En la diócesis de Guadix, la Cruz de San Damián, además de la ciudad accitana, recorrerá otros lugares como Cúllar, donde presidirá la Vigilia Diocesana de la Inmaculada, La Puebla, Baza,… En esos lugares habrá momentos de oración ante la Cruz que tanto inspiró al mismo San Francisco.
Se trata de una réplica de la Cruz franciscana ante la que oró San Francisco de Asís y desde la que le habló el Señor para decirle: «Francisco, ve y repara mi iglesia que amenaza ruinas». Aquello marcó el comienzo de una orden religiosa que ha cumplido ya más de 800 años y que se extiende por todos los continentes. En la diócesis de Guadix, hay dos conventos de religiosas de inspiración franciscana (las clarisas y las concepcionistas, de clausura) y uno de religiosos, que atienden la residencia de ancianos de Huéneja: los hermanos franciscanos de Cruz Blanca. También hay una comunidad de Religiosas Franciscanas de la Purísima en Cúllar. Hasta hace bien poco, hubo también una comunidad de franciscanos en la ciudad de Baza.
La Cruz de San Damián seguramente es la reliquia más importante de la orden franciscana. Fue pintado sobre tela por un artista desconocido poco después del 1100 y luego pegado sobre una madera de 2,10 ms. de alto por 1,30 de ancho. Desde entonces, a lo largo de siglos, generaciones de hermanos y hermanas de la familia franciscana se han postrado ante este Crucifijo implorando fuerzas para cumplir su misión en la Iglesia. Y hoy, esa Cruz que está recorriendo el mundo, llega hasta la diócesis de Guadix.
Antonio Gómez