos de derechos humanos,
debería concentrarse en los hechos, no en la ficción”, expresa.
Llama la atención que se haya desatado una campaña para poner en duda
la actitud pastoral de los obispos peruanos, a partir de 1995, cuando el
gobierno realizó campañas de esterilización. Fue una defensa conjunta
y reiterada de la Conferencia Episcopal Peruana, en la que estaba
presente el entonces pastor de la Arquidiócesis de Ayacucho, monseñor
Juan Luis Cipriani Thorne.
Al cardenal Augusto Vargas Alzamora, interpretando el sentir de todos y
por la cercanía física –como arzobispo de Lima– le correspondió
condenar ante el gobierno las esterilizaciones. Por ello, además,
apoyó el Congreso Mundial Pro Vida en 1995, organizado en la capital
por la doctora Blanca Neyra y el doctor Martín Tantaleán, directivos
de Ceprofarena. Asistieron delegaciones de 25 países y fue una manera
positiva de insistir en la doctrina cristiana sobre el matrimonio y la
paternidad responsable, contrastando ese pensamiento con la conducta
reprochable de los esterilizadores del Ministerio de Salud.
Desde Ayacucho, el actual cardenal Cipriani realizó gestiones
personales ante el presidente e informó por televisión que había
protestado ante el gobierno. En concordancia con el episcopado, pidió a
Steve Mosher, del Population Research Institute, que investigara el tema
y creara el clima de opinión para detener esa campaña negativa contra
el derecho a la vida humana. Estas y otras gestiones más tuvieron un
efecto positivo al detener la campaña, aunque hubo que lamentar el
drama de 300.000 mujeres esterilizadas.
Investigadores de esa institución visitaron el Perú a principios de
1998 y entrevistaron a mujeres afectadas por estas prácticas inhumanas.
Con la información recogida editaron un documental de 30 minutos, que
fue presentado en la televisión nacional. El documental advertía a las
mujeres sobre la campaña de esterilización y sus tácticas. El
Population Research Institute invitó a víctimas y testigos a Estados
Unidos para participar en una conferencia de prensa, y testificar ante
el Congreso Estadounidense. Esto llevó al Ministerio de Salud a
anunciar que se tomarían medidas para acabar con los abusos.
El 23 de enero de 1998, los obispos reunidos en Lima emitimos un
enérgico comunicado que decía: “Fieles a nuestra misión de defender
la dignidad de la persona humana desde la fe, denunciábamos
públicamente y con energía, hace más de un año, los primeros casos
comprobados de aplicación coercitiva de la política de población
sobre los sectores más pobres e indefensos de nuestra población,
especialmente en el área rural”.
“Actualmente, la contundencia e impunidad de los hechos, traídos a la
luz por diversos medios de comunicación, ha convencido a un amplio
sector de la opinión pública que el control natal artificial,
especialmente la esterilización quirúrgica permanente, ha sido
aplicada en buena medida con métodos de coerción o engaño y muchas
veces en condiciones médicas deplorables. De esta manera, no solo se ha
atentado contra la libertad de las personas, sino contra derechos
humanos aun más elementales como son el de la integridad física y la
vida misma”.
Creo que son suficientes estas líneas para dejar sentado que todos los
obispos, sin excepción, desde el lugar que la Iglesia les ha encargado
administrar, y todos en la Conferencia Episcopal, estuvimos y estamos a
la altura de nuestro deber ante Dios y los fieles, a la hora de
defender, a través del magisterio católico, el matrimonio y la familia
cristianos.
(*) ARZOBISPO DEL CUSCO
Fuente: Artículo de opinión de Monseñor Juan Antonio Ugarte Pérez, Arzobispo del Cusco, publicado en el El Comercio hoy domingo 15 de mayo.