La Actitud | Reflexiones de la vida
Un joven viajero llegó a un lejano pueblo en el desierto. Se acercó a un hombre anciano que estaba sentado al borde del camino y le dijo:
- Buen día señor ¿Qué clase de personas viven en este lugar?
El anciano lo saludo y le respondió con otra pregunta:
- ¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
El joven le respondió con cara de desagrado:
- Oh, de donde vengo solo hay egoístas y malhechores, gente de malas costumbres, sin duda estoy muy feliz de haberme ido de ahí.
El anciano simplemente le respondió:
- Aquí encontraras lo mismo.
El joven siguió su camino.
Mas tarde pasó por ahí otro joven viajero y también se acercó al anciano con la misma pregunta:
- ¿Qué clase de personas viven en este lugar?
Y el anciano planteo la misma pregunta que al joven anterior:
- ¿Qué clase de personas viven en el lugar de donde tú vienes?
A diferencia que el anterior, este joven sonrió y dijo cosas maravillosas:
- Oh, de donde vengo la gente es honesta, muy amigables y hospitalarios, me duele mucho haberlos dejado.
Y el anciano nuevamente respondió:
- Aquí encontraras lo mismo.
El joven continuó su camino y otro anciano que estaba sentado cerca, se acercó para preguntar:
- ¿Cómo es posible que des dos respuestas diferentes a la misma pregunta?
Entonces el anciano le explicó:
- Cada quien lleva en su corazón el medio donde vive. Aquel que no encontró nada bueno de donde viene, no encontrará nada bueno a donde vaya. Aquel que encontró amigos allá, también encontrará amigos acá, porque no hay nada más importante que la actitud que tienes ante la vida.
Si vives con actitud positiva, encontrarás personas positivas a tu alrededor.
Si solo te fijas en el mal, solo veras eso y te perderás de cosas y personas maravillosas.
Pídele a Dios que siempre encuentres lo bueno allá a donde vayas.
Escrito original por Lili1623
Narración: Liliana Gonzalez