JESÚS NOS QUIERE LIBRES PARA SEGUIRLE | Reflexiones Católicas
A los discípulos de Jesús les resultaba duro su modo de hablar hasta el punto que en un determinado momento muchos de ellos se echaron atrás, ya no le seguían.
Por primera vez Jesús experimenta que sus palabras no tienen la fuerza deseada, sin embargo, no las retira, sino que se reafirma más: «Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida y con todo, algunos de vosotros no creen».
Jesús no pierde la paz, no le inquieta el fracaso. Dirigiéndose a los Doce les hace la pregunta decisiva: «¿También vosotros queréis marcharos?».
No los quiere retener por la fuerza, les deja la libertad de decidir. Sus discípulos no han de ser siervos sino amigos, si quieren pueden volver a sus casas. El apóstol Pedro en nombre de todos dice a Jesús: «Señor, ¿a quién vamos a acudir?».
Él sabe que si no siguen a Jesús no van a encontrar a otro maestro que sea su luz y su guía en la vida. Pedro no olvida que Jesús es quien tiene “palabras de vida eterna», porque sus palabras no son palabras vacías ni engañosas.
Junto a Él han descubierto la vida de otra manera, han encontrado en Jesús la Noticia mejor de Dios