Se crearán ordinariatos personales y conservarán sus tradiciones anglicanas
CIUDAD DEL VATICANO, martes 20 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede anunció este martes en una rueda de prensa la pronta publicación de una constitución apostólica de Benedicto XVI con la que la Iglesia católica acepta la petición de numerosos obispos, sacerdotes y fieles anglicanos de entrar en comunión plena y visible.
Esta disposición responde a la solicitud de adhesión de un gran número de anglicanos (se informó que son «entre 20 y 30 obispos» anglicanos han pedido la entrada a la Iglesia católica), que se encontraban insatisfechos con algunas modificaciones que se han realizado dentro de esta Comunión, entre ellas la ordenación de mujeres en el sacerdocio y el episcopado, la ordenación de clérigos que llevan una vida de convivencia homosexual, y la bendición de parejas del mismo sexo.
Nueva estructura
En el encuentro con los periodistas, que tuvo lugar en la Sala de Prensa de la Santa Sede, el cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la fe, explicó las razones de esta medida por parte de la Iglesia católica.
«Los anglicanos que se han puesto en contacto con la Santa Sede han expresado claramente su deseo, de cara a una plena y visible comunión en la Iglesia, una, santa católica y apostólica. Al mismo tiempo, nos han hablado de la importancia de sus tradiciones anglicanas, que tienen que ver con la espiritualidad y el culto, para su propio camino de fe», aclaró el purpurado.»
Cuando se publique la constitución apostólica, en la rueda de prensa se anunció para «los próximos días», el Papa introducirá «una estructura canónica que provee a una reunión corporativa a través de la institución de ordinariatos personales, que permitirán a los fieles ex anglicanos entrar en la plena comunión con la Iglesia católica, conservando al mismo tiempo elementos del especifico patrimonio espiritual y litúrgico anglicano».
La figura de los ordinariatos personales, que no dependen de las diócesis, recuerda a la figura de la «prelatura personal» (la única que existe es el Opus Dei), o a los vicariatos castrenses, (diócesis sin territorio en la que un obispo representa la autoridad eclesiástica para los militares o fuerzas del orden católicos y sus familias, independientemente de donde se encuentren).
La constitución apostólica determina que el ordinario, el superior, «pueda ser o un sacerdote o un obispo no casado» (los obispos anglicanos que tocan a las puertas de la Iglesia católica en general están casados).
Los ex anglicanos que quieran adherirse plenamente a la Iglesia, formarán parte de esta estructura canónica, que contará con su proprio obispo, sus propios sacerdotes, seminaristas y fieles.
¿Sacerdotes casados?
Dentro de las adaptaciones a la tradición anglicana, la nueva constitución permitirá a los pastores anglicanos casados que pasen a ser presbíteros dentro de la Iglesia católica junto con su esposa y su familia.
Esta excepción ya se había permitido desde 1994 cuando, tras la primera ordenación de mujeres en la Iglesia Anglicana, varios sacerdotes de esta confesión pidieron su adhesión a la Iglesia católica conservando su estado clerical, que les fue concedida de manera individual.
Por su parte, los obispos casados anglicanos serán recibidos en la Iglesia católica, pero en calidad de presbíteros. Esta medida se da, según el cardenal Levada por «razones históricas y ecuménicas», pues tradicionalmente el ministerio episcopal está ligado al celibato.
El cardenal no fue explícito, pero según la costumbre los pastores anglicanos recibidos en el seno de la Iglesia como sacerdotes reciben la ordenación sacerdotal de manos de un obispo católico.
Dado que esto implicará el que estos antiguos pastores anglicanos al entrar en la Iglesia católica se convertirán en sacerdotes católicos casados, algunos periodistas preguntaron al cardenal Levada si esta medida no creará confusión en la Iglesia católica de rito latino, donde el sacerdocio está ligado al celibato.
El purpurado estadounidense aclaró que la nueva estructura canónica permite esta excepción, debida a la fe sincera de estos fieles de origen anglicano, pero consideró que si se explica bien, será bien comprendida por todos los fieles de la Iglesia.
[Por Carmen Elena Villa]
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