Hace 500 años en la víspera de la fiesta de Todos los Santos el papa Julio II inauguró la bóveda de la capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel. El conocido artista pasó cuatro años trabajando a 20 metros de altura para completar su obra maestra. Como aquel entonces el Papa Benedicto XVI volverá cinco siglos después a presidir el rezo de las vísperas en ese lugar.