(Desde El Cañamelar, José Angel Crespo Flor). Si siempre se ha dicho que las segundas partes no son buenas en esta ocasión hay que decir que las segundas partes tuvieron un final bonito, tal y como se había previsto desde el colectivo que tiene el honor y la responsabilidad de rendir culto público a quien es considerado por todos como el Señor y Patrono del Cañamelar, el Cristo de los Afligidos.
La Hermandad, en esta ‘segunda parte’, hizo bueno otro dicho, este, «quien la persigue, la consigue». Y es que, por segundo año, la Hermandad quiso celebrar el tercer domingo de Adviento «Domingo Gaudete», «Domingo de Alegría», con la bendición de la Imagen del Niño Jesús. Pero en esta ocasión se realizó en el propio Local de la Hermandad. Para no tener ningun problema de demarcaciones. Y … ustedes, si siguen este blog, ya saben a lo que me refiero.
La buena disposición de D. José, cura párroco del Rosario y, por lo tanto, consiliario de la propia Hermandad hizo posible que los que quisieron llevaron la imagen del Niño Jesús hasta el local para recibir de D. José la bendición y así hacer de la figura más importante del belén, algo trascendente, algo importante y algo que calase, no tanto por la forma sino por el fondo, en el corazón de todos cuantos tuvimos la suerte de estar allí.
Testigo mudo, como se puede observar, fue la Copa que aguarda la ‘Luz de la Paz de Belén’ que, por segundo año consecutivo, la Hermandad del Cristo de los Afligidos va a llevar hasta el Cañamelar para empezar a repartirla a partir del 17 de este mes de Diciembre.
Fuentes próximas a la Hermandad señalaron que «esta ‘Bendición de la Imagen del Niño Dios’ y la ‘Luz de la Paz de Belén’ son dos actos que la Hermandad quiere asentar y quiere, en cierto modo, oficializar para así poner nuestro particular ‘granito de arena’ en hacer de esta Navidad un tiempo de encuentro, de hermandad y de confraternidad sin olvidar que ‘no hay Navidad sin Natividad y no hay Natividad sin el nacimiento del Niño Dios, Jesús, el Salvador’