JESÚS LIBERADOR – Reflexiones cristianas
En una sinagoga de Cafarnaún, Jesús, después de curar a un poseído por un espíritu maligno, por primera vez va a proclamar la Buena Noticia de Dios.
La gente queda sorprendida al escucharle, porque se da cuenta que no repite lo que ha oído a otros, sino que habla con autoridad, que anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.
Jesús, con autoridad, ordena al maligno que salga de la persona que está poseída, para que pueda encontrarse con Dios y consigo mismo. Jesús de esta manera pone fin a su tiniebla interior y a su miedo a Dios.
En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.
No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad.
Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curar liberando de un Dios opresor.
Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos.
Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento.
Jesús cura, porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.